Un Sevilla que quiere volver a ser grande
Pese a que el mal momento de sus competidores permitió al Sevilla mantenerse en posiciones de Champions, lo cierto es que desde el final de la etapa de Juande Ramos en el banquillo hispalense, la nota predominante en el equipo andaluz han sido las dudas, la irregularidad y un evidente empobrecimiento futbolístico. La apuesta por los técnicos y por unos jugadores que debían reemplazar a los pilares del histórico equipo que logró -entre otras- dos copas de la UEFA, no dio el resultado esperado. Esta temporada, no obstante, parece que el Sevilla si ha dado con la tecla con la elección de Marcelino García Toral como encargado de dirigir al equipo. Con contrincantes de la talla del consolidado Valencia de Emery, el ilusionante Atlético de Madrid de Diego o Falcao, la llegada de Bielsa a Bilbao, la aparición del Málaga o lo que queda del Villarreal, da la impresión que no había mejor momento para apostar fuerte por volver a construir un proyecto grande.
La voluntad de cambio se hace evidente ya desde la portería, donde Javi Varas se ha hecho con el puesto del histórico Palop. Se trata de un portero de características similares, con la salvedad que, debido a la tendencia en el fútbol español en los últimos tiempos, apuesta más por salir en corto jugando el balón con sus defensas. Por delante una línea de cuatro en la que Fernando Navarro en el lateral izquierdo y la pareja de centrales Spahic-Escudé parece fija. El internacional bosnio incorporado esta temporada procedente del Montpellier se ha adaptado rapidísimamente al equipo y ya forma parte de una de sus piezas clave en lo que va de temporada, donde ha destacado por su manejo en la anticipación, algo a lo que a buen seguro se agarrará Marcelino para hacer frente al F.C.Barcelona. Si la banda izquierda parece para el ex-barcelonista Fernando Navarro, en la derecha las opciones son para el también ex-barcelonista Martín Cáceres o Coke, incorporado esta temporada del Rayo. Muy probablemente, contra los culés y ante un extremo de tan marcada tendencia central como Villa, Marcelino apueste por el uruguayo y así formar en muchos momentos prácticamente con tres centrales.
Por delante, respetando el 1-4-4-2 tan interiorizad en el equipo, una línea de cuatro en la que se mantiene a dos volantes bien abiertos a los lados y, por el centro, a un mediocentro acompañado de un interior. El interior, el encargado de dar sentido al juego cuando el equipo no logra transitar rápido al ataque, lo alternan dos futbolistas con pasado en la Bundesliga, el alemán Trochowski y el croata Rakitic. Sea cual sea el elegido, no obstante, contará con un requerimiento añadido como es el de compensar el déficit de Medel a la hora de posicionarse en la salida. El chileno es un jugador que ve muy bien el fútbol de cara, pero que tiene más dificultades cuando debe orientar el cuerpo para recibir encarado en la dirección correcta. Es por eso, por ejemplo, que es como central cuando alcanza su mejor nivel. Debido a estos problemas, pues, no es extraño que en el inicio de la jugada, el hombre más retrasado sea el interior y no el mediocentro.
Para rellenar el espacio que las caídas del interior generan por delante del balón, Marcelino cuenta con los desmarques de apoyo del delantero que acompañe a Negredo -pues tanto Kanouté como Manu Del Moral tienen ese tip