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Con Leo Messi a la espalda

Con Leo Messi a la espalda

No hay otro equipo que en sus enfrentamientos directos haya sufrido a Leo Messi más que el Eibar. Sin un agravio conocido que intermedie entre el conjunto guipuzcoano y la saña de El Diez, el estandarte barcelonista acumula ante los armeros tantas cifras relucientes como méritos escénicos de incontestable autoridad. De este modo sucedió nevamente el sábado en el Camp Nou, con cuatro goles reunidos de modo casi involuntario, sin ansias de castigo, y una actuación general del argentino que propició la tarde más serena de cuantas ha vivido, hasta la fecha, el joven Barça de Setién en Liga. Parte del mismo relato que vehicula la leyenda de las exhibiciones de Messi ante los diferentes Eibars que los años han puesto a su paso, lo cierto es que, en esta ocasión, el impacto de Leo en el partido llegó de un modo algo distinto al que más habitualmente tiene contra el equipo de Mendilibar. Normalmente muy vinculado al regate y a su devastador efecto ante un planteamiento rival que suele buscar la presión intensa y el estrechamiento del terreno de juego en determinadas zonas del campo, esta vez el lustre del argentino lució mucho más relacionado con su activación recibiendo el balón a la espalda del doble pivote visitante que con las carreras sorteando adversarios.

Al Camp Nou saltó un Eibar distinto al de otras temporadas. Los de Mendilibar en esta ocasión optaron por moderar la agresividad de su primera línea en la recuperación, permitiendo una superioridad numérica a los centrales culés que Ter Stegen se encargó de subrayar, y centrando sus esfuerzos en defender las recepciones del mediocampo barcelonista. Con Escalante sobre Busquets, Diop y Expósito sobre Rakitic y Arthur, y con Orellana e Inui en posiciones intermedias invitando a una salida del Barça por los laterales con pocas expectativas de éxito, de manera que la avanzadilla armera la protagonizara en solitario Sergi Enrich. La salida de balón del FC Barcelona, como ante el Getafe, tuvo nuevamente a Ter Stegen como un elemento fundamental, puesto que se trataba del azulgrana involucrado en esta fase del juego más liberado con la pelota en los pies (Imagen arriba a la izquierda). En este sentido, el aire que le permitió el Eibar al primer escalón del Barça provocó que se viera al guardameta formando entre centrales más arriba de lo habitual (Imagen arriba a la derecha), prácticamente en la posición donde se esperaría a un jugador de campo.

Si bien la colocación y participación adelantada del alemán no derivó en un reparto zonal que lo arropara como si se tratara del central que aparentaba ser (ni Piqué ni Lenglet se escoraron para abrir la salida ni tampoco escalaron su posición haciendo valer el revelo del meta en la primera superioridad numérica), la variante sí tuvo tres aspectos favorables a los locales más allá de la activación de un apoyo extra. En primer lugar, involucró en la salida a un pieza con más tiempo que el resto para detectar la mejor opción de pase, situación que, por ejemplo, al Barça le sirvió para conectar en largo con un Arturo Vidal alineado para la ocasión en el extremo izquierdo (Imagen arriba a la izquierda). También liberó a Busquets de tener que ser él el hombre encargado de perder metros, pudiendo permanecer en el mediocampo tanto a la hora de distribuir como de empujar a la presión tras pérdida. Y finalmente incrementó las opciones de que el primer peldaño del juego culé juntara pases en un sector del campo con tal de que, después de atraer las vigilancias del Eibar, se habilitara una posibilidad despejada de avance en el lado contrario. De este modo, conectando en corto Piqué y Ter Stegen, los culés alejaban a Enrich de Lenglet convirtiendo al central galo en su primera vía de escape.

Fue en este lado izquierdo del ataque del Barça donde los de Quique Setién generaron su principal ventaja táctica, combinando a varios de sus jugadores para procurarle a Leo Messi el trono desde el que finiquitaría el choque. Desde la óptica del Eibar, la clave fue tanto la tendencia que tuvo Diop a perder la posición saliendo sobre la recepción de los mediocampistas azulgranas, como el hecho de que la cobertura de Expósito a la espalda del senegalés prácticamente nunca llegara a tiempo. Así, con el Barça instalado en campo contrario, cuando Arturo Vidal fijaba hacia dentro la posición de Tejero y una internada de Junior Firpo arrastraba a Orellana como improvisado lateral, los locales despejaban un espacio a la izquierda de su mediocampo que emplearon para que el esférico encontrara con facilidad a Arthur Melo (Mapa arriba a la derecha) y para que las recepciones del brasileño extrajeran a Diop del centro del tablero. Ahí iba a recibir una y otra vez Leo Messi (Imágenes arriba), esta vez tan participativo por delante de la medular rival como a su espalda, abandonando la banda derecha y aprovechando tanto la salida del mediocentro senegalés como los movimientos de arrastre de Antoine Griezmann, para recibir con espacios y pudiendo arrancar encarado hacia la portería de Dmitrovic.

– Foto: Alex Caparros/Getty Images

– Gráficos: as.com

 

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