
Más centrocampistas. Mejores centrocampistas
Xavi ha encontrado la tecla. También a los futbolistas. A la espera de medir las posibilidades de la plantilla en la rotación de determinados puestos clave, la apuesta aparentemente definitiva por juntar en la misma alineación a cuatro centrocampistas ha cristalizado en la mejor versión del proyecto que comanda el técnico de Terrassa. Es la versión con la que mejor se ha equilibrado el equipo en cada fase del juego, la que le permite al entrenador dar cabida en el once a los futbolistas más en forma y la que, además, más beneficia y subraya el rendimiento de cada uno de ellos. Que Busquets, De Jong, Gavi y Pedri coincidan sobre el césped, no solo está resultando positivo para el Barça como conjunto, sino que los propios centrocampistas culers, con tres socios en lugar de con dos, están subiendo su nivel. Son más y, además, son mejores que antes.
Por ejemplo, Sergio Busquets encuentra en sus tres aliados un refuerzo a la hora de dar salida al juego y de contener el carril central a través de De Jong, y más líneas de pase por delante con Gavi y Pedri encaramados a la mediapunta. Frenkie, por su parte, puede moverse en los ejes vertical y horizontal con libertad, apoyándose en sus tres compañeros de línea para dejar en buenas manos la ocupación de cada parcela en la medular. Para Gavi, saberse protegido a la espalda por un efectivo extra se traduje en un impulso mayor a la hora de activarse en la presión o de llegar desde la segunda línea, al tiempo que Pedri lleva su influencia sobre el juego y el balón desde la base de la jugada a la corona del área. El canario tiene a Busquets y a De Jong gestionando la posesión desde abajo y atrayendo a la medular rival para separarla de la defensa y, como Gavi, puede esperar agazapado en tres cuartos de campo, preparado para recibir, girarse y atacar a los centrales desde su campamento en zona de nadie. Demasiado arriba para ser referenciado por los pivotes, demasiado abajo para que los centrales pueden ir sobre él, y demasiado acompañado como para que el rival pueda centrarse en él sin destapar otros frentes.
Anoche, en el Benito Villamarín, el canario sacó a relucir una de sus caras más agresivas en ataque, verticalizando a la espalda de la medular bética para cubrir la vacante de tercer delantero que este nuevo Barça deja sin dueño a la espera de que algún culer la reclame. Ante los de Pellegrini, Pedri no fue el único en opositar a ella, sino que sin Dembélé y con un Lewandowski más bajo de forma que antes del Mundial al lado de Raphinha, la banda izquierda azulgrana retumbó al paso de Alejandro Balde. La mejor notica del curso para el Barça es un lateral izquierdo con bagaje de adolescente pero que, prácticamente desde el primer día, juega con los mayores con el poso de quien lleva varias temporadas compitiendo en la élite. Atento a los retornos, fuerte en los duelos defensivos, valiente con el balón en los pies y aportando al equipo una dosis de desborde tanto hacia fuera como hacia dentro que el conjunto culer agradece mucho, el canterano se adueñó del carril zurdo. La de Balde no es una misión sencilla, pues el encargo de activar la banda izquierda prácticamente en solitario lleva implícita, también, la siempre difícil gestión de la transición ataque-defensa. Del momento en el que el extremo debe convertirse en lateral, la defensa de tres pasar a ser de cuatro y en el que la espalda de Balde corre peligro de ser vulnerable.
Por norma general, no lo está siendo. Primero por el buen hacer del canterano, segundo por cómo la presión barcelonista consigue condicionar y contemporizar los intentos de contra rival, tercero por el orden y la energía de todo el equipo cuando debe correr hacia atrás y, finalmente, por el seguro de vida que forman la zaga y Ter Stegen como red de protección ante cualquier contingencia. Cada uno con sus armas, como si de un escuadrón de superhéroes se tratara, Araújo, Christensen y Koundé son tres zagueros muy difíciles de superar en el día a día de La Liga. Con una capacidad física muy por encima de la media de la competición y una autoridad diferencial en los duelos individuales, son el as en la manga de Xavi cuando el contrario merodea el área de Ter Stegen, y a la vez uno de los principales argumentos del Barça para que esto suceda tan poco como sea posible. Para que, a muchos metros del área, cuando el rival consigue esquivar la presión azulgrana y filtrar un pase hacia sus futbolistas más adelantados, la acción termine rápido, sin tiempo ni posibilidades de interrumpir el ritmo, hacer correr a los culers hacia atrás y distanciar en tiempo y espacio las embestidas del Barça. Para devolver rápidamente el guion a los pies de los centrocampistas. El Barça de Xavi, que empezó siendo el de sus delanteros, ya es el Barça de Busquets, De Jong, Gavi y Pedri.
– Foto: Fran Santiago/Getty Images
Pedri8 4 febrero, 2023
Acaba el artículo diciendo: “El Barça de Xavi, que empezó siendo el de sus delanteros, ya es el Barça de Busquets, De Jong, Gavi y Pedri.”
Yo añadiría que también lo es de Ter Stegen, Koundé, Araujo, Christensen y Balde, … y también de Dembelé y Lewandowsky. Y es que el equipo se ha marcado una primera vuelta de la liga de època, nada menos que 50 puntos, y todavía tiene bastante potencial de crecimiento en saber cerrar los partidos y aprovechar más y mejor el dominio con mayores goleadas.
Y es que ahora tenemos un once que repetir de memoria, un gran equipo que en plena fase de crecimiento se ha marcado la friolera de 50 puntos, y una sola de derrota, contra el Real Madrid.