
El primer verano del Barça de Xavi
La apuesta por Xavi Hernández que realizó el FC Barcelona el pasado mes de noviembre fue doble. Desde el punto de vista inmediato y con efectos sobre el corto plazo, su designación como entrenador del primer equipo significó un punto de inflexión para la temporada azulgrana. Un cambio de guion en busca de otras formas de hacer y de aprovechar la plantilla, en pos de conquistar los objetivos inminentes que tenía por delante el club en materia deportiva. Con la mirada al medio y al largo plazo, sin embargo, el regreso de Xavi al Camp Nou representaba, también, la primera piedra del futuro. El intento por recuperar una guía a partir de la que edificar un nuevo proyecto. Para que cada temporada no sea un capítulo a parte, sino la antesala de la siguiente y la continuación de la anterior.
Más allá del efecto positivo que el técnico egarense ha tenido para la realidad actual del equipo, la decisión del club era lógica. En primer lugar, porque después de demasiado tiempo de retroceso, el proyecto deportivo necesitaba urgentemente medidas de reconstrucción que no pasaran únicamente por el corto plazo. El equipo venía desde muy abajo. Por otro lado, la precaria situación económica de la institución dejaba poco margen para imaginar soluciones mágicas que acortaran los plazos de la recuperación a golpe de músculo financiero. Sin ir más lejos, en clave culé el próximo mercado volverá a estar supeditado a los condicionantes del límite salarial marcado por la Liga, y que salvo sorpresa mayúscula el Barça volverá superar teniendo que ajustarse de nuevo a la regla 1/4. Es decir, por cada euro que quiera inscribir (de sueldo o amortización) de una nueva incorporación, tendrá que liberar cuatro.
El regreso del Barça al lugar que no debería haber perdido será un camino. Un camino para el que ya tiene guía y principio: un Xavi Hernández convertido en entrenador, líder del proyecto y referencia a la que ajustar las decisiones del club en materia deportiva. La planificación deberá adaptarse a él, a su idea y a sus preferencias, como no se habría adaptado a otros técnicos con más vitola de interinidad. Apostar por Xavi es apostar a que los próximos veranos culés tengan un narrador común. Bajo esta premisa, la estrategia de la dirección deportiva en el próximo mercado deberá dar respuesta a tres objetivos generales: incrementar el nivel en aquellos puestos que lo necesiten, sentar las bases de futuros relevos en posiciones hoy ocupadas por jugadores que por edad no formarán parte del proyecto a medio/largo plazo, y acondicionar la plantilla al libro de estilo del entrenador. El gusto de Xavi por jugar con extremos abiertos, o su coqueteo con la variante del 1-3-4-3, con la que juntar en un mismo once a cuatro centrocampistas, son aspectos que el club deberá tener en cuenta a la hora de planificar la temporada 2022-23.
También la cuestión generacional atravesará la estrategia deportiva del Barça, pues con la misión de armonizar las bases del nuevo proyecto tendrá que naturalizar los grupos de edades que hoy componen su plantilla. El azulgrana es un vestuario particular, en el que como resultado del éxito fallido de las recientes apuestas deportivas más fuertes, el grueso competitivo está formado por jugadores muy jóvenes y por veteranos. Por futbolistas que en principio no deberían estar listos para protagonizar sus cincuenta mejores partidos hasta dentro de algunos años, y por otros cuyos cincuenta mejores partidos ya han quedado atrás. Entre los Pedri, Gavi, Ansu, Nico, Eric o Araújo, y los Piqué, Busquets y Jordi Alba, hay un agujero que jugadores como Umtiti, Lenglet, Arthur Melo, Memphis, Griezmann, Dembélé o Coutinho no han podido llenar.
Entre los habituales titulares, en el Barça solo Ter Stegen y Frenkie de Jong pertenecen al grupo de edad en el que un futbolista teóricamente alcanza su mejor nivel competitivo (entre los 24 y los 30 años aproximadamente). Nutrir esta franja de edad debería ser uno de los objetivos marcados en la hoja de ruta del Barça en verano, no solo para dotar de mayor consistencia el presente competitivo del equipo, sino también para arropar el crecimiento de sus principales talentos jóvenes. Para que la responsabilidad de las victorias y de las posibles derrotas no descansen sobre los hombros de Pedri o Gavi. Para que el camino no los desgaste a ellos, si no a otros compañeros más maduros y que no acusen los golpes. Xavi y Puyol dieron sus primeros pasos en el Barça de Rivaldo, Figo, Guardiola, Cocu o Luis Enrique. Iniesta, Víctor Valdés y Messi en el de Ronaldinho, Eto’o, Deco, Márquez o Puyol. Sergio Busquets, Pedro y Piqué en el de Xavi, Iniesta, Messi, Eto’o o Dani Alves.
En este sentido, en los próximos meses el Barça tendrá que pensar en el grupo de jugadores entre 24 y 30 años en función de cómo pueden ayudar al grupo de los más jóvenes, y ajustar el rol de los veteranos en función de cómo éstos pueden ayudar a los otros dos grupos. Analizando, en cada caso, si su influencia en la plantilla resulta un refuerzo en el aprendizaje y madurez de los hombres llamados a liderar el futuro del proyecto, o si por el contrario puede suponer un freno o un tapón para que asuman esos liderazgos. Poner el pasado al servicio del presente, y el presente al servicio del futuro. Un verano para volver a empezar.
Calendario de contenidos:
- Lunes: La delantera
- Martes: Los laterales
- Miércoles: La portería
- Jueves: El mediocampo
- Viernes: Los centrales
– CHRISTOF STACHE/AFP via Getty Images
Mirko Trebotic 30 marzo, 2022
Central que juegue por la izquierda, lateral zurdo y extremo derecho top para sustituir a Dembélé .