Aguirre

duoEl enfrentamiento entre culés y colchoneros podría definirse como el choque de la confirmación. El partido, por un lado, que certifique las sensaciones positivas que hasta ahora ha transmitido el Barça de Guardiola, un equipo que, insistimos, se encuentra en un punto de maduración más avanzado del que cabía esperar a estas alturas de temporada, mientras que, por otro lado, para el Atlético, el partido debe servir para afianzar su renovada situación de grande del fútbol español, presentar su seria candidatura al campeonato y dar el golpe en la mesa necesario para encarar un durísimo calendario con la autoestima intacta y ganado el respeto de los rivales. Históricamente los enfrentamientos entre ambos equipos se han caracterizado por ser especialmente atractivos para el espectador, partidos con muchos goles, alternancias en el marcador, intensidad, épica y fútbol de nivel. Esta temporada todo parece indicar que la historia puede repetirse, no en vano sobre el campo se reunirá un grupo de jugadores de la calidad de Xavi, Ujfalusi, Iniesta, Raúl García, Eto'o, Sinama, Márquez, Maxi Rodríguez y sobretodo los dos cracks de la Liga y dos de los futbolistas más en forma del continente, "la pulga " Messi y el "Kun" Agüero.

derbiTanto para Atlético como para Real Madrid el derbi madrileño será el pistoletazo de salida para una segunda vuelta de la Liga en la que ambos equipos deben confirmar las esperanzadoras trayectorias mostradas hasta la fecha. El equipo de Schuster, líder de la tabla, clasificado para los octavos de final de la Champions pero apeado de la Copa del Rey recientemente por el Mallorca, camina decidido y con paso firme hacia el objetivo de alzarse con el título de Liga. El conjunto colchonero, por su parte, sigue adelante tanto en la UEFA como en la Copa del Rey y disfruta de una clasificación en la Liga que le permitiría disputar la próxima edición de la Champions. Con estos antecedentes, el derbi se presenta como un partido de gran atractivo que puede reforzar considerablemente al equipo que salga vencedor, pero que en el caso del vencido, puede provocar que aparezcan algunas dudas que ninguno de los dos equipos puede permitirse para alcanzar sus objetivos.

agueroHace tiempo que en el Atlético de Madrid las cosas no se están haciendo bien. De hecho, podríamos decir que desde la temporada del doblete, con Radomir Antic en el banquillo y los Molina, Santi, Caminero, Pantic o Kiko sobre el césped, la entidad colchonera anda dando tumbos sin hallar un proyecto futbolístico, un camino a seguir, pero lo que aún es más preocupante es que tampoco parece preocupado en buscarlo. La salida de Fernando Torres abría la posibilidad de generar unos ingresos extraordinarios para reinvertir en la formación de un equipo competitivo que permitiese al Atleti volver a las posiciones que por historia merece. En realidad, la práctica totalidad de lo ingresado por "el Niño" se destinó al fichaje del uruguayo Forlán, pese a que junto a él llegaron a la orilla del Manzanares fichajes como Reyes, Simao o Raúl García, que a la postre convertirían al Atlético de Madrid en uno de los conjuntos con una mayor inversión en fichajes a nivel europeo. Por esto al Atlético actual se le debe exigir más. No es suficiente una trayectoria en liga más o menos irregular y un camino aceptable en la UEFA. Por inversión, plantilla e historia, este equipo debe pelear por los primeros puestos de la clasificación y ejercer como favorito en la UEFA, dónde sólo el Bayern de Munich debe partir por delante de los colchoneros como favorito para lograr el título. No obstante, esto no sucede puesto que el equipo carece de una hoja de ruta que vertebre una filosofía futbolística y se encomienda a la tremenda calidad de sus futbolistas para que decidan los partidos. Esta táctica, suficiente ante rivales muy inferiores, resulta poco productiva en partidos de tu a tu ante rivales poderosos donde el rival deja menos espacio al desequilibrio individual y en que debe ser el conjunto el que consiga desnivelar la balanza. Y es en este punto donde el Atlético de Madrid muestra una total indefinición futbolística.