
Gavi, Pedri y el plan de Xavi
¿Qué perfil del campo es mejor para cada interior? Durante años, al Barça esta respuesta se la dio Leo Messi, bien fuera porque al equipo le interesara tener cerca del argentino a un centrocampista como Xavi que le garantizase entrar mucho en juego, o bien porque el entrenador priorizara darle al 10 un socio menos apegado al mediocampo y que abandonara su espacio para entregárselo a Messi pasando a ocupar las zonas que Leo dejaba vacías. Así pasaron por la banda del argentino socios como Rakitic, Arturo Vidal o, más recientemente, Frenkie de Jong. También en este sentido el adiós de Messi ha cambiado la guía a seguir. El neerlandés, por ejemplo, que a las órdenes de Koeman pareció encontrar su lugar sumando llegada desde el perfil derecho de la medular, con Xavi normalmente ha tenido más protagonismo en la izquierda pese a que también es el lado que le sienta mejor a Pedri. Salvo en el último precedente ante el Elche, Pedri ha tendido a ocupar el interior derecho cuando ha compartido once con De Jong, y el izquierdo cuando lo ha hecho con Gavi o Nico. Anoche, frente a Osasuna, se mantuvo en la derecha aunque su socio fue Gavi. Xavi tenía un plan acerca de sus interiores.
La estrategia del técnico de Terrassa para enfrentarse al conjunto de Arrasate consistió en encontrar rápido a sus extremos en una posición muy abierta y adelantada. En hundir y ensanchar al equipo rojillo, dificultar su sistema de ayudas defensivas y procurarse un contexto favorecedor tanto a la hora de mover el balón como de recuperarlo. El objetivo culé fue instalarse en campo rival, generar espacios para llevar peligro sobre la portería de Sergio Herrera, y poder aplicar una presión tras pérdida que lo tuviera todo a favor. Esto es: que se diera con el rival muy atrás y a poder ser desordenado, desconectado de sus puntas y con muchos futbolistas del Barça cerca de la pelota. La fórmula que diseñó Xavi para llegar a cada uno de sus extremos, no obstante, fue distinta. Para encontrar a Ferran Torres en la izquierda, por ejemplo, le pidió a Gavi ser una versión actualizada de Seydou Keita, reproduciendo con el canterano uno de los movimientos que definieron la contribución del malí en el histórico conjunto de Pep Guardiola. Con balón en los pies de los centrales, el cometido de Gavi era el de dibujar un desmarque vertical sin balón, dirigido entre el central y el lateral derecho de Osasuna, para obligar a este último a cerrar su posición de manera que la banda quedara vacía para que Ferran recibiera cómodamente (Imagen abajo a la izquierda). De ello también participó Jordi Alba, de inicio menos presente en la zona del extremo para sujetar a su par lejos de Torres.
Por banda derecha, en cambio, la función de Pedri no tuvo tanto que ver con el movimiento como con la sujeción. Su misión era la de fijarse por dentro, entre el mediocentro y el central izquierdo rival, de forma que su amenaza los clavara a ambos lejos de la ayuda en banda (Imagen arriba a la derecha). Si Gavi fue Keita, Pedri fue Iniesta. ¿Y quién fue Xavi? Dani Alves. El brasileño, lateral derecho en la teoría pero centrocampista en la práctica, en ataque interiorizó constantemente su posición, convirtiéndose en tercer central primero y en cuarto mediocampista después, arrastrando a Rubén García para que Piqué tuviera el pase franco hacia la banda, y dándole al ataque del Barça un organizador tan seguro como creativo ubicado a la derecha de Busquets, unos metros por detrás de Pedri (Mapa abajo a la izquierda). Piqué, que no es Koeman ni Rafa Márquez en lo que al desplazamiento en largo se refiere, encontró en este decorado un contexto para insistir en él, conectando directamente la línea defensiva con la posición adelantada de los dos extremos culés (Mapa abajo a la derecha).
Como Ferran y Dembélé son dos atacantes de características diferentes, también lo fue su forma de aprovechar las ventajas que les proporcionó la pizarra de Xavi. El internacional español lo hizo desde el movimiento y la permuta, armonizando el intercambio de posiciones con Aubameyang, Gavi y Jordi Alba para poder terminar las jugadas por dentro. Dembélé, por su parte, lo hizo teniendo mucho protagonismo con el balón en los pies, amenazando con salir por fuera para poner el centro o con romper hacia dentro buscando la asistencia, y guiado de tal modo por Dani Alves y Pedri que su juego apenas tuvo la oportunidad de tender al descontrol. Tal fue la superioridad exterior del Barça que a la hora de ajustar Osasuna terminó comprometiendo el carril central. En la primera parte, antes de los cambios, para que Aubameyang siguiera demostrando que en pocas semanas se ha convertido en un pilar fundamental en el juego de ataque barcelonista desde la ruptura, el apoyo y la presión; y tras la reanudación, ya con los visitantes reorganizados en un 1-5-3-1-1 y tres goles por debajo, para que Alves, Jordi Alba, Busquets, Gavi y Pedri gestionaran la ventaja sin apenas sobresaltos. El Barça tuvo el balón muy arriba, lo hizo circular con velocidad, no sufrió atrás y recuperó en campo contrario. Hizo el partido que Xavi ha querido hacer desde que volvió al Camp Nou.
– Foto: David Ramos/Getty Images
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Patrafisic 14 marzo, 2022
Ahora tocará ver si contra el Madrid puede funcionar. Con Vinicius buscando constantemente a Alves, está claro que le tocará a Araújo ejercer de central derecho, para ser el apagafuegos, y en la salida el uruguayo es todavía menos Koeman o Márquez que Piqué. Imagino que los interiores serán De Jong y Pedri y no me extrañaría ver a De Jong en la izquierda haciendo la de Gavi, pues el holandés tiene el desmarque en profundidad que el canario no tiene. Arriba veo el mismo tridente que contra el Osasuna. La verdad es que de ser un equipo muerto hace unos meses, ahora estamos en condiciones de ir a Madrid con argumentos para dominar y ganar el partido, y es ilusionante.