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Cuando se pierde una pieza

Cuando se pierde una pieza

Decía Ruud Gullit, histórico todocampista neerlandés, estandarte del Milan de Sacchi y de la Naranja Mecánica, que “un equipo de fútbol es como un buen reloj: si se pierde una pieza todavía es bonito, pero ya no funciona igual“. El FC Barcelona saltó el domingo al césped de Cornellà – El Prat con una única novedad en su alineación respecto al once que tan buenas sensaciones dejó contra el Atlético de Madrid: la entrada de Sergiño Dest en el lugar del sancionado Dani Alves. En la teoría, el lateral derecho fue el único cambio del equipo en comparación a la jornada anterior. En la práctica, cambiaron muchas más cosas. Y es que, en realidad, el estadounidense estuvo lejos de replicar el juego y el funcionamiento que puso sobre el verde Alves ante el Atlético, tanto por lo que respecta a su actuación individual como al papel que representó en el engranaje del equipo. Cambiando una pieza, cambiaron las demás.

Ya desde el acercamiento más superficial, el partido de Dest fue distinto al de Alves a nivel meramente posicional. Se le adivinó al lateral la intención de pesar por dentro como el brasileño, pero su fútbol no terminó de enraizar en ninguna de las zonas que le habilitaba su sector. Ni mucho menos ejerció como el sorprendente mediocentro que sí fue Dani la semana anterior, una suerte de colchón a la espalda de Sergio Busquets que Xavi utilizó para impulsar al capitán tanto con balón como en transición ataque-defensa. En consecuencia, el derbi de Sergio siguió otras coordenadas. Unas en las que su participación cuando el Barça tenía la posesión se ubicaba a una altura más retrasada, y en la que a la hora de presionar su espalda no tenía una cobertura clara. Lo que más se le asemejó fueron las poderosas anticipaciones de Ronald Araújo, bombero desde la posición de central con el que sofocar los fuegos que pudiera encender el Espanyol cuando encontraba a Darder.

Tampoco fue equivalente el rol de Jordi Alba, el domingo más contenido a la hora de incorporarse al ataque. Si Dest no ejerció de forma clara como lateral-mediocentro, el catalán tampoco fue el lateral-extremo que contra el Atlético de Madrid permitió a Gavi lucir como un mediapunta más. El canterano, de hecho, cumplió contra los blanquiazules como un delantero de banda bastante canónico, pegado a la orilla tanto en el inicio de la jugada como en el transcurso de la misma, y protagonizando no pocos duelos directos contra Aleix Vidal pegado a la cal y buscando línea de fondo. Todas estas alteraciones dieron como resultado más directo la pérdida de dos de los centrocampistas que una semana atrás habían mandado en el mediocampo azulgrana. Si Xavi contra los de Simeone tuvo a cinco (Alves, De Jong, Busquets, Pedri y Gavi), en Cornellà – El Prat solo disfrutó de tres que, además, estuvieron peor potenciados.

Así, junto al ya referenciado contexto de Busquets sin Dani Alves, tampoco Pedri y De Jong encontraron contra el Espanyol un escenario favorecedor, el primero debido a la tendencia de Sergiño Dest a invadir su zona, y el segundo porque con Busquets interviniendo más abajo fue menos protagonista en la base de la jugada. Pasando de jugar con cinco centrocampistas a hacerlo con tres, el Barça perdió armas para controlar el ritmo y el guion del partido. Un condicionante numérico que se alió con las dificultades visitantes para activar el cambio de orientación o el pase atrás de Adama en el sector de Dest, para favorecer un encuentro más roto de lo que habría deseado Xavi, más descontrolado y más inclinado hacia el intercambio de golpes entre los dos equipos. Afortunadamente para los culés, el mercado de invierno le ha proporcionado a su ataque nuevos guantes para el combate, de modo que a través de Pedri, Ferran, Gavi y de un Adama Traoré muy productivo pudo amenazar con el gancho.

También pudo hacerlo el Espanyol, gracias a la clarividencia de Sergi Darder y a la masterclass de Raúl de Tomás moviéndose por el frente de ataque, controlando el esférico en inferioridad numérica y habilitando a los compañeros de segunda línea. Con la salida del campo de Ronald Araújo, los golpes de Darder y RDT hicieron herida, y castigaron al desacertado Eric García con mayor contundencia de la que sufrían en el otro fondo Cabrera o Sergi Gómez. Hasta que ya con tres atrás, pocos centrocampistas y muchos delanteros, Luuk de Jong se vistió de Raúl Jiménez rematando a la red un preciso centro lateral de Adama. Quizá porque es quien menos necesita del contexto para activar sus virtudes, el canterano fue el culé más peligroso también el día en que, sin una pieza, el reloj fue bonito pero no funcionó igual.

 

– Foto: Eric Alonso/Getty Images

Comments:1
  • Fedecker 16 febrero, 2022

    La verdad es que se nota mucho la baja de Alves… Quizás lo más parecido de que disponga Xavi para sustituirle, y salvando las distancias, sería Nico. Pero no sé como llevaría la posición de lateral. La de MC bien, pero los automatismos defensivos del LD no serían lo mismo (sin que Alves sea un gran defensa, pero entiende mejor su posición). Bueno, y también Sergi Roberto, pero está lesionado. Aun así, como Alves (y duele decirlo tras tantos años buscando LD) no hay ninguno. Y a Nico no le veo la misma capacidad de creación, aunque se le ve que va para gran jugador.

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