Mediocentro De Jong
La temporada pasada, en Liga, el Barça de Xavi dio con la receta para vincular su superioridad en ambas áreas tocando la tecla adecuada en el mediocampo. La incursión de un cuarto centrocampista no le proporcionó el sistema, pues con tres delanteros el equipo tenía una disposición similar a partir de la asimetría de sus extremos y sus laterales, pero sí los perfiles para lograr una mayor estabilidad en el juego. Un campamento base en el que descansar entre los momentos de autoridad que exhibían Ter Stegen, Araújo, Christensen o Lewandowski en ambos fondos del campo. Esta temporada, en cambio, al tiempo que las áreas han dejado de suministrarle tiempo en forma de puntos, el técnico culer sigue en la búsqueda de una fórmula para ordenar al equipo a partir de una intervención en la su sala de máquinas.
El plan inicial, con Oriol Romeu en el mediocentro, duró lo que tardó el catalán en sucumbir con balón ante planteamientos rivales que le obligaban a tener un peso creativo en la distribución, y lo que tardó en contagiar su aportación defensiva con las dudas de su desempeño con la pelota. Pasó entonces Gündogan, hasta ese momento la pieza más adelantada de la medular azulgrana, a erigirse como pivote del equipo. Una opción mucho más segura y creativa con el esférico en los pies, tanto a la hora de dar salida al juego como de distribuirlo hacia sus compañeros desde el círculo central. A cambio, la del alemán era una alternativa menos preparada para realizar recorridos largos y explosivos en las coberturas, algo que se puso de relieve, sobre todo, tras la lesión de Gavi. El Barça, que ya desde el arranque presionaba con menor eficacia que el curso anterior, perdió también capacidad correctora a la espalda de la presión. Los rivales salían con más facilidad, y corrían a la espalda de la primera presión blaugrana sin tantos obstáculos.


Quizá por eso la tercera prueba de Xavi en la posición ha sido Frenkie de Jong, dueño de la demarcación de mediocentro en el duelo del sábado ante el Valencia. Un futbolista que ya desde el puesto de interior se vincula a los primeros estadios de la jugada participando, incluso, en ocasiones por detrás del pivote, pero con una mayor capacidad de abarcar metros a la hora de corregir en transición ataque-defensa corriendo hacia atrás. El Mestalla, el cambio en el inquilino del mediocentro no vino solo. De Jong es un pivote singular, móvil y, por lo tanto, tendente a abandonar su posición para acudir entre centrales, recibir abierto a banda o saltar a una presión. Su escudero, al respecto, fue Pedri, en un inicio situado como interior izquierdo del equipo pero con una paleta de movimientos muy vinculada a los recorridos del neerlandés que en incontables ocasiones lo llevaron a formar por delante de la defensa tanto en fase ofensiva como en fase defensiva (Imagen abajo a la izquierda). Cerró el triángulo Ilkay Gündogan, de nuevo muy cerca del área rival, casi como un segundo delantero junto a Lewandowski, y quien personificó el objetivo del plan de ataque con el que el Barça pretendió imponerse al cuadro de Rubén Baraja.

La receta culer se podría resumir en fijar por fuera para romper por dentro. Es decir, llevar el balón a los extremos en posición abierta y lo más profunda posible para generar espacios a las llegadas de segunda línea. Que Cancelo y Balde se proyectaran por dentro aclarando el pase de los centrales hacia el extremo (Imagen arriba a la derecha), que Raphinha y Joao Félix recibieran en banda y, bien a través del pase atrás y de cara hacia De Jong o Pedri, o bien a través del pase diagonal, el Barça lanzara hacia las carreras de Gündogan, Lewandowski o del extremo del lado opuesto. Se trató de un mecanismo que dejó a los atacantes varias veces ante Mamardashvili, pero que debido al acierto del guardameta y al desacierto de los blaugranas sólo obtuvo un gol como premio. A Joao Félix le faltó velocidad en la interpretación y el gesto, a Raphinha calidad en el toque y la lectura, y a Lewandowski la chispa y capacidad en los duelos que no ha recuperado desde la segunda mitad de la temporada pasada. Un Barça que fue de ceros a unos pero que ahora encaja más y marca menos.
– Fotos: Aitor Alcalde/Getty Images + JOHN THYS/AFP via Getty Images