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El nuevo Thiago Motta

El nuevo Thiago Motta

Corría la temporada 2002-03 y el Barça más triste de los últimos veinte o treinta años visitaba el Santiago Bernabéu para medirse al Madrid de los Galácticos. Los locales saltaron al campo con Casillas, Roberto Carlos, Figo, Zidane, Raúl o Ronaldo. Los culés con Bonano, Gabri, Sorín, Mendieta o Overmars. Y con Thiago Motta. El italo-brasileño había debutado la temporada anterior después de destacar en el filial como interior izquierdo o incluso como mediapunta. Aquel día ante el Madrid, sin embargo, jugó de mediocentro con el encargo de marcar a un francés que con el 5 en la espalda llevaba por nombre Zinedine. Motta lo logró, y el partido terminó con un sorprendente empate a uno y con la sensación de que aquel joven centrocampista podría terminar siendo la única nota positiva de una temporada, por lo demás, aciaga. Fue la última antes de que Txiki Begiristain se hiciera cargo de la dirección deportiva y Frank Rijkaard de la primera plantilla.

En los tres años siguientes, el equipo no dejó de crecer, pero Motta nunca terminó de asentar lo que antes había apuntado. Primera rotación en mediocampo la 03-04, prácticamente inédito una temporada después, a causa de una lesión de rodilla, en la consecución de la primera Liga del ciclo, su momento de más peso como azulgrana llegó en el curso 05-06. No es la temporada en que jugó más, pero sí en la que fue más importante. Rijkaard, a quien la falta de control en Stamford Bridge un año antes había apeado de la Champions, había aprendido la lección y Thiago Motta sería, en parte, su solución. Como interior izquierdo, el canterano, además de ser un efectivo más a sumar en la defensa del balón parado, fue un refuerzo extra a la medular culé y la pieza que garantizaba a su entrenador, mantener hasta cinco jugadores por detrás del balón. El mismo Chelsea de Mourinho que había sido verdugo 12 meses atrás, volvía a cruzarse en octavos, pero esta vez, con Motta titular tanto en la ida como en la vuelta, los londinenses no cortaron el camino de aquel Barça de Rijkaard hacia la segunda Copa de Europa de la historia del club.

No le sirvió este protagonismo a Motta para afianzarse, y señalado por las lesiones y la irregularidad, un año después abandonaba el Barça por el bien de todos. No le fueron bien las cosas en el Atlético de Madrid, y tras una temporada en Genova, fue a parar al Inter de Mourinho con el que volvería a salir campeón de Europa. Sin embargo, el mejor momento de su carrera le ha llegado ahora, en el PSG. Barcelona-Londres-París. Otra vez como mediocentro, parece haber encontrado la serenidad que le faltó antes para dar regularidad a unas condiciones que siempre fueron muy buenas. Ahora tiene poso, y los años le han permitido entender mejor el juego. Desde el mediocentro, fue uno de los medios más en forma del continente durante varios meses, y su sociedad con Verratti, con quien se reparte con armonía las zonas del mediocentro y del interior, son una de las claves de un conjunto francés sin respuesta en su país y al que los cuartos de final en Champions parecieron poco.

Con Italia es suplente, básicamente porque comparte selección con Pirlo, De Rossi y Verratti. Un mediocentro histórico, el que era el mejor hasta no hace mucho, y uno de los que optará al trono en el futuro. Sin embargo, en el equipo de Prandelli, en el de Pirlo, Motta no es un simple actor de reparto. Durante los partidos, a medida que las piernas de Andrea pesan más, se impone la necesidad de contar con su trabajo sobre el campo para que ejerza de escudero. En la primera jornada entró en el lugar de su compañero en Francia, y es que la azzurra ha acudido a Brasil con un batallón de mediocentros sin parangón en ninguno de sus competidores. En el once, tres que son referencia, y en el banquillo, simplemente, uno de los mejores mediocentros de Europa. Thiago Motta. Quién lo iba a decir.

Comments:1
  • urbankid 20 junio, 2014

    Después de aquel marcaje a Zinedine fue de mis favoritos en la plantilla. Pero las lesiones y la Sala Bikini (el wingman de Ronaldinho) lo alejaron del Camp Nou.
    Como ave phoenix resurgió con la ayuda de Mourinho y si no me equivoco a Cesc le pasará lo mismo en el Chelsea.
    Que importante es un buen entrenador, un buen entorno de trabajo y tomarse la profesión con seriedad.

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