Antes del día D

Antes del día D

Tito Vilanova lo tiene claro: se le ha presentado una oportunidad única y va a ir a por ella. Situados en la casilla de salida, esta temporada se presentaba durísima para el nuevo técnico. Sustituir a la última gran leyenda del F.C.Barcelona y enfrentarse a la vez, a un poderosísimo rival y al recuerdo de las mejores noches del Pep Team. Pero por suerte para el de Bellcaire el Real Madrid de Mourinho en las 4 primeras jornadas se dejó 8 puntos por el camino. Con este escenario, el clásico de la semana que viene se presenta como una oportunidad única.

Ocho puntos son muchos, y más de diez, como sucede en baloncesto, un golpe moral notable. Vilanova tiene al alcance de los dedos conseguir, quizá no un título, pero si crédito, tiempo y tranquilidad, algo importantísimo pues no debemos olvidar que estamos en un primer año de proyecto en un equipo en el que deben cambiar cosas. Antes, no obstante, el equipo se enfrentará a una dura piedra de toque tras el mal sabor de boca de las victorias ante el Spartak y el Granada. El Sevilla de Míchel, invicto hasta la fecha, será la clave que marque la trascendencia del próximo Barça-Madrid.

El hispalense es un equipo que, tras años de inconcreción futbolística, parece haber encontrado el camino o al menos, una tranquilidad muy beneficiosa. Michel, tras dejar atrás su idea inicial de posesión, toque y asociación que puso en práctica en la cantera del Madrid y en su etapa en el Getafe, parece haber encontrado la fórmula. El Sevilla ha vuelto a la agresividad, la verticalidad y la transición vertiginosa. Se ha hecho fuerte atrás con la aparición de un doble pivote por delante de la defensa. La novedad ahí es Maduro, el mediocentro posicional, formando junto a Medel, el hombre liberado. El chileno es un medio con un enorme recorrido tanto horizontal como vertical, muy agresivo, impetuoso y no exento de calidad técnica. Con dificultades para ser mediocentro único, la presencia de Maduro a su lado le permite gozar de un nuevo protagonismo en ambas transiciones. Muy probablemente lo veamos emparejado con Xavi.

Como observamos, Michel ha pasado a apostar por una media que destaca más en la contención. Antes, incrustados en un centro del campo de tres, podían aparecer tanto Rakitic como Trochowski. Hoy, los dos ex de la liga alemana, forman por delante en una línea de tres por detrás del punta. Explotan verticalidad y llegada, y el movimiento hacia el interior de Trochowski desde la izquierda ofrece posibilidades interesantes al equipo cuando tiene el balón. En banda derecha está Navas que como siempre será el hombre más peligroso del conjunto sevillista. Aguanta el balón, transita como el rayo, con capacidad para per el hueco e imparable en el fuera-fuera. Además, esta temporada, porfin, la secretaría técnica le ha encontrado un compañero de banda que le evite el desconsuelo cuando recuerda su sociedad con Dani Alves. Se trata del brasileño de 25 años Cicinho, ex del Palmeiras.

Arriba esperará Negredo, presto para rematar el centro, que a buen seguro pondrá en problemas a la novata pareja de centrales que presente Vilanova. Se trata de un ariete muy versátil, capaz de caer a banda, de aguantar el balón tras el movimiento de apoyo o de buscar la espalda del central con un desmarque sin balón. La paleta es rica y no va a simplificar su defensa. A Mascherano y a Song les tocará interpretar una demarcación sobre la que no son expertos.

En el otro área, Michel ha cambiado respecto a su pareja de centrales inicial. Spahic es fijo, pero junto a él ahora aparece el ex azulgrana Botía. Durante los primeros partidos de Liga esa plaza fue para Fazio, la principal víctima de que el equipo no terminara de arrancar. Veremos que sucede contra los culés. La pareja Spahic-Botía parece haberse afianzado, pero si el Barça establece ataques posicionales de manera continua, la capacidad para defender dentro del área del central argentino, se presume vital para proteger una portería que empezó siendo defendida por Diego López y que ahora defiende el veteranísimo Palop.