
El pentágono de los dos Joaos
Joao Cancelo es lateral como lo es Trent Alexander-Arnold, como lo eran Dani Alves y Marcelo o como todo apunta que lo será el argentino Valentín Barco. Es decir, como excusa. Ni sus comportamientos, ni su impacto ni su relación con el juego es el que habitualmente se espera de quienes ocupan su lugar. Es un talento ubicado en la demarcación de lateral porque partiendo desde ahí la gran mayoría de rivales no están preparados para contener a un futbolista de sus características.
Su primera titularidad en el Fútbol Club Barcelona dio como resultado la mejor actuación de los de Xavi en lo que va de temporada. Un cinco a cero ante el Betis de Manuel Pellegrini atractivo en lo futbolístico y especialmente positivo en lo anímico. El juego de los azulgranas fue alegre, valiente y divertido, y si bien la novedad de algunas piezas supuso cierto desorden en el reparto de posiciones en el carril central, que provocó que la transición defensiva por momentos fuese más vulnerable de lo deseado, pesó más el refuerzo moral de comprobar que, después de un curso en el que el Barça tuvo que sudar cada punto para coronarse campeón, esta temporada el talento de la plantilla también debe permitirle ganar partidos sin tanto esfuerzo.
– El mapa de calor de Joao Félix contra el Betis (vía as.com) –
Uno de los protagonistas que más contribuyó a esta sensación fue Joao Félix, cuya entrada en el equipo se produjo en los términos esperados. Esto es, ocupando la mediapunta izquierda detrás de Lewandowski, por delante de Frenkie de Jong y dejando la responsabilidad de abrir la banda a Alejandro Balde (Imagen arriba). El ex-colchonero jugó donde antes han jugado Gavi, Gündogan o Pedri, pero con la tendencia a verticalizar la jugada y a activar el área rival que le corresponde a un atacante. Recibiendo a la espalda del doble pivote visitante, sin la necesidad de bajar hasta la base para contactar con el balón, conduciendo para activar el desmarque de los más adelantados y moviéndose por la frontal del área para abrir líneas de pase a sus compañeros y generar incertidumbre en el rival.
El luso, además, incorporó dos movimientos a su actuación que pueden resultar de mucho valor para su encaje en el equipo. El primero fue el desmarque al espacio, suerte que el ataque barcelonista en ocasiones extraña y que sirvió para invitar a los pasadores culers a incrementar la intención dañina de sus envíos. La mezcla de apoyos y carreras de Joao Félix ayudó a que la circulación del Barça fuera más agresiva. El segundo movimiento que sumó el jugador a su repertorio fue el que le llevó a vincularse más con la cal de lo que habitualmente lo hacen los centrocampistas que en el sistema de Xavi han venido desempeñando su rol. Como se apuntaba anteriormente, la orilla siguió siendo cosa de Alejando Balde llegando desde el lateral, pero no fue extraño ver a Joao orillarse en el inicio de la jugada para fijar a Bellerín y poderlo arrastrar posteriormente hacia dentro. Gracias a ello Alejandro Balde pudo contemporizar algo más sus incorporaciones y participar en la salida desde atrás del equipo, y también alternar las subidas por banda con otras conducciones más interiores atacando a los mediocentros o a los centrales béticos.
Si la de Joao Félix fue una titularidad más novedosa en cuanto a las características del jugador que a su lugar en el dibujo, la de Joao Cancelo tuvo mucho de ambas cosas. No sólo supuso la entrada en el equipo de un futbolista de una creatividad superior a la media, sino que también empujó a Xavi a reconsiderar su habitual reparto de piezas. Básicamente, la titularidad de Joao Cancelo implicó que el cuadrado que normalmente dibuja el Barça en su mediocampo esta vez se transformara en un pentágono (Imágenes arriba). Con Joao Félix y Gavi en los dos vértices superiores, y Cancelo ejerció como interior derecho en la base de la jugada. Romeu, el mediocentro, habitualmente acompañado por De Jong, en esta ocasión estuvo escoltado por un segundo futbolista.
En este sentido, la presencia interiorizada de Cancelo tuvo un efecto revolucionario en el mediocampo culer que actuó sobre el resto de sus integrantes. Para Gavi, su compañero de carril, supuso un socio en la combinación y el intercambio de alturas, lo que permitió ver una versión del canterano más participativa. A De Jong lo empujó a adelantar de inicio sensiblemente su posición, delegando esta vez el protagonismo en los primeros pases en Oriol Romeu y esperando el cuero algunos metros por delante con más apariencia de interior que de mediocentro. El futbolista más cambiado, sin embargo, fue Oriol, que con este nuevo reparto actuó casi como mediocentro único y que en las posiciones de Frenkie y Cancelo no sólo encontró dos destinos francos para sus envíos, sino también a dos jugadores capaces de asumir más peso creativo en campo contrario. Romeu no sólo tuvo más opciones, sino que el tipo de acción que el juego requirió de él potenció sus virtudes.
– Los mapas de Cancelo (izquierdo), Gavi (centro) y Oriol Romeu (derecha) ante el Betis. (vía WyScout) –
La apuesta del Barça para el segundo tiempo fue diferente, quizá esperando una mayor presión del Betis, o quizá queriendo contemporizar para administrar la ventaja en el marcador. La segunda parte Cancelo la jugó más abierto a banda, Ferran Torres más centrado y tanto Gavi como De Jong algunos metros por detrás. El neerlandés volvió a tomar el mando de la salida y a erigirse como el primer receptor para los pases de los centrales, el tiempo que Gavi tomó el relevo de Joao Cancelo a la derecha de Oriol Romeu, demostrando que el canterano no sólo es una opción valiosa para subir el ritmo y la intensidad del juego, sino también para ganar control. “Es muy complicado que pueda quitar a Gavi del campo”.
– Foto: JOSEP LAGO/AFP via Getty Images