Sin que lo note el marcador
Aunque sea una obviedad, conviene recordarlo: Son las posiciones de los futbolistas las que definen los sistemas, y no los sistemas los que determinan las posiciones de los futbolistas. En este caso, el huevo sí va antes que la gallina. Las descripciones numéricas de los esquemas de los equipos sirven para representar simbólicamente una información que se da con anterioridad. Para simplificar la explicación de una serie de conceptos previos. No es que el 1-4-3-3 sitúe a tres delanteros por delante del mediocampo, sino que es la presencia de esos tres atacantes la que prefigura el 1-4-3-3. Dicho de otro modo, en el arranque liguero Jude Bellingham no jugó en tres cuartos de campo por detrás de dos puntas porque el Real Madrid quisiera formar un rombo, sino que el equipo dibujó un rombo como consecuencia de las zonas de intervención que ideó para aprovechar el fútbol del inglés.
Hecho el rodeo, bajemos al césped. En los últimos partidos el conjunto de Ancelotti ha modificado la posición de alguno de sus futbolistas sobre el campo. El rombo, por ende, se ha roto. Los cambios más significativos que ha experimentado el conjunto blanco son cuatro, todos ellos conectados en un orden causa-efecto que sólo conoce el técnico y su equipo, y protagonizados por Vinícius, Joselu, Bellingham y el lateral izquierdo. En el caso del brasileño, quien arrancó la temporada en una posición mucho más centrada que el curso anterior, como integrante de una suerte de doble falsa punta en al que sus duelos los libraba más contra centrales que contra laterales, el regreso de la lesión ha significado, también, la recuperación de su vínculo con la banda. Sin dejar de ser un futbolista que se relaciona con espacios interiores, el Vinícius de las últimas semanas es más un extremo que va hacia dentro que un punta que va hacia fuera. En parte porque en el centro del ataque la continuidad de Joselu como nueve provoca que la ocupación de la zona del nueve sea una tarea que no se necesite compartir, y en parte también por cómo ha cambiado el rol y el perfil del lateral izquierdo merengue.
Si el primer lateral izquierdo del Madrid esta temporada fue un Fran García que ejercía prácticamente como carrilero, asumiendo el peso ofensivo de toda la orilla para sostener la posición centrada de Vinícius, recientemente, y coincidiendo con el regreso de una versión más exterior del brasileño, han pasado por la demarcación Camavinga y Mendy. Dos opciones con menos proyección por fuera pero mejor defensa del uno contra uno y, en el caso del centrocampista galo, con más capacidad para reforzar el mediocampo aprovechando el peso del extremo en banda. Con Vinícius por fuera, el Madrid no necesita que sea el lateral quien abra el campo. Lo tiene que hacer más Carvajal por la derecha, donde Ancelotti no tiene a un atacante que ocupe de forma tan natural el costado, por bien que en ese sector el técnico cuenta con Fede Valverde para favorecer el intercambio de posiciones. Según el momento de la jugada, el uruguayo puede situarse como un tercer central en salida para que Carvajal adopta una posición muy adelantada, reforzar a la altura del mediocentro, encaramarse a la mediapunta o abrirse hacia el banderín permitiendo al lateral entrar por dentro. Ni Fede ni Carvajal fijan sus posiciones de ataque, sino que las transitan.
Igual que hace Jude Bellingham. El ex del Dortmund arrancó la temporada hablando a través del gol, y cada vez más lo está haciendo también a través del juego. Pudiendo arrancar más alejado de los centrales debido a la presencia de Joselu, pero sin renunciar a irrumpir en el área y a jugar por delante del balón gracia al espacio que le generan las posiciones de Vinícius y del latera en la zona de la mediapunta izquierda. Del Bellingham delantero al Bellingham centrocampista. Sin que lo note el marcador.
– Foto: Florencia Tan Jun/Getty Images
