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El clásico: Planteamiento del Real Madrid

Dos equipos en situaciones diametralmente opuestas, realidades futbolísticas muy alejadas, aficiones antagónicas en cuanto a ilusión y dos dinámicas que nada tienen que ver la una con la otra. A priori, el signo en la quiniela estaría claro, pero eso no sería un clásico entre Barça y Madrid. El clásico, el partido por antonomasia de nuestra liga en que se enfrentan los dos conjuntos más grandes de la historia de la competición y dos de los equipos más admirados y laureados a lo largo de la historia del balompié, siempre es un choque especial donde se congelan las circunstancias de cada equipo, se renueva el entusiasmo de la grada y el fútbol adquiere su cara más mágica deparando encuentros de sorprendente desenlace y fuera de toda lógica. No hay duda de que el Barcelona afronta el choque como el máximo favorito gracias al crédito que por juego y resultados ha cosechado hasta le fecha, pero en frente no habrá un rival cualquiera, sino que esperará un Madrid herido, más inestable imposible pero con la necesidad de reclamar su condición de aspirante al título. Una victoria culé alejaría a los blancos a doce puntos, una distancia que pese a que todavía queda más de una vuelta por jugarse, visto lo que han ofrecido unos y otros en lo que llevamos de temporada, se presume muy difícil de recuperar. En cambio, de dar la campanada en el Camp Nou, el Madrid recortaría hasta los seis puntos -con el partido de la segunda vuelta en el Bernabéu aún pendiente-, volvería a activar la dinámica positiva, se renovaría la ilusión del madridismo y el proyecto de Junade Ramos recibiría una inyección tremenda.

En el Real Madrid, Juande Ramos dispondrá de una plantilla muy castigada tanto a nivel emocional como físico, ya que apenas dispone de las piezas necesarias para completar un once. Es por ello, y debido al escaso tiempo que lleva al frente de la nave blanca, que no debemos esperar una revolución ni una nueva cara del equipo. Juande, probablemente, centrará sus esfuerzos en dibujar un planteamiento que soporte el caudal ofensivo del Barça y a partir de la seguridad defensiva, conseguir que la confianza de los jugadores aumente y visualicen como una posibilidad real el sacar un resultado positivo de su visita al Camp Nou. Para ello el técnico seguramente planteará un esquema con dos líneas de cuatro jugadores por detrás del balón, coberturas y ayudas constantes entre jugadores, igualdad o superioridad numérica en las zonas más peligrosas del juego azulgrana y distancia perfecta entre la defensa y centro del campo. El objetivo será trabar el fútbol de posesión del Barça, conseguir recuperar el balón en mediocampo y salir a la contra aprovechando que el equipo de Pep es un conjunto volcado al ataque y que tiene algunas dificultades en la transición ataque-defensa cuando el rival supera la primera línea de presión.

No prevemos un Madrid que busque hacerse con el balón y el peso del partido, por un lado porque pese a la creencia de determinados sectores, el escenario en que más dificultades tiene el Barcelona para desarrollar su fútbol es ante rivales que se encierran muy bien atrás, con una línea de cuatro o cinco medios cercana a la defensa y con la posibilidad de sorprender a la contra. Sólo es necesario recordar los choques contra Numancia, Racing, Shakhtar o más recientemente Getafe. El segundo factor por el que esperamos un Madrid que ceda la posesión al Barça es porque Juande no dispone de las piezas necesarias para arrebatarle el dominio del balón a los azulgranas. El Madrid que visitará el Camp Nou es un equipo sin jugadores capaces de salir con el balón controlado desde atrás superando la fuerte presión a que somete el Barça a la salida del rival, ni hombres que puedan aguantar el balón en ataque, moverlo, esconderlo y construir el ataque a partir del ataque estático. Así pues, el objetivo del Madrid debe ser el de robar en el centro del campo cuando el Barcelona empiece a desplegarse y una vez recuperado el balón buscar salir a la contra incidiendo en aquellas situaciones que más problemas pueden generar a la defensa culé.

