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De Xavi a Gavi

De Xavi a Gavi

No es el futbolista más importante del equipo. Seguramente tampoco uno de sus fijos pese a iniciar como titular las tres primeras jornadas del campeonato. Pero ahora mismo pocos jugadores personifican más claramente la idea del Barça de Xavi que Gavi. A las órdenes del de Terrassa, el canterano es un interior vertical, desbocado en la presión y que en ocasiones sacrifica presencia con la pelota a cambio de que los extremos puedan participar más en el juego. En el Barça de Xavi, que arrancó haciendo titulares a Ilias y Abde o incorporando a Ferran Torres y Adama Traoré, y que ha continuado este verano apostando por la llegada de Raphinha, el del extremo es un trabajo tan protagonista como agradecido, para el que la compañía de Gavi supone un trampolín desde el que impulsar su juego e impacto en los partidos. El domingo, ante el Valladolid, el azulgrana mimado por la pizarra de Xavi y el fútbol del canterano fue el brasileño Raphinha, conductor de la mayoría de los ataques culers durante gran parte del encuentro. Acostado en el perfil derecho de la ofensiva local, que de inicio reclama más rectitud fijándose en banda que al extremo izquierdo, alrededor del ex del Leeds construyó el FC Barcelona una serie de mecanismos con la pelota orientados a que el jugador recibiera muchas veces el esférico y a que casi siempre lo hiciera en ventaja.

Ya desde el inicio de la jugada, el debut de Koundé en el lateral aumentó las opciones barcelonistas de generar ventajas desde la salida en la orilla derecha. El galo, más cómodo con la pelota que Araújo, se aprovechó de que su teórico marcador, Anuar, debía multiplicarse juntándose con Sergi Guardiola para la presión 2×2 contra los centrales del Barça, de modo que Jules encontró facilidades para progresar por fuera. Normalmente no lo hizo hasta la altura del área, pues con el objetivo de aclarar las situaciones de uno contra uno de Raphinha, el ex sevillista guardó una altura más próxima al mediocampo, asentando una posición desde la que surtir de balones al extremo y que, al mismo tiempo, sujetara la atención de la medular visitante lejos de Escudero cuando Raphinha encarara al lateral vallisoletano (Imagen arriba a la izquierda). Si Koundé fue clave para atraer rivales lejos de la zona de Raphinha, Gavi lo fue para arrastrarlos hacia dentro. Corriendo a la espalda de la línea de medios e internándose entre el central y el lateral blanquivioleta para generar espacios en banda (Imagen arriba a la derecha). Con Lewandowski fijando desde la zona del nueve, el Barça redondeó la estrategia con los cambios de orientación tanto de Eric como de Pedri desde la izquierda (Imágenes abajo), haciendo llegar el cuero a los pies de Raphinha antes de que el contrario tuviera tiempo de bascular y de llevar defensores a la contención del brasileño.

A diferencia de otros delanteros de banda tallados por el patrón del regate, Raphinha no es un extremo limitado a una jugada, sino que su fútbol en los últimos metros respira variedad. Prefiere la salida por dentro pero es capaz de mezclarla desequilibrando por fuera, y como su lectura contempla tanto el chut como el centro o el pase, hacerlo la voz principal de la ofensiva no condenó al Barça a un ataque lineal. Además del uno contra uno, Raphinha se asoció con Lewandowski, activó a Gavi cuando el canterano irrumpía por dentro o cuando se desdoblaba por fuera, e insistió en una conexión cada vez más sólida entre los extremos culers (Imagen abajo a la izquierda). Con el extremo derecho girando al juego hacia el carril diestro, en el arranque de Liga está siendo frecuente ver al extremo izquierdo asomarse a la corona del área para recibir el envío raso de su homólogo, aprovechando los espacios que crea Lewandowski empujando a la zaga y dejando el carril zurdo a las llegadas de un Alejandro Balde que nuevamente se hizo notar por personalidad, velocidad y desborde.

Otro de los aportes fundamentales de Gavi a la idea de juego del Barça es su implicación en la presión. Su energía, determinación y capacidad física hacen de él una pieza clave tanto cuando el equipo pierde el balón y busca la recuperación de forma inmediata, como cuando el rival inicia el juego desde atrás y el Barça plantea una defensa de líneas adelantadas. En este sentido, una de las novedades que viene planteando el cuadro culer en su arranque liguero es que, mientras en el curso pasado era el interior izquierdo el hombre encargado de formar junto al punta como una suerte de segundo delantero igualando la presión contra la pareja de centrales del rival, ahora este papel lo está desempeñando el interior derecho (Imagen arriba a la derecha). Se trata de una decisión que probablemente tenga que ver con el hecho de que Gavi haya pasado a situarse a la derecha del pivote cuando comparte mediocampo con Pedri, y que se equilibra con la presencia de un lateral como Koundé y un central como Araújo en el sector derecho de la defensa barcelonista. Y es que, con el interior presionando a la la altura de Lewandowski, es habitual ver a los rivales intentando buscar su espalda para aprovechar el debilitamiento de Busquets en el retorno o el recorrido lateral, una situación que se presume más controlada cuando Araújo y/o Koundé puedan hacer la cobertura a la derecha del capitán.

