
Conquistar los cuadrados
Al Barça de Xavi el mes de febrero le ha salido redondo. Ha superado con nota exámenes exigentes como los que a priori planteaban Atlético de Madrid, Nápoles, Valencia o Athletic, ha encontrado resultados, juego y unas sensaciones tanto individuales como colectivas inmejorables. Ha dado con su camino. Un camino en el que no tiene que creer porque ya creía en él antes. El camino en el que se reconoce. El Barça, después de bastante tiempo, vuelve a disfrutar jugando. Y ganando. Quiere que los partidos duren más de noventa minutos. Que el árbitro no marque con su silbato el final de la diversión. Que cuando termina un encuentro el siguiente llegue lo antes posible. Que después de febrero enseguida llegue marzo.
Los culés se despidieron de un mes muy positivo en el Camp Nou y contra el Athletic de Marcelino, en un duelo plagado de buenas noticias. Al triunfo se le sumó una nueva demostración de autoridad ofensiva, actuaciones individuales llenas de entusiasmo y la integración de piezas como Dembélé o Memphis Depay a la buena dinámica del equipo. Además, y por primera vez en este mes de febrero, los de Xavi acertaron a dejar a cero su portería, combinando de este modo su recuperado instinto goleador con la fiabilidad atrás que le venía faltando. A que esto sucediera contribuyó un rival con delanteros no especialmente peligrosos jugando a muchos metros del área, una propuesta local basada en la presión que alejó el partido de las inmediaciones de Ter Stegen, y un concurso incontestable de su pareja de centrales. Araújo y Piqué fueron autoridad, defendiendo muy arriba e imponiéndose en sus respectivos duelos para que el equipo no tuviera que correr hacia atrás. A lomos del habitual dominio físico y de los espacios del uruguayo, y del mejor Piqué de la temporada que mandó acompañado y acompañando a la presión, con la tranquilidad de saberse cubierto con un socio que actuando como central derecho es capaz de socorrer la espalda del lateral izquierdo.
La imponente actuación de Ronald y Gerard, marcando el dominio territorial y rítmico de los culés en el partido, le valió al Barça para camuflar el hecho de que a lo largo de la primera mitad su ataque tuvo menos mordiente que otros días. Mandó sobre el balón, jugó arriba y dio ritmo a su circulación, pero no encontró los caminos para generar peligro con la misma facilidad que ante Atlético, Valencia o Nápoles. Esto se debió, sobre todo, a que como señalaría Xavi en el post-partido, durante un tramo importante del partido a los locales les costó encontrar a Gavi y Pedri en los cuadrados, la zona que el técnico de Terrassa distingue en el espacio que se dibuja entre el central, el lateral, el mediocentro y el extremo rival de cada lado. En el plan de Xavi, las recepciones de los centrocampistas en esta parcela resulta clave para facilitar el desarrollo del ataque, bien porque los sitúa con balón cerca del área contraria, bien porque obliga al rival a desestructurar alguna de sus dos líneas defensivas, o bien porque atrayendo la marca de un adversario genera el espacio necesario para que un compañero trace el desmarque o encuentre situaciones de uno contra uno.
Las dificultades del Barça para lanzar a sus interiores entre líneas tuvo que ver, en primer lugar, con la necesidad de formar un escalón inicial de tres jugadores en ataque con el que tener superioridad numérica ante la doble punta bilbaína. Ya fuera porque Busquets se juntase con Piqué y Araújo, pasando Pedri a ocupar zonas propias del mediocentro (Imagen abajo a la izquierda), o porque el propio futbolista canario fuera quien retrasara su posición para iniciar la jugada a la izquierda de de los centrales (Imagen abajo a la derecha).
En banda derecha, por su parte, el reparto posicional entre Dani Alves, Gavi y Adama durante la primera parte fluyó con alguna dificultad. El lateral jugó menos cerrado en ataque y, principalmente, cuando la pelota circulaba por el lado contrario (Imagen abajo a la izquierda), y el interior tendió a caer mucho a banda taponando las líneas de pase que normalmente encuentran al extremo por fuera y muy arriba (Imagen abajo en el centro), dificultando que la posesión barcelonista encontrara a Adama en ventaja con la misma asiduidad que otras noches. No por nada, durante varios tramos del primer tiempo, buena parte de las progresiones ofensivas del Barça tuvieron lugar por el lado izquierdo, donde Ferran Torres sí pudo fijar atenciones rivales entre líneas despejando el carril para las subidas de un Sergiño Dest de nuevo cómodo a pierna cambiada (Imagen abajo a la derecha).
