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El mejor partido de Europa

El mejor partido de Europa

La era de las presiones adelantadas distingue, en resumidas cuentas, dos maneras de aplicarlas. Una como causa y la otra como consecuencia. La primera es la que pone en practica el equipo con independencia de su desempeño previo con el balón. Sin necesitar un escenario beneficioso generado de antemano, pues en realidad es la propia presión la que actúa como interruptor de las ventajas. Presionar para jugar. La segunda, en cambio, es el resultado del ataque anterior. Del orden propio y el desorden ajeno logrado a través de la circulación, como un trampolín de ventajas sobre el que edificar la posterior recuperación del balón. Jugar para presionar. Pep Guardiola y Jürgen Klopp son dos de los representantes más ilustres de cada una de las escuelas que distingue la actualidad. En una esquina del ring, de color azul celeste, el catalán abandera una idea de presión provocada por el juego de ataque, en la cual «si no hay una secuencia de quince pases previos es imposible realizar bien la transición entre el ataque y la defensa«. En la otra esquina, de rojo, Klopp persigue el gegenpressing como una forma de desencadenar el juego ofensivo del Liverpool. Un camino para el ritmo, los espacios, el desequilibrio y las ocasiones de gol: «El mejor mediapunta es una recuperación adelantada«.

A lomos de sus presiones saltaron el domingo el Liverpool y el Manchester City al césped de Anfield. Los locales lo hicieron contraponiendo a la salida de balón citizen un 1-4-3-3 que se estrechaba en la corona de manera que tanto los tres delanteros como los tres medios priorizaran la defensa por dentro. Cerrando las conexiones entre los centrales y el mediocampo, zona en la que ademas del pivote y los interiores los de Pep suelen movilizar a los laterales. No fue este el caso, pues con la intención de ensanchar el inicio del juego, activar las zonas menos defendidas de la presión red y estirar la telaraña de Klopp para que aparecieran los agujeros, Guardiola empezó a construir el juego con Walker y Joao Cancelo abiertos a bandas (Imagen abajo a la izquierda). No fueron los únicos reclamos cerca de Dias y Laporte, sino que tanto Bernardo Silva como De Bruyne frecuentaron una altura del mediocampo próxima a Rodri. En total, hasta siete futbolista de campo más Ederson utilizó del City cerca del origen de la jugada como medida para llevar hacia arriba al mediocampo local separándolo de la zaga. Los visitantes tenían claro qué presa se querían cobrar, e idearon la emboscada.

La estrategia skyblue para asaltar Anfield pasaba por castigar la zona del lateral derecho del Liverpool, demarcación que en ausencia de Alexander-Arnold Klopp le entregó a James Milner. Más que la zona del inglés, lo que atacó con insistencia el Manchester City fue su espalda. Para encontrarla, utilizó Guardiola la ubicación de Cancelo abierto en la izquierda y las caídas de Bernardo Silva a banda, como un doble señuelo que ante la cobertura de Henderson siguiera reclamando la presencia de un segundo futbolista del Liverpool (Imagen arriba a la derecha). Con Salah apretando desde primera línea a Laporte, este segundo hombre sería Milner, extraído de la línea defensiva para que el extremo del City corriera a su espalda. Para cumplir estas funciones eligió Pep a Phil Foden, más eléctrico y veloz desmarcándose al espacio que un Grealish reubicado para la ocasión como falso nueve. Corriendo a la espalda de Milner después de un pase desde el sector izquierdo o de un cambio de orientación lanzado desde la derecha, Foden además de una fuente de peligro y desestabilización le proporcionó al Manchester City una vía de profundidad con la que llegar arriba, juntar futbolistas alrededor del balón y plantar la presión cerca de la portería de Alisson. Los de Guardiola despidieron el primer tiempo apretando arriba, desactivando a Salah, Mané y Diogo Jota desde la defensa de los caminos que los alimentan. Igual que hace una semana contra Lukaku y Werner.

– El mapa de calor de Foden contra el Liverpool (vía: as.com) –

Klopp tuvo que ajustar a su equipo al descanso, con dos soluciones que cambiarían el segundo acto. En primer lugar corrigió el desempeño defensivo de su carril derecho, contendiendo las salidas de  Milner a la presión sobre Cancelo o Bernardo Silva, y utilizando a Henderson de forma más fija cerrando la banda. A cambio concedió aire al lateral portugués del City para incorporarse al ataque, un regalo envenenado para que Salah pudiera atacar con más espacios y menos jugadores rivales en su camino. La segunda medida que adoptó el entrenador del Liverpool tuvo que ver con Curtis Jones, quien incrementó considerablemente su protagonismo con el balón en los pies. En primer lugar, a la hora de salir desde atrás, el joven centrocampista red reemplazó en varias ocasiones a Robertson en la zona del lateral izquierdo, una solución con la que los locales no solo habilitaron un receptor libre en la figura del mediocampista sino que, además, subrayaron la profundidad por banda del lateral escocés. El crecimiento de Jones en la circulación del Liverpool se mantuvo también una vez cruzada la divisoria, momento en el que pasó a moverse entre líneas por delante de Fabinho. Su posición dio alas al brasileño a la hora de hacer avanzar el cuero, y contribuyó a enriquecer el ataque posicional de su equipo.

– A la izquierda, el mapa de pases de Jones. A la derecha, los mapas de Fabinho durante el primer y el segundo tiempo (vía: as.com) –

El último cambio al frenético guión del segundo tiempo lo provocó la entrada de Sterling al partido. Reemplazando a Grealish como falso nueve, Raheem dio pausa y sentido a la espalda de un mediocmapo del Liverpool más participativo arriba, y ayudó a unir los dos carriles de los contraataques del City. Generando espacio para De Bruyne, libertad para Foden y despejando el camino que debían seguir los desplazamientos del belga. Contribuyendo a que su equipo escribiera la última frase de un nuevo brillante capítulo de la pelea entre dos de los conjuntos más estimulantes del continente.

 

 

– Foto: Michael Regan/Getty Images

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