
Una fragilidad sobrecargada
En ajedrez, se dice que una pieza está sobrecargada cuando se debilita por acumular diversas tareas defensivas de forma simultánea. Cuando, por ejemplo, protege varias casillas de la amenaza directa de las piezas del jugador contrario al mismo tiempo. Se entiende que la cantidad de cometidos que recaen sobre ella y la consecuente imposibilidad de corresponder a todos ellos la convierten, por lo tanto, en vulnerable. De acuerdo a la composición final de la plantilla del FC Barcelona, Samuel Umtiti es una pieza culé, sobre el papel, sobrecargada. A pesar de partir desde un segundo plano como recambio a la pareja de centrales titular que se asentó la pasada temporada, en la figura del defensor francés convergen diferentes caminos llamados a marcar la emergencia de la zaga barcelonista a lo largo del presente curso.
Primera alternativa ante la posibilidad de que Clément Lenglet -quien le desplazó del once de gala- no mantenga el nivel que demostró meses atrás en un papel de relevancia superior al que inicialmente se planificó para él; solución principal, en tanto que tercer central del plantel, a una ausencia puntual tanto de su compatriota como de Gerard Piqué; y, producto de esto último, teórico segundo central derecho por detrás del catalán, Samuel ocupa un papel fundamental en la estructura de la plantilla azulgrana, entre los dos centrales titulares y la figura de cuarto central que encarna Jean-Clair Todibo. Y es que, en pos de una configuración que permita la convivencia de tres centrales de rango superior y un contexto cuidador para un joven futbolista de exposición controlada, la tercera plantilla de Ernesto Valverde en el Barça aparentemente parte con tres centrales titulares llamados a pelear y a repartirse los escenarios de mayor exigencia competitiva, y un cuarto elemento a modo de acompañante que pueda crecer en primera línea pero sin verse empujado al precipicio. Sucede, sin embargo, que de un tiempo a esta parte el juego de Umtiti no es una certeza.
No lo es porque su disponibilidad y respuesta física ha resultado enormemente intermitente, y también porque uno de sus rasgos particulares como central es que, si bien con el estado de forma adecuado llegó a brillar como -posiblemente- el central del momento en el panorama europeo, su capacidad de supervivencia en tramos de menor suficiencia es inferior a la que se estila en la demarcación. Es un defensor que expone más que otros sus momentos de baja forma. Por eso, si tanto por motivo de lesiones como por cuestión de rendimiento dudoso, el Barça no halla en Samuel una certeza competitiva para la rotación en el centro de la zaga, el escenario para el equipo podría resultar problemático más allá de la pérdida individual de una determinada pieza. No poder contar con la figura de un tercer central seguro implicaría debilitar la suma de tareas descritas más arriba y exponer a un zurdo debilitado a la exigencia de jugar a pierna cambiada, con el añadido de que, como antaño sucediera con Adriano Correia o Thomas Vermaelen, tener un recambio de disponibilidad física intermitente es doblemente conflictivo en tanto que su necesidad está directamente vinculada con la ausencia de uno de los titulares. Umtiti podría no estar en caso de que Piqué o Lenglet fueran baja.
Si finalmente así ocurriera y Samuel no lograra recuperar el nivel y la fiabilidad de temporadas anteriores manteniendo la dinámica negativa de los últimos meses, es probable que el Barça se vea obligado a forzar soluciones que, en principio, la estructuración de la plantilla no resalta. Desde el evidente paso al frente de Todibo, un remedio que en caso de resultar eficaz añadiría incluso otros beneficios dada su condición de futbolista diestro, hasta una mirada al filial para probar la respuesta de centrales como Ronald Araujo o Jorge Cuenca, pasando por la opción de exprimir posibles reconversiones como las de Junior Firpo, Semedo, Rakitic o De Jong, aunque éstas no se anuncien tan claras como las que en otro tiempo convirtieron en centrales a futbolistas como Yaya Touré, Abidal o Mascherano. A día de hoy, parte de la historia de la temporada del Barça, a propósito de la tranquilidad en la zona central de su defensa, recae sobre la espalda de Samuel Umtiti. Y ésta, a su vez, descansará sobre la rodilla del defensa francés.
– Foto: Franck Fife/AFP/Getty Images
David W. González 10 septiembre, 2019
Buenas Albert. Cuentan que Valverde se fiaría en un escenario negativo en cuanto a la rodilla de Umtití en el joven Araujo. ¿Qué opinas?
Moren 20 septiembre, 2019
Me parece el central del filial más preparado a día de hoy. Ya lleva una temporada jugando a las órdenes de García Pimienta, es un central maduro, casi inexpugnable en el cuerpo a cuerpo… La cuestión sería, un poco, la misma que con Todibo. Tanto el uno como el otro encajan en el papel de cuarto central, pero dependiendo del estado de Umtiti lo que va a necesitar el Barça es un tercer central, y ahí las exigencias y la forma de medir al jugador cambia.