
Memphis desde la orilla
La primera vez que Pep Guardiola utilizó a Messi como falso nueve fue en el Molinón. La posición del argentino resultó una sorpresa para el Sporting de Gijón, una de las claves de la goleada barcelonista y un quebradero de cabeza para el central Gerard Autet: ”Lo recuerdo. Era mi debut en Primera División, además contra el Barça… y Messi provocó mi expulsión. Lo podré explicar a mis nietos. El falso nueve era muy nuevo. Te hacía dudar entre salir o no salir. Por delante tu pivote tenía que encargarse de los dos interiores del Barça, y por detrás aparecía Eto’o que podía fijar más a los centrales. Pensabas: si salgo, dejo la defensa muy desprotegida”. Condenas parecidas a las de Gerard sufrieron otros muchos centrales, enfrentados a la duda de cómo reaccionar a la vaporosa demarcación de Messi. Al dilema entre guardar la posición y permitir la recepción tranquila de La Pulga, o perseguir al 10 del Barça a cambio de abrir un agujero en la zaga.
Con el tiempo, lo que al principio fue un dilema terminó teniendo una respuesta: pasarían ambas cosas. El central seguiría al argentino para restringir junto al mediocentro el espacio hábil de Messi, pero no lo haría solo, sino que toda la línea saldría con él. El riesgo de conceder metros a la espalda era asumible a cambio de reducir el impacto de Leo. Así nació la dominante pareja de centrales formada por Pepe y Sergio Ramos en el Real Madrid, y así se fueron sucediendo planteamientos defensivos tendentes a adelantar la línea. No por nada, Guardiola se despidió del Barça empleando muchas veces a Alexis Sánchez por delante de Messi, Vilanova tomó su relevo haciendo lo propio con David Villa, y Luis Enrique levantó su proyecto situando a Luis Suárez como delantero centro. ”Lo que hacía Suárez era fijarle a los dos centrales. En el rol de falso nueve a veces ya no era tan sencillo como al inicio, porque los rivales ya habían perdido el miedo y lo fijaban con los centrales y retrasando la posición de uno de los pivotes. Fue cuando se dio cuenta de que con Luis tenía un compañero que era capaz de sujetar a los dos centrales, y que él así iba a tener más opciones”, relataría Juan Carlos Unzué.
Hoy en día para un delantero centro es difícil contactar el balón de espaldas a portería sin un central pegado a los talones. Ahí, los atacantes con más afinidad por la descarga rápida y por tener poco tiempo el esférico en los pies suelen tener más facilidad que los puntas que gustan de retener la pelota. Aubameyang es de los primeros, Memphis Depay de los segundos, y por eso el neerlandés, que a las órdenes de Xavi había mostrado un encaje conflictivo como nueve, firmó ante el Mallorca su mejor actuación en bastante tiempo partiendo desde la banda izquierda. Memphis, como aquel Messi que vino después de Pep, es un delantero que agradece tener compañeros por delante de su posición, capaces de marcar las referencias de la línea defensiva rival para no tener que recibir constantemente de espaldas al arco. Ubicados en la orilla como punto de partida para trasladarse hacia el centro, por detrás del delantero y entre las líneas del equipo contrario. Menos rodeados, con la línea de cal como respaldo y una salida que oriente su pierna buena haca la portería. Si antes del duelo contra el Mallorca Memphis promediaba 50 intervenciones y 30 pases por partido con el Barça, frente al conjunto bermellón alcanzó las 85 intervenciones y los 62 pases. El cuadro culé cargó el juego sobre su lado, y se apoyó en su capacidad escondiendo el balón para dar tiempo a que cada jugador ocupara su lugar en ataque.
Al respecto, el de Gavi fue muy adelantado, casi como un delantero más, pues el rol del canterano escondía una de las claves del planteamiento diseñado por Xavi. El andaluz debía fijar la atención del central derecho rival y sacarlo de su zona para que Memphis y Aubameyang atacaran el agujero. Que esto fuera así tuvo que ver, también, con la posición de los laterales del Barça -los hombres con más participación del once- esta vez más centrados a ambos lados de Busquets, como punto intermedio entre los centrales y la última línea barcelonista, y como reclamo para que los centrocampistas del Mallorca tuvieran que ceder la vigilancia de Gavi y De Jong a la defensa. Si el lugar del canterano estuvo cerca de los delanteros, el de Frenkie resultó más amplio y liberado, apareciendo a ambos lados de la medular, intercambiando alturas con Busquets para ganar protagonismo en la base de la jugada, y alargando sus trayectos en conducción y corriendo en ataque. Apoyándose en el juego de centrocampista de Dani Alves, la presencia en el área de Aubameyang y la pausa de Memphis para no tener que estar de manera fija en ningún lugar y para poder aparecer en muchos sitios. Tocó más el balón que sus dos compañeros de línea, y dio veinte pases más de lo que en él es costumbre esta temporada. Sin Pedri es otro Barça, y en ausencia del canario Xavi lo probó con Memphis y De Jong.
– Foto: PAU BARRENA/AFP via Getty Images
Josep 2 mayo, 2022
Ese rol de Memphis de hoy podría encontrar un upgrade con un posible fichaje de Joao Félix, el problema es que también está Ansu para ese extremo izquierdo, y Ansu no es eso.