
Guardiola contra cinco defensas
En el Manchester City, las últimas temporadas han estado muy marcadas tanto por la búsqueda como por el aprovechamiento que han hecho los de Pep Guardiola del espacio abierto en las defensas contrarias entre el lateral y el central. Ensanchando el ataque con los extremos, flanqueando al mediocentro con los laterales y pudiendo impulsar, así, a ambos interiores a través de los pasillos, han martilleado los citizens con insistencia a las zagas de sus rivales en la Premier League. Para muchos, a menudo el espacio entre defensores rivales viene dado por la profusión atacante de los laterales, pero para el conjunto skyblue, más habituado a enfrentar adversarios replegados, la norma dice que los espacios tiene que creárselos. Así se lo propuso su estreno en el campeonato inglés ante el Wolverhampton de Nuno Espírito Santo. Los Wolves formaron frente al aspirante organizados según un dibujo 1-5-3-2 que en ataque les permitía proyectar sin reparos a sus dos carrileros y que en defensa reducía los espacios entre cada uno de los zagueros. De este modo la espalda que en con línea de cuatro cubren dos jugadores, la protegían tres, al tiempo que el ancho defensivo que ocuparían cuatro futbolistas en esta ocasión se lo repartieron entre cinco. Cada uno de los centrales externos podría acercarse más al lateral más próximo, quedando en el centro una tercera pieza a modo de sutura.
De ahí que, pese a la llamativa coincidencia de Rodri y Fernandinho formando un doble pivote bastante ortodoxo en el mediocampo del City, un aspecto especialmente relevante del planteamiento de Guardiola fuera la utilización de su lateral derecho. Kyle Walker, aunque inicialmente compartió carril con un extremo poco extremo como es Phil Foden, durante varios tramos del encuentro mantuvo una altura notablemente baja en ataque, más cerca del paralelo de sus centrales que del de sus delanteros o, incluso, mediapuntas. Haciéndolo así, Pep le había lanzado un anzuelo al dibujo del Wolverhampton. Al respecto, el planteamiento posicional de los de Nuno tenía dos particularidades: la primera es que en defensa los carrileros asumen la zona que en las defensas de cuatro toman los laterales, y la segunda es que por delante de Adama y Marçal (después Vinagre) las bandas de los Wolves no contaban con más efectivos, como sí sucede en alternativas como el 1-4-3-3, el 1-4-4-2 o el 1-4-2-3-1. Si Walker empezaba la jugada abajo y abierto, sobre la pizarra no tendría a ningún adversario encima. Podría haber estimado Nuno que no era necesario que lo tuviera, pero probablemente empujado por el deseo de no facilitarle el avance al City, prefirió que varios de sus futbolistas se alternaran saliendo a tapar al internacional inglés. Los Wolves habían mordido el anzuelo.
Si la marca de Walker salía de uno de los puntas, los de Guardiola lograban pista por dentro a través de sus dos mediocentros; si salía del interior izquierdo, De Bruyne buscaba su espalda para recibir liberado y en disposición de cortar en dirección a portería; y si salía del carrilero, Foden podía elegir entre atacar al central izquierdo generando el tres contra tres por dentro junto a Sterling o Gabriel Jesus, o entre estirar hacia fuera a Saïss para separarlo del también central Coady y habilitar el pasillo para la llegada del belga.
El juego de dibujos entre Nuno y el de Santpedor se mantuvo durante el segundo tiempo con la respuesta del portugués tras la reanudación. Los locales cambiaron su respuesta defensiva a un 1-5-4-1 en el que Neto cambió la banda izquierda por la derecha y Podence retrocedió sobre la posición de Walker. El ajuste no sólo le permitió a Nuno una réplica más estable al planteamiento inicial del City, sino que paralelamente le generó un problema a su adversario en la otra orilla del campo. Puesto que, en resumen, su recomposición había consistido en sacrificar una pieza central para ganarla en banda, los costados del Wolverhampton pasaron a contar dos referencias en banda, moviéndose Neto y Podence por delante de los carrileros. De esta forma, el emparejamiento directo de los laterales del City dejaron de ser Adama y Vinagre, lo que aprovechó especialmente el primero para correr con libertad todo el largo del Molineux Stadium. Durante el primer tiempo, el 1-4-2-3-1 del City le había permitido a los de Guardiola una presión por pares muy automática, donde el punta y los extremos apretaban a los tres centrales, De Bruyne al mediocentro, Rodri y Fernandinho a los interiores y Walker y Mendy a los carrileros. Que esta última asociación se rompiera al tiempo que Sterling seguía siendo atraído por la salida con tres centrales de los Wolves, generó entre el lateral izquierdo citizen y su extremo una plataforma libre para las carreras del ex canterano del Barça. Como antes había hecho Walker en la partitura de Guardiola, a Adama le favoreció el punto ciego de la disputa entre las dos pizarras.
– Foto: Marc Atkins/Getty Images
Dsquared2 23 septiembre, 2020
Creo que este año es el máximo favorito para ganar la Premier, No veo al Liverpool con la misma fuerza en defensa que la temporada pasada.