No se lo exigió mucho el Valladolid de Pacheta, un conjunto que en su regreso a Primera está demostrando una excesiva tendencia a perder el balón en campo propio cuando trata de salir en corto. Sin la capacidad para esconder el balón de Roque Mesa y expuesto a la aguerrida presión barcelonista, fueron multitud los errores visitantes en fase de construcción, sin que la capacidad para juntar rivales alrededor del cuero le sirviera para encontrar vías de escape a lo lejos. Por regla general las buscó poco, permitiendo que cualquier jugador del Barça eliminado por un pase del Valladolid siempre tuviera la oportunidad de regresar a la acción debido a que ésta no se alejaba de él, y cuando los hombres de Pacheta sí buscaron soluciones más directas hacia Sergi Guardiola se toparon con el buen hacer de toda la línea defensiva local. Dominante por arriba, atenta a las correcciones y precisa anticipando, la zaga del Barça imprimió ritmo a los ataques, mantuvo lejos de Ter Stegen a los delanteros rivales y sacó brillo a las virtudes ofensivas de sus integrantes. Especialmente relevante resultó el caso de Eric Garcia, ya mencionado en relación a sus cambios de orientación hacia el extremo derecho, y quien también destacó incorporándose con balón al mediocampo para dividir atenciones y generar nuevas líneas de pase hacia sus compañeros (Imágenes arriba).

No necesitó crearlas en el segundo tiempo, pues tras despedir la primera aparte con unos minutos de descontrol, Xavi afrontó la reanudación con ambos interiores situados en una posición más retrasada (Imagen arriba). Más presentes a los lados de Busquets y, en el caso de Pedri, incluso apareciendo como sobrevenido lateral en el inicio de la jugada, se descubrieron como futbolistas a los que siempre se les podía hacer llegar el balón para esquivar la presión, alargar la jugada, pausar los ataques y juntarse alrededor de la pelota. Un efecto parecido tuvo Robert Lewandowski desde la punta del ataque, combinando su exhibición de recursos a la hora de rematar a portería y su capacidad para fijar y mover a la zaga rival, con todo un muestrario de apoyos fuera del área para conectar con su compañeros. Dando réplica a los interiores, descansos a los extremos y una referencia alejada para el pase vertical de centrales y mediocentro a partir del cual encontrar de cara a Pedri, Gavi, Dembélé y compañía. Un nueve que, a la vez, es el killer y el director.

– Foto: JOSEP LAGO/AFP vía Getty Images)

Comments:1
  • Ricard Boada 30 agosto, 2022

    Vamos a ver si no es flor de un día y poco a poco los interiores empiezan a tener más protagonismo con balón. Hasta ahora se ha estado consiguiendo hacer llegar el balón a los extremos con facilidad, pero casi siempre con el equipo demasiado estirado, de forma que los ataques eran precipitados. Si en la construcción se madura un poco más el avance, el equipo logrará hacer llegar la pelota a los mismos extremos, pero en situaciones más ventajosas.
    En este sentido, pienso que la piedra angular del equipo debe ser Pedri. En los dos últimos encuentros Pedri ha jugado fases del partido más retrasado y esto ha dado mucho aire (y pausa) a la elaboración del juego, pero al mismo tiempo ha significado tenerlo más alejado del área contraria. No me parece una mala opción, siempre que el equipo sepa administrar esta pausa para subir juntos (aspecto clave del Barça de Pep, que era lo que permitía recuperar el balón rápidamente tras pérdida), cosa que permitiría al mismo Pedri llegar sin precipitación al área y seguir sumando a su lectura prodigiosa el otro aspecto que, a la larga, puede convertirlo en figura indiscutida mundial: el gol.
    No es hora de dejarse llevar por la euforia, porque el rival era un equipo que luchará por no descender, pero parece que de poco a poco los conceptos de Xavi se empiezan a notar, a medida que el 11 se ha ido llenando con las piezas adecuadas (Lewandowski y Koundé suben el nivel de forma exagerada).

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