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¿Medio metro o medio segundo?

¿Medio metro o medio segundo?

Creo que la próxima evolución del fútbol vendrá cuando se implique al portero en el juego de ataque. El entrenador que tenga la valentía de hacer eso será el que logrará atacar mejor“. Lo afirmó Guardiola en 2020, en una observación a medio camino entre el pronóstico y la constatación de una tendencia que ya se empezaba a mover en el mundo del fútbol. Porteros que no sólo participaban activamente en el juego de sus equipos con balón, sino que incluso llegaban a hacerlo con intervenciones muy alejadas de su portería. Pep lo estaba poniendo en práctica con Ederson o Claudio Bravo en el Manchester City, y como él otros entrenadores pidiendo a guardametas como Onana, Gulácsi, Pollersbeck o Neuer que cuando sus equipos atacaran se convirtieran momentáneamente en centrales. Que no ejercieran como cierre, sino que adelantaran su posición hasta integrarse, como uno más, en la línea defensiva. Que agigantaran su radio de acción.

Hoy los porteros corren entre uno o dos kilómetros mas por partido (…) Antes el portero esperaba bajo palos, reaccionaba cuando le chutaban un balón y ya estaba. Eso ha cambiado increíblemente“, subrayaba el histórico preparador de porteros Frans Hoek, quien, a su vez, en esta sobrevenida exigencia detectaba una nueva dificultad: “Para mí ahora la colocación es lo más importante (…) hoy eso tiene más dificultad porque el portero se mueve cada vez que se mueve la pelota. Cada vez que el balón se desplaza la situación del portero cambia“. Participar más con el esférico en los pies significa moverse más, y moverse en función del juego de ataque y no en previsión de una futura acción del rival. No se trata de buscar la colocación con la que estar preparado para responder al ataque del contrario, sino con la que más y mejor se puede contribuir al propio. En consecuencia, ambas están hoy más alejadas que nunca. Los guardametas no sólo se mueven más para participar en los ataques de sus equipos, sino también para recuperar una correcta colocación defensiva bajo palos.

Así de claro lo explicaba Juan Carlos Unzué a propósito de la tan manida comparación entre Jan Oblak y Marc-André ter Stegen a finales de la década pasada: “Los dos son muy buenos y, sobre todo, tengo claro que posiblemente cada uno es el mejor en relación al juego que desarrolla su equipo y a lo que se le pide que haga. Para mí, Oblak es el mejor, o uno de los mejores, bajo palos, pero para él creo que es más sencillo estar bien colocado y bien apoyado en la mayoría de casos, porque su radio de acción, de movimientos y de toma de decisiones es mucho menor. Al final, si te mueves seis o siete metros hacia los lados, y seis o siete metros hacia delante o hacia atrás, cuando te rematan tienes más posibilidades de estar mejor colocado y mejor apoyado“. En su acercamiento a la cuestión, Unzué aportaba un segundo elemento: el apoyo. La necesidad de los guardametas de tener bien asentados los pies sobre el césped en el momento de iniciar la estirada para poder tener una reacción más inmediata. Para impulsarse más rápidamente y empezar antes el despegue. Estar en movimiento no sólo añade complejidad a tener una colocación adecuada, sino también a lograr un apoyo firme.

¿Pero que es más importante priorizar? ¿Una colocación perfecta o un buen apoyo? ¿Qué renta más: ganar medio metro o ganar medio segundo? Para resolver la incógnita acudimos a tres expertos de las porterías y del oficio del guardameta: Andrés Palop (ex-portero internacional que defendió las redes de Villarreal, Valencia, Sevilla y Bayer Leverkusen), Esteban Suárez (ex-guardameta de Oviedo, Atlético de Madrid, Sevilla, Celta y Almería) y Joan Cañadas (ex-entrenador de porteros del CF Damm y actualmente en el CF Badalona).

La clave es tener un buen apoyo“, explica de entrada Joan. “Si estás bien colocado pero estás desajustado y desequilibrado corporalmente, vas a estar muy limitado. Vas a tener pocas opciones de llegar a balones que vayan muy laterales. En cambio, aunque tengas una colocación imperfecta, si tienes buenas piernas y estás bien preparado a nivel de fuerza, puedes compensar ese déficit de colocación con una muy buena estirada lateral“. En esa misma línea argumenta también Esteban: “Lo ideal es tener una buena colocación y un buen apoyo, pero a la hora de priorizar siempre es necesario tener algún punto de apoyo para poder ejecutar el gesto técnico. Estar bien apoyado y equilibrado no sólo es fundamental para poder dar una respuesta rápida al tiro, si no también es importantísimo para poder llegar lo más lejos posible con opciones de intervenir con la fuerza necesaria“.

