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Sin mediapunta(s)

Sin mediapunta(s)

En las últimas décadas, los proyectos exitosos del Barça han tenido un rasgo compartido en cuanto a la composición de su delantera: al menos uno de sus tres atacantes titulares ha gozado de una mayor libertad posicional, normalmente empleada para acudir a la zona de la mediapunta y vestirse, por momentos, como un centrocampista más. Laudrup, Rivaldo, Ronaldinho, Messi… equipos aparentemente sin un enganche al uso, pero que en realidad los escondían camuflados en su delantera. Así lo explicaba Eusebio Sacristán, quien entre otras cosas fue el ayudante de Rijkaard en la etapa del neerlandés en el banquillo culer: ‘’En esa idea de llenar el mediocampo con uno de los de arriba, dependiendo de las características que tengan los delanteros tienes que elegir a uno o a otro. Nosotros decidimos que fuera Ronaldinho desde la izquierda quien se sumara al mediocampo. Cuando llegó Guardiola él entendió que con Pedro y Villa iba a aprovechar muy bien su velocidad a la espalda de la defensa, de modo que los colocó entre centrales y laterales y fue Messi el que se vino a la mediapunta. Así encontraba ese cuarto hombre en el centro del campo que le permitía tener superioridad’’.

Sobre el papel, del Barça de Xavi ese rol se lo da al extremo izquierdo, pues mientras el delantero de banda derecha asume una posición más abierta y escorada, por la izquierda el delantero tiene más libertad para abandonar la orilla, delegarla en el lateral y aparecer a la espalda del mediocampo por el carril central. Ocurre que por el momento la de extremo izquierdo es una de las plazas menos definidas del once culer, con Dembélé, Raphinha y Ferran rindiendo mejor en el lado derecho, Memphis disfrutando de muy poco protagonismo y un Ansu lejos de la versión que unos y otros desearían recuperar. Más allá del rendimiento individual que no está encontrando el Barça en la figura del extremo izquierdo, esta situación también viene repercutiendo sobre el colectivo debido al peso táctico ahora mencionado que debería adquirir esta posición en la pizarra de Xavi. Un futbolista activado por delante del balón, capaz de recibir por dentro a la espalda de la medular rival y de romper las líneas del adversario desequilibrando por dentro. “El central o el mediocentro tiene que atacar a los pivotes rivales. Tiene que hacerlos salir, porque si no se quedan ahí y el espacio a su espalda no existe. Y luego los que reciben el balón a esa espalda tienen que atacar a los centrales. Ahí se genera la ocasión“, explicaba Guardiola.

Un desborde interior que a la plantilla barcelonista no le sobra, y que el sábado extrañó para poder traducir en el marcador su buen inicio de partido ante el Espanyol. Los locales tuvieron el balón, lo hicieron avanzar a través de los pies de Christensen, De Jong o Pedri, y una vez arriba acertaron a llevarlo de lado a lado con continuos cambios de orientación para aprovechar la estrechez del mediocampo perico y así encontrar en situación de uno contra uno a Jordi Alba en izquierda y a Raphinha en derecha. Después de llevar al rival hacia fuera y hacia atrás, juntarlo en una esquina y generar espacios en la frontal, sin embargo, el Barça no tuvo a quien servirle el cuero en la corona. Gavi, de nuevo muy enfocado a las llegadas y los desmarques de ruptura, estaba muy arriba, mientras Pedri, que jugó sorprendentemente atrasado y volcado hacia la izquierda sin ganar altura con el avance de la jugada, estaba muy abajo. Entre los dos interiores culers, pues, se expuso un vacío a la espalda del mediocampo blanquiazul que podría haber ocupado un Ansu poco dinámico y con escasa agilidad soltando la pelota, pero que finalmente reclamó Robert Lewandowski. Desde su posición de delantero centro, el polaco se separaba de los centrales del Espanyol para ofrecer un apoyo por delante del balón a los centrocampistas, cayendo ligeramente hacia la izquierda en tres cuartos de campo.

– A la izquierda, el mapa de calor de Pedri. A la derecha, el de Robert Lewandowski. (vía as.com) –

Sucedió que, como al madridista Benzema antes de la irrupción de Vinícius, si el punta es quien aparece en el inicio no puede hacerlo también al final, y el ataque barcelonista echó de menos un socio para Lewandowski en la finalización. Se sintió especialmente la ausencia de movimientos al espacio de Ansu Fati quien, con Alba proyectándose por fuera y Robert liberando el área, era el más indicado para acudir a zona de remate. No lo hizo, y por momentos a los de Xavi pareció bastarles. El equipo no rompía por dentro, pero como tenía el balón arriba y era capaz de progresar por fuera, encontraba muchas situaciones de centro al área (en juego o a balón parado) ante los que la zaga rival se mostró muy poco contundente. De hecho, de los cuatro remates de Lewandowski en el partido, tres llegaron tras un centro desde la banda. Para encontrar un mano a mano ante Álvaro Fernández, de hecho, tuvo que esperar a la entrada de Alejandro Balde en el segundo tiempo para que una carrera del lateral, rompiendo por dentro y lanzándose contra la zaga, le brindara la ocasión más clara de la tarde (Imágenes abajo). Antes de esto habían pasado muchas cosas. Como por ejemplo el gol del empate del Espanyol.

El tanto de Joselu no obedeció a un cambio de guion radical, pero sí a una progresiva pérdida de dominio local subrayada por las sustituciones del segundo tiempo. El primero en mover ficha fue Xavi, que reemplazó a Gavi por Busquets adelantando a Frenkie de Jong al interior. El movimiento no le sentó bien al equipo, pues sin Gavi presionando arriba el Espanyol pudo salir con más comodidad y con Sergio en el pivote el Barça perdió capacidad de retorno en el mediocentro. Supo leerlo rápido Diego Martínez, que solo cinco minutos después del cambio local retrasó la posición de Sergi Darder para que el mallorquín filtrara pases desde la base de la jugada haciendo que el Barça tuviera que correr hacia atrás, y lanzó sobre el capitán azulgrana el despliegue físico de Edu Expósito tanto en la llegada como en la presión. Un mediapunta, en este caso sin camuflaje, situado entre el mediocampo y el delantero. Ejerciendo como el socio de unos y otros.

 

 

– Foto: Alex Caparros/Getty Images

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