Ambos entrenadores trataron de mejorar a sus equipos tras el descanso. Marcelino dando entrada a su jerarca defensivo -Iñigo Martínez-, sumando piernas y recursos ofensivos con Sancet para poder amenazar a la zaga culé desde posiciones lejanas al área, y más tarde situando a Nico Williams en la banda de Dani Alves para enfrentar al veterano brasileño con la velocidad del canterano. Xavi, por su parte, que ya a la media hora de juego había ajustado la posición de Alves, interiorizó definitivamente al lateral en ataque para reordenar el carril diestro, y terminó de completar el cambio poniendo sobre el césped a Frenkie de Jong y Ousmane Dembélé.
La entrada del neerlandés y su capacidad de abarcar campo en vertical devolvió al Barça la capacidad para fijar por dentro y arriba con Pedri, y para que a partir de la posición del canario se aclararan los escenarios en banda para los extremos. El Barça reconquistó los cuadrados, aglutinó las vigilancias del Athletic por dentro y dejó tanto a Adama como, especialmente, a Dembélé, en disposición de retar individualmente a sus pares. En menos de media hora el francés marcó un gol y sirvió otros dos a Luuk de Jong y Memphis Depay, mientras por detrás, y ante un Athletic ya sin orden, Pedri hacía las delicias del Camp Nou. Con diecinueve años y disputando su segunda temporada en Primera División, el canario danza sobre el césped con una lectura y madurez impropias. A su edad se puede ser muy bueno, pero no es normal ser muy bueno de la manera que lo es él.
– Fotos: PAU BARRENA/AFP via Getty Images // Francesco Pecoraro/Getty Images
Pedri8 28 febrero, 2022
Enamorado de este Barça. Estamos creciendo día a día. El equipo va cogiendo velocidad de crucero
PCT 28 febrero, 2022
Increíble la evolución del equipo en el último mes. Y encima, estamos viendo que no es flor de un día. Hacía tiempo que no disfrutaba así con el equipo. Messi tapaba muchas deficiencias en el equipo con su abrumadora superioridad en casi todas las facetas del juego, pero este tipo de victoria coral la echábamos de menos. Pedri a lo suyo. Apunta a ser el mejor jugador español de la historia…
Pedri8 1 marzo, 2022
Algunos jugadores como Frenkie de Jong o Dembelé están que se salen. Serguino Dest ha dado un paso adelante. Piqué está muy bien físicamente. Se nota que están trabajando más. Pedri está que se sale también, y cuando entre Anssu, tendremos aún más gol. Aubameyang ha caido de pie, rendimiento inmediato desde el primer dia. Adama igual, Ferran está desafortunado de cara a puerta, pero entiende como nadie la creación de espacios. Incluso Alves parece que está en plena forma. Xavi forever ….
Shenzhen2020 3 marzo, 2022
Va a llegar un momento de bajón, o un mal partido, porque es inevitable: Aubameyang no va a salir a gol por partido; ni Adama dar una asistencia cada 90′ cuando en media temporada en Wolves no dio ninguna; habrá un extremo rival que le traiga de cabeza a Dani Alves y/o Dest; etc. Pero qué gusto da ver al equipo crecer… y cómo mola ser consciente cuando está pasando. Son como los primeros pasos de un niño.
Hay una oportunidad ””’muy bonita””’ de ganar la Europa League, porque cada título cuenta, y de intentar acabar la temporada lo más cerca posible de Madrid y Sevilla. Y a nivel individual, confirmar las recuperaciones de Dest y De Jong, que son dos futbolistas con mucha carrera por delante. El futuro es muy brillante si se sigue dando los pasos que estamos viendo en este mes y medio. Sobre todo porque casi todos los ingredientes, salvo la guinda del pastel, están en casa ya.