Para la primera tarea, la de recuperar el balón, será importante presentar un centro del campo poblado, agresivo y con recorrido, ya que este es el punto donde se debe buscar la recuperación, puesto que recuperando en defensa la transición defensa-ataque será más lenta, la salida con balón menos precisa, la presión blaugrana mucho más efectiva y la disposición defensiva del rival más ordenada. Por este motivo uno de los hombres vitales en esta fase del juego debe ser el argentino Gago, el hombre que, a la espera de conocer las evoluciones de Sneijder, está más capacitado para la recuperación. Teniendo en cuenta que en un porcentaje altísimo los ataques del Barça transcurren por banda derecha, esta será la zona que Juande buscará superpoblar. Así, se presume una basculación marcada de todas las líneas hacia el costado, con la participación del lateral, el central, el volante y el interior en la defensa sobre la banda fuerte del Barça. Con Cannavaro y Gago prácticamente seguros como central y interior respectivamente, las dos posiciones de banda quedan supeditadas al estado físico de Drenthe, ya que holandés puede actuar tanto en el lateral como en la posición de volante. De llegar a tiempo, desde EUMD apostaríamos por situar al holandés como lateral, ya que si bien es cierto que respecto a Salgado pueden tener las mismas lagunas tácticas, la diferencia en el aspecto físico hace que imaginar una banda defendida por el gallego y con la intervención por parte del Barça de hombres como Messi, Xavi o Alves, resulte a priori muy favorable para los intereses de los blaugranas. Con Drenteh como lateral, pues, el volante izquierdo a priori debería recaer en hombres como Van der Vaart o Guti, pero teniendo en cuenta los requerimientos que en este partido tendrá esta demarcación, podría ser más interesante utilizar a hombres más agresivos como Raúl o Sneijder -en caso de que este finalmente se recupere a tiempo-. De este modo, con Cannavaro, Drenthe, Gago y Raúl, el Madrid presentaría una dura batalla a la banda fuerte del esquema de Guardiola.

La segunda parte del plan de Juande, una vez recuperado el balón, debe ser la de buscar el contraataque focalizado en las zonas débiles del planteamiento defensivo culé. Puesto que la recuperación, por regla general, se producirá en la banda izquierda merengue debido al caudal de juego que absorberá este perfil, la mayoría de situaciones de contra nacerán desde esta zona. El objetivo, no obstante, será el de buscar la finalización en el lado opuesto, ya que tras pérdida esta es la situación que más puede dañar a la defensa. La contra del Madrid debe buscar dos situaciones, en primer lugar la espalda de Dani Alves y en segundo lugar las entradas al segundo palo aprovechando la pronunciada basculación a la que se verá obligada la zaga del Barça. Para ganar la espalda de Alves será importante presentar un señuelo para sacar al lateral de la línea y atraerlo hasta zonas más cercanas de la media. Para eso, la presencia de hombres peligrosos en ataque en la banda izquierda blanca como Sneijder o Raúl puede cumplir el cometido. Cuando esto suceda, debe ser el nueve quien gane la espalda del lateral, arrastre a los centrales y habilite la entrada del hombre de banda derecha. Este hombre, puesto que debe ser un futbolista rápido, con gol, vertical y profundo, debería ser Hiaguaín, por lo que el puesto del nueve quedaría abierto para que se lo disputasen Saviola, Van der Vaart o Bueno -si Sneijder se recupera a tiempo, él pasaría a actuar como volante izquierdo y Raúl se situaría en la punta de ataque-.

Situado detrás del punta y por delante de la línea de cuatro centrocampistas que dibujarían Higuaín, Javi García, Gago y Sneijder/Raúl, Guti puede ser el hombre clave para que el Madrid se lleve un resultado positivo del partido ante el Barça. Su función será doble, por un lado, la de dar el último pase tanto al nueve como a los hombres de banda, y por el otro, favorecer la transición defensa-ataque del equipo. En el primer punto, el que hace referencia al último pase, no nos detendremos en exceso ya que de sobras es conocida esta faceta del catorce blanco. No obstante, pese a ser menos vistoso para el espectador, la principal contribución de Guti a una victoria blanca puede venir por su participación en la transición. Cuando el Barcelona ataque, su tarea no debe ser la de implicarse en defensa, situarse por detrás del balón y buscar recuperar el esférico, sino que mientras el resto del equipo estará pendiente de defender, él debe estar pensando en atacar. Así Guti, cuando su equipo defienda, debe buscar situarse por delante del balón y volcado sobre el perfil por el que transucurre el juego. Con esto logrará que cuando el equipo recupere el esférico sus compañeros tengan un pase fácil para iniciar la contra y él estará solo en tres cuartos de campo para ejercer de quarterback y lanzar sobre los desmarques del punta y los dos hombres de banda. No obstante, esta situación de Guti también condicionará a la presión del Barça sobre la transición merengue. Así, si Guti decanta su posición hacia la izquierda, Alves y Touré se verán obligados a contener su participación ofensiva, y lo que es más importante, no podrán empujar al equipo a la presión sobre la salida del rival, facilitando que esta sea más sencilla y rápida. Lo mismo ocurre si el ataque blaugrana transcurre sobre banda izquierda, ya que situándose sobre ese perfil, Guti alejaría al mediocentro y a Keita de su función en la segunda jugada y neutralizaría su importancia en el inicio de la presión. Vemos pues, como a partir de esta situación, Guti puede intervenir directamente en muchas fases del juego, ya que condicionaría el ataque del Barça, su transición defensiva, favorecería la transición ofensiva del Madrid, lanzaría las contras y sería el encargado de dar el último pase al delantero.

*Estudiado el posible planteamiento de Juande Ramos para el clásico, mañana colgaremos la parte que corresponde al planteamiento de Pep Guardiola para, de este modo, completar el  análisis del partido.

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