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octubre 2011

Desde que Guardiola está al mando del equipo, el contar con una plantilla corta ha sido la norma. Mayor facilidad para repartir minutos y evitar que algún jugador se sienta apartado, homogeneización de niveles para evitar relajación en los teóricos titulares y la posibilidad para los jóvenes del filial de ver siempre la puerta del primer equipo abierta. El nivel de éstos, además, es una garantía para el cuerpo técnico, que sabe que si los necesita, los jóvenes responderán. Busquets, Pedro, Fontás, Thiago, Dos Santos, Sergio Roberto, Bartra, Muniesa, Montoya...

Quizá obligado por el inimaginable éxito de su primera temporada al frente de la primera plantilla del F.C.Barcelona en la que conquistó los tres títulos a los que aspiraba, cada temporada Guardiola ha lanzado un reto a su plantilla. Se trata de introducir alguna novedad que renueve la motivación del grupo, que obligue al jugador a esforzarse para asimilar nuevos conceptos para que el objetivo sea el día a día y no el largo plazo. En agosto de 2009, cuando el equipo iniciaba la temporada post-triplete, en En un momento dado escribimos: "La motivación será siempre la de ganar, pero los objetivos, aquello en lo que debe pensar el futbolista a lo largo de la semana, antes de saltar al césped o cuando el balón empieza a rodar, deben ser cada uno de los principios técnicos, conceptos tácticos o actitudes competitivas que posibilitarán finalmente conseguir la victoria."  Primero fue la prueba de la salida de tres incrustando al mediocentro entre centrales y el cambio en el perfil del delantero centro con la llegada de Ibrahimovic, y la pasada temporada, tras la marcha del sueco, la nueva posición de Leo Messi como falso delantero centro. El objetivo es sumar nuevos estímulos a los jugadores para seguir creciendo. Seguir mejorando respecto al año anterior. En esta línea, Guardiola ha puesto en práctica este inicio de temporada el esquema 1-3-4-3, aunque atendiendo a la composición de la plantilla y a las dudas sobre su viabilidad ante rivales del máximo nivel, en este post vamos a exponer una alternativa al cambio de sistema que permita al Barça de Guardiola seguir creciendo en su fútbol. Ésta pasa por potenciar el juego y la influencia de los miembros de la generación del 87, Piqué, Cesc y Messi.

Pese a que el mal momento de sus competidores permitió al Sevilla mantenerse en posiciones de Champions, lo cierto es que desde el final de la etapa de Juande Ramos en el banquillo hispalense, la nota predominante en el equipo andaluz han sido las dudas, la irregularidad y un evidente empobrecimiento futbolístico. La apuesta por los técnicos y por unos jugadores que debían reemplazar a los pilares del histórico equipo que logró -entre otras- dos copas de la UEFA, no dio el resultado esperado. Esta temporada, no obstante, parece que el Sevilla si ha dado con la tecla con la elección de Marcelino García Toral como encargado de dirigir al equipo. Con contrincantes de la talla del consolidado Valencia de Emery, el ilusionante Atlético de Madrid de Diego o Falcao, la llegada de Bielsa a Bilbao, la aparición del Málaga o lo que queda del Villarreal, da la impresión que no había mejor momento para apostar fuerte por volver a construir un proyecto grande.

Después de una temporada 2009/10 marcada por los continuos problemas con las lesiones, la pasada fue la temporada de la recuperación de Andrés Iniesta. Jugador vital la temporada del triplete, y ausencia clave para explicar el juego discontinuo en la 09/10, en la tercera temporada de Guardiola al frente de la nave culé, Iniesta volvió a ser uno de los futbolistas clave en los éxitos culés. Debido al fichaje de Villa y la consolidación de Pedro, sobretodo tras la incorporación en invierno de Ibrahim Afellay, la posición del manchego se asentó en el interior izquierdo del equipo, posición desde la cual mayor rendimiento ha ofrecido a las ordenes de Guardiola. Ya lo hizo en la primera temporada del técnico, una vez que Pep encontró acomodo a Henry en el extremo izquierdo, permitiendo al de Fuentealbilla grandes espacios por el interior. Desde éstos, su entendimiento con Xavi y Busquets en el triangulo del medio campo, su facilidad para generar siempre una línea de pase a su compañero, su visión en el último pase y, sobretodo, la facilidad con la que acelera la jugada valiéndose de su desborde en el uno contra uno, lo convierten en un jugador que suma en cada jugada y prácticamente imposible de controlar por sus rivales.

La vuelta del 4:

Hasta ahora, en las tres alternativas que hemos analizado buscando el espacio que Guardiola puede tener reservado para Cesc Fábregas, para dar entrada al de Arenys hemos prescindido, primero, de uno de los extremos -bien para adelantar a Iniesta, bien para formar un rombo en la medular- y en la última entrega, de uno de los cuatro defensas para pasar al esquema 1-3-4-3. La primera opción tiene en contra que implicaría la suplencia de hasta dos delanteros de la envergadura de Villa, Pedro o Alexis Sánchez, mientras que la segunda, arroja la duda competitiva sobre la defensa de tres y sobre la presencia de Dani Alves en ella -y su aprovechamiento-, ante rivales de la máxima exigencia. En esta última entrega, pues, plantearemos la que para nosotros fue la primera intuición cuando allá por 2010 Cesc empezó a ser una posibilidad que sonaba con fuerza: la evolución de la figura del mediocentro en el Barça de Guardiola.

Las dos últimas victorias en el Calcio deben llevar la tranquilidad a la Roma de Luis Enrique tras unos primeros pasos muy negativos en los cuales cabe contar, además, con la eliminación europea a manos del desconocido Slovan de Bratislava. Sin duda, los malos resultados iniciales no dibujaron el escenario ideal para dar tranquilidad a un nuevo proyecto que todavía debe tomar forma y encaje a las numerosas incorporaciones realizadas. Stekelenburg, Heinze, Kjaer, Jose Ángel, Gago, Pjanic, Osvaldo o Bojan Krkic, son algunos de los nombres que este verano han llegado al conjunto romano. El ex-azulgrana, en una operación peculiar más cercana a una cesión que a un traspaso, busca reencontrar en Italia la confianza perdida en sus últimas temporadas en el F.C.Barcelona.

- Sin Cesc ni Iniesta, Pedro completa el rombo:

 
Significativa apuesta de Guardiola por el 1-3-4-3 incluso sin dos de los centrocampistas titulares del equipo. Muchos podían pensar que la apuesta por situar a 4 hombres en la medular respondía a la acumulación de talento en esta línea del equipo con la llegada de Cesc y el ascenso de Thiago. No obstante, sin Cesc ni Iniesta, cuando lo fácil habría sido volver al 1-4-3-3 y formar con Busquets, Xavi y Thiago en la media, Guardiola mantuvo el esquema de las últimas fechas.
Para completar el rombo, pese a contar con Keita, en el vértice superior Pep utilizó a Pedro. Como ya analizamos en el blog, la posición del canario la pasada temporada tendió mucho al carril central gracias a la amplitud que aporta un lateral como Dani Alves, por lo que la decisión del técnico, aunque sorpresiva, resulta lógica.
Haciendo de Pedro en el extremo derecho, Guardiola situó a Adriano. Nos quedará la duda de que habría hecho el entrenador de estar disponible Alexis Sánchez, y si habría juntado en el campo a cuatro teóricos delanteros. Ante el Sporting, Adriano jugó de extremo derecho, la posición del chileno, y a nivel defensivo, Alexis aportaría tanto como el brasileño.