La prioridad del portero es cometer el menor número de fallos posible, y esto tiene que ver tanto con la colocación como con el posicionamiento de los pies -añade Palop- pero si tuviera que fallar alguna de las dos cosas creo que es más importante tener los pies apoyados. Si no tienes un buen apoyo, por muy buena que sea tu colocación, no vas a poder reaccionar. En mi carrera ha habido situaciones de colocación equivocada que he podido solucionar con un buen apoyo y potencia de piernas. El apoyo es la base para poder tener una reacción. Si no tienes apoyo o estás desequilibrado es muy complicado tener una buena respuesta“.

Tal y como describe Esteban, el problema viene cuando “ahora al portero se le pide que participe en la construcción del juego, y por lo tanto tiene que dar apoyos constantes, abrir líneas de pase… En ocasiones, cuando el meta está fuera de la portería y quiere recuperar la posición rápido, puede pasar que en el momento del tiro no esté bien equilibrado o bien apoyado, y eso dificulta mucho su capacidad de respuesta“. “Yo soy de la opinión de que el portero debe moverse en función del momento y de la distancia del balón – continúa Palop- pero tiene que saber mantener una buena colocación y un buen equilibrio de las piernas para poder reaccionar“.

Sobre esto, Joan añade que “en el fútbol actual los porteros tienen que ser mucho más dinámicos que antes. Ya no se les piden únicamente acciones defensivas, sino que cada vez más se les pide que tengan una aportación fundamental a nivel ofensivo“, y sobre la dificultad que esto supone a la hora de lograr un correcto apoyo de los pies sobre el césped en el momento del disparo, señala cómo “una de las claves es que en el momento del chut tienes que tener una buena estructura corporal y tienes que estar bien apoyado en el suelo. Por ejemplo, si estás dando ese pequeño bote que hacen algunos porteros y cuando el balón ya va hacia ti todavía no estás preparado para actuar, tienes una desventaja que puede ser fundamental“.

Los saltos a los que se refiere Joan son habituales en muchos porteros y, como él mismo analiza, tienen el objetivo de “estar activo, enfocar bien los ojos a la altura de balón, bajar un poco el centro de gravedad y actuar como un resorte para la acción posterior“. “Es una técnica que viene del mundo del tenis, el Split Step, y debería consistir en un pequeño movimiento de arriba a abajo. Pero en ocasiones ese bote es muy elevado, y si en el momento del disparo estás dando ese pequeño salto y sin un buen apoyo, partes en déficit. Partes con medio segundo de desventaja, de modo que si el golpeo es muy lateralizado será prácticamente imposible que puedas llegar. El Split Step tiene que ser controlado, no puedes dar un salto muy alto. Si no está controlado, es mejor esperar sobre las puntas“. “Estos saltitos deben ser siempre previos al tiro para mantenerte activo, pero sobre el tiro siempre hay que tener apoyo“, cierra Andrés Palop.

 

 

– Fotos: Fran Santiago/Getty Images ; PIERRE-PHILIPPE MARCOU/AFP via Getty Images ; Marcelo Endelli/Getty Images

 

Comments:1
  • Asier Harro 9 mayo, 2023

    Hola, Albert
    Qué artículo tan interesante, muchas gracias por compartirlo. Se lo he mandado a dos amigos porteros y a otro que es entrenador y han salido cuestiones muy diversas.

    Uno de los puntos que me dijeron es que ya se está erradicando el tópico de que el portero debe dar apoyo por fuera de la portería y los pases no pueden ir dirigidos entre palos. Esto hace que, por un lado, el apoyo que supone en la circulación está presente en carril central (mayor influencia del portero) y que, por el otro, el guardameta esté ya mejor situado en caso de pérdida de forma que su trabaja pre parada es algo más sencillo en cuanto a colocación y orientación.

    Me destacaron también su vivencia de lo esencial del apoyo y la potencia de piernas para llegar a (casi) todo lo que llegue. Ahí tiene un papel cómo medir el número y longitud de los pasos en sentido lateral durante los instantes previos al disparo y cómo calibrar hasta dónde avanzas para achicar espacios y reducir ángulo al atacante, sacrificando ahí capacidad de reacción.

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