
Alejandro Balde el rebelde
Ser entrenador es tomar decisiones y Gennaro Gattuso tomó unas cuentas este fin de semana sobre cómo iba a presionar su equipo la salida de balón del Barça. Decidió, por ejemplo, que lo haría a partir de emparejamientos hombre a hombre, pero que se cubriría en defensa dejando a un zaguero más que atacantes tuvieran los de Xavi. Esto significaría que presionaría con desventaja numérica de un efectivo y que, por lo tanto, su estrategia dejaría libre a uno de los jugadores rivales. Gattuso decidió que este futbolista fuera Alejandro Balde. La elección del técnico italiano tenía lógica, pues el joven canterano visitante no solo sería el elemento más inexperto en el circuito de salida del Barça, sino que además se vería forzado a jugar como lateral derecho, en una posición antinatural para él y desde la que ya en otros partidos, como ante el Celta, le había costado mucho sumar con balón. Una semana atrás, a Ernesto Valverde le había salido mal la jugada de dejar a Balde como hombre libre, pero a diferencia de entonces esta vez el catalán iba a jugar fuera de sitio.
Sucedió que desde muy pronto Balde se rebeló a la etiqueta de eslabón más débil. Con la misma personalidad con la que ha irrumpido en el primer equipo del Barça, asumió la responsabilidad de hacer valer la libertad que le concedió el Valencia a favor de los intereses barcelonistas. Con Foulquier siguiendo a Jordi Alba en la otra banda, Kluivert tapando a Busquets y Samu Lino haciendo pareja con Cavani por dentro para defender a los centrales, Balde tomó la iniciativa de girar el juego del Barça hacia el costado derecho (Imagen arriba). La alta participación del canterano (80 intervenciones) no solo le dio a su equipo una solución para esquivar la presión valencianista y llegar a la siguiente altura, sino que fue clave para que la salida culer encontrara una y otra vez a Pedri. En esta ocasión interior a la derecha de Sergio Busquets, el canario se benefició de que a medida que Balde avanzaba, con Lino superado eran Hugo Guillamón o André Almeida quienes debían caer a banda abandonando el centro para frenar la carrera del lateral, descongestionando así la zona por donde se movía Pedri (Imágenes abajo). Nadie en el Barça tocó más el balón que él (86 veces), ni nadie generó más peligro filtrando pases a los desmarques de los delanteros.
En esta faceta estuvo particularmente activo Ansu Fati, más ágil y ligero físicamente que sin acierto en el remate. El extremo izquierdo azulgrana, como acostumbra, pudo pisar zonas interiores, dejando la cal para las subidas de Alba y apoyándose en la posición de De Jong para aparecer en la mediapunta. El neerlandés, menos participativo en la construcción debido a que la jugada se masticaba en el lado de Balde y Pedri, mezcló apariciones en la base de la jugada con llegadas desde la segunda línea gracias a las cuales se vistió de segundo delantero junto a Lewandowski. A pesar de que el juego de los de Xavi no logró alimentar al polaco en la medida de lo deseado, el dominio de los visitantes durante la primera mitad fue claro, y el Valencia apenas pudo acercarse al área a través de un dos contra uno de Gayà y Lino contra Balde que siempre terminó topando con Koundé. Mientras estuvo sobre el campo el francés fue inexpugnable, erigiéndose en pieza fundamental para controlar el peligro de la banda izquierda che y para auxiliar a un Eric Garcia menos autoritario en los duelos desde que no le acompaña Ronald Araújo (Imagen abajo).
En el segundo tiempo Gattuso cambió el guion. Sin necesidad de introducir hombres de refresco, el técnico italiano modificó la estructura de su equipo en la presión, pasando a un 1-4-3-3 con el que podía adelantar a uno de los interiores para presionar dos contra dos a los centrales sin necesidad de dejar libre una de las bandas. Foulquier, que había arrancado el encuentro en banda enfrentado a Jordi Alba, movió su influencia hacia el interior, de modo que tanto Lino como Kluivert conservaran su presencia cerca de la cal tanto en defensa como en ataque. Lo primero le dificultó al Barça el avance, las posibilidades de que el esférico llegara a pies de Pedri, y movió las coordenadas del partido más lejos de Mamardashvili, mientras que lo segundo activó un plan de ataque fácil de ejecutar con las carreras de los extremos locales a la espalda de los laterales culers. Lo aprovechó especialmente la banda derecha del Valencia, corriendo con Kluivert y Castillejo detrás de Jordi Alba, y sacando a banda a un Marcos Alonso incómodo como central zurdo (Imágenes abajo).
Aunque tras la reanudación el Barça no logró recuperar el dominio del primer tiempo, la entrada de Raphinha y Gavi ayudó a que los de Xavi se estabilizaran. Tomando mejores decisiones el brasileño desde la cal, y revitalizando la zona de medios el canterano. Gavi sumó con y sin balón, y permitió la reubicación de De Jong como mediocentro que volvió a conectar con Pedri. Situado ya el canario en el perfil zurdo del mediocampo, las constantes caídas del neerlandés hacia el sector izquierdo del equipo contribuía a que el Barça encontrara la superioridad numérica a la hora de construir, de modo que moviendo la pelota entre De Jong, Alba y Ferran Torres ésta pudiera terminar en los pies de Pedri. En los pies de quien mejor trata el cuero de acuerdo a los intereses del Barça. De quien más puede acercarlo a Lewandowski.
– Foto: Clive Brunskill/Getty Images