Icono del sitio En un momento dado

El Rival: Inter de Milán

El F.C.Barcelona iniciará el próximo miércoles su andadura en la presente edición de la Champions League, con el recuerdo del título logrado en Roma, pero con el objetivo de reeditar el triunfo en el Santiago Bernabéu. El título, no obstante, se disputará en mayo, y antes, a todos los candidatos les espera un largo camino que sólo dos equipos podrán superar. Para el Barça, este periplo se iniciará con un grupo nada sencillo en el que destacarán, por encima de cualquier otro duelo, sus enfrentamientos con el Inter de Mourinho. Muchos son los alicientes de este emparejamiento, pues a ‘The Special One’ se le unirán los reencuentros con sus anteriores aficiones de Motta, Maxwell, Ibrahimović o Eto’o. No obstante, desde En un momento dado nos centraremos en el aspecto meramente futbolístico del encuentro, para lo cual hoy analizaremos el funcionamiento del primer rival de los de Guardiola.

Once tipo:


Tras el espectacular 1-4-3-3 de su primera etapa en el Chelsea, Mourinho ha recuperado para el Inter el esquema que le condujo al éxito en el Porto, es decir, un 1-4-4-2 con rombo en el centro del campo que debido a la importancia ofensiva del mediapunta, en ocasiones se ha descrito como un 1-4-3-1-2. Por delante del portero brasileño ya asentado en la élite Julio Cesar, el equipo italiano sitúa una línea de cuatro defensores. Por el centro, el rol de central líbero acostumbra a recaer en Walter Samuel, mientras que el recién incorporado Lucio ejerce como marcador. En los laterales encontramos dos perfiles bastante diferenciados, por un lado Maicon, el dueño del carril diestro y un jugador con mucha presencia ofensiva, y por el otro Chivu, quien equilibra en defensa como tercer central y que en ataque, pese a no prodigarse por su banda, se convierte en el encargado de iniciar el juego desde atrás.

Esto provoca que para elaborar juego el balón se vuelque sobre el perfil zurdo del Inter, donde a Chivu se juntan Motta, Diego Milito y el mediapunta, mientras que por banda derecha, con Maicon, Zanetti y Eto’o, el equipo busca atacar al espacio. No obstante, el equipo de Mourinho no se caracteriza por tener un especial mimo del balón en zona de medios, sino que su recurso más utilizado en la transición defensa-ataque es el de jugar a partir de la intervención de Milito jugando de espaldas al marco. Desde esta situación, el equipo trata que intervenga la segunda línea, con especial mención a Motta y Sneijder, quienes disfrutan de muchísima libertad para alcanzar zonas de remate. Esta pegada de la segunda línea, seguramente sea el arma más peligrosa del conjunto de Mourinho y el centro de los movimientos del equipo en fase ofensiva. Cuando el Inter ataca, los puntas adoptan una posición bastante abierta al costado, entre el central y el lateral, que contribuye a limpiar la parcela central. Sus movimientos acostumbran a ser  inversos, por lo que mientras uno -habitualmente Milito- se acerca a la línea de medios para recibir de espaldas a portería, el otro -por lo general Eto’o- amenaza a la zaga rival con un desmarque a su espalda, lo que fija a la defensa y obliga a que sean los centrocampistas los que reculen para tapar la posición descolgada del punta que viene a recibir. Esto, a la vez que limita la futura transición ofensiva del rival, permite que la media neroazzurra disfrute de mayores espacios, tanto para sorprender desde atrás como para probar el disparo, suerte en la que los Motta, Sneijder o Stankovic se muestran muy peligrosos. Finalmente, el recorrido de Maicon permite a Zanetti situarse prácticamente como un segundo mediocentro, ejerciendo de escudero para que la presencia en ataque de estos futbolistas no debilite el centro del campo.

Ese equilibrio permanente en el centro del campo es, precisamente, una de las señas de identidad de este Inter de Milán. Sin el balón, es espectacular ver como las distintas posiciones están permanentemente cubiertas aunque alguno de los centrocampistas haya perdido el sitio. Cuando esto sucede, el resto de compañeros se reorganiza prácticamente al instante, exhibiendo una coordinación marca de la casa de la periodización táctica de Mourinho. Esto permite que los centrocampistas puedan disfrutar de un mayor recorrido en la presión y así ensuciar la transición defensa-ataque del rival, sin que ello suponga generar un agujero en el entramado defensivo del equipo. Así pues, es frecuente que uno de los hombres tanto de la medular como de la defensa, se descuelgue para presionar al jugador que recibe el balón. Esto permite una defensa muy agresiva que tiene como objetivo limitar las ocasiones que los jugadores más peligrosos del rival entran en contacto con el cuero. No siempre es necesario tener la posesión del balón para dominar el juego, y este es un ejemplo perfecto.

El hombre clave: Mourinho

En un hipotético once titular del Inter no figura ningún futbolista ‘especial’, uno de esos jugadores capaces de, por si solos, decidir un partido o una competición, aquel hombre al que encomendarse cuando el equipo no encuentra el camino. Tampoco posee una gran batería de futbolistas referencia en sus posiciones. Tan solo Julio Cesar, Maicon o Eto’o estarían entre los mejores del mundo en su puesto. No obstante, el conjunto italiano es, junto a Barça y Real Madrid, uno de los máximos favoritos para  ganar la Champions. Que un centro del campo formado por Zanetti, Stankovic, Motta y Sneijder -o Cambiasso- sea uno de los más potentes de la competición, demuestra que en el fútbol los nombres no lo son todo y que lo realmente decisivo es como éstos se relacionan sobre el césped. En este sentido, es vital el trabajo del entrenador, y pocos equipos habrá más y mejor trabajados que el Inter de José Mourinho.

‘The Special One’ es, además, el toque diferencial del equipo, quien permite desnivelar la balanza, en este caso, desde el banquillo. Mourinho asume el papel del crack, y del mismo modo que un futbolista decidiría con una jugada aislada, el portugués lo hace con sus planteamientos, y son estos los que dan ventaja al equipo. Por lo general su plan se inicia cuando el rival tiene la posesión, y en este escenario diseña la vía para atacar sobre sus debilidades. Desde la fase defensiva, es el Inter quien lleva la iniciativa, de manera que el equipo que tiene la posesión, lo hace en las zonas que deciden los italianos. Así, se marca que rivales no deben recibir el balón, cuales si, en que zonas y como poder sacar provecho a estas situaciones.

Las alternativas:

En el banquillo, Mourinho dispone de hombres importantes capaces de cambiar la cara al partido como pueden ser Mancini o Quaresma, dos futbolistas de banda que dan al equipo un aire diferente al planteado desde un inicio. No obstante, el portugués no parece tener demasiada confianza en estos jugadores, por lo que su ‘plan B’ acostumbra a ir en la línea de su propuesta habitual. En este sentido, hombres como Vieira o Muntari pueden aportar más músculo y recorrido en el centro del campo, mientras que las opciones de dar entrada en defensa a Iván Cordoba o al joven Santon, permitirían disponer de una línea defensiva más veloz.

No obstante, la alternativa habitual del entrenador es la de sobrecargar la segunda jugada con más gol, motivo por el cual, si debe remontar un resultado adverso, suele recurrir a dar entrada a un tercer delantero centro en lugar de uno de los centrocampistas. Con el mismo planteamiento de jugar a partir de la posición de Milito de espaldas a portería, ya no son Sneijder o Motta los encargados de llegar, junto a Eto’o, a posiciones de remate, sino que  esta función recae en hombres con una mayor cuota de gol como Balotelli o Suazo. Atención también a Marko Arnautović, un joven delantero procedente del Twente holandés con un futuro espectacular.

Salir de la versión móvil