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Medidas de urgencia

Medidas de urgencia

Saber qué haces mal sirve para dos cosas. Primero, sirve para tener claro aquello en lo que necesitas mejorar. Es decir, para detectar un determinado defecto hacia el que enfocar tu trabajo y desarrollo. Pero saber lo que haces mal también sirve para ser consciente de una debilidad que, mientras lo sea, conviene ocultar. Minimizar. Disimular. Para no cargar sobre ella un peso que, por el momento, no sea capaz de soportar. Para elegir dar batalla desde lo que te hace fuerte y no desde lo que te vuelve frágil y vulnerable. Una de las cuestiones que viene marcando la temporada del Barça de Xavi es que se trata de un equipo que presiona mal. Y esto no es cualquier cosa. Por un lado, porque el último campeón de Liga lo fue, en parte, por todo lo que su fútbol generaba a partir de la recuperación tras pérdida, una acción del juego que no sólo fue solución y arma, sino que llegó a marcar la identidad futbolística del equipo. Lo que hoy los culers no hacen bien es lo que hace unos meses los definía.

Por otro lado, además, la presión adelantada no sólo significó para los de Xavi una fortaleza, sino también una forma de ocultar alguna de sus debilidades. Concretamente, la insuficiencia de sus delanteros para ser autosuficientes a la hora de resolver los ataques y desencallar sistemas defensivos sólidos. Donde no llegaba el talento, la creatividad o el desequilibrio de la ofensiva blaugrana, llegó su capacidad de forzar errores en los rivales o de crear peligro desde la recