Durante varias temporadas, el Real Madrid disfrutó de la ventaja de esquivar el reto más ingrato de cuantos definen el panorama futbolístico actual. La generalizada voluntad de cimentar el juego ofensivo en una salida de balón pulcra y favorecedora ha hallado la respuesta en ejercicios de presión adelantada cada vez más perfectos y eficaces, como un intento de negación de categoría absoluta. Haciendo acopio de unos recursos individuales sin parangón en los primeros escalones del juego, sin embargo, los blancos convertían en trámite lo que para los demás era un tour de force innegociable, hasta el punto de desincentivar los esfuerzos rivales a la hora de pretender un robo adelantado que traducir en ocasión de gol. El rango, precisión y lectura en el pase de futbolistas como Toni Kroos y Sergio Ramos, la seguridad en el desborde de elementos como Marcelo o Luka Modric, y la limpieza de hombres como Varane y Carvajal llegaron a convertir en intratable una salida desde atrás para la cual el Real Madrid no disponía de especialistas en dos posiciones tan estratégicas en esta fase del juego como las de portero y mediocentro. Con el paso del tiempo y las consecuencias que éste ha tenido sobre el rendimiento y fiabilidad de piezas como Modric o Marcelo, no obstante, recientemente también el fútbol de los blancos se ve condicionado por las reglas que marca el nuevo fútbol, una situación que anoche se potenció con la ausencia de Sergio Ramos y en la que el Manchester City hizo descansar buena parte de su victoria.
El conjunto de Pep Guardiola, que de nuevo optó por enfrentarse a los de Zidane sin una referencia inicial clara en el centro del ataque, tomó la iniciativa prácticamente desde el saque inicial imponiendo su presión adelantada sobre la salida de balón visitante. A nivel organizativo, el funcionamiento de la misma se basó en el trabajo que Gabriel Jesus, Foden y Sterling hicieron en primera línea sobre el triángulo Varane-Militao-Casemiro (Imagen arriba a la izquierda). Con el canterano cerrando el pase hacia el mediocentro -o hacia Toni Kroos cuando el alemán tomaba el relevo en la posición (Imagen arriba a la derecha)– y los dos delanteros de banda condicionando la orientación de los centrales, el plan skyblue en esta fase no consistió tanto en arrebatar directamente el balón al adversario como en encerrarlo progresivamente e ir dejándolo sin opciones hasta casi condenarlo a la pérdida o al error. En el funcionamiento de la presión adelantada del City todo fue perfecto. Desde las aproximaciones de Jesus y Sterling a los centrales transitando las líneas de pase que podían unirlos con los laterales, hasta el condicionamiento sobre el guardameta para que los envíos de Courtois fueran hacia su perfil menos natural, pasando por la coordinación de Foden, Gündogan y De Bruyne cerrando y/o acudiendo a los apoyos de los centrocampistas. El primer como punta del rombo defensivo y el segundo y el tercero situados a medio camino entre los interiores y los laterales del Madrid de tal modo que unos no pudieran recibir y los otros no pudieran avanzar, se valieron para actuar sobre hasta cinco jugadores contrarios propiciando una superioridad numérica defensiva local que habilitara a Walker, Rodri o a Joao Cancelo para acudir a cualquier ajuste.
Apenas le hizo falta a la derecha, pero en el sector izquierdo de la defensa citizen encontraría el Madrid su principal ventaja de la noche. Probablemente contemplando que, ante la baja de Benjamin Mendy, el lateral del City sería ocupado por un lateral derecho como Cancelo o por un centrocampista como Zinchenko, el técnico madridista apostó por alinear a un extremo claro, Rodrygo, que atacara de la forma más directa posible al rival que, sobre el papel, más incómodo podía sentirse en labores defensivas. Oxigenado por los apoyos de Benzema y por el golpe de jerarquía de Modric, el paulista tiró de su equipo hacia la portería de Ederson. Más cerca del meta brasileño que de Courtois, además de buscar la ocasión de gol el Madrid también trató de desplegar una presión que fuera capaz de arrebatarle la iniciativa a su rival, y aunque la presencia adelantada de Modric y Kroos junto a Benzema le incomodaron la construcción en corto al City (Imagen arriba a la derecha), los de Guardiola se encomendaron a los desplazamientos largos de su guardameta para llevar el esférico a zonas más prometedoras (Imagen abajo a la izquierda).
– Foto: PETER POWELL/POOL/AFP via Getty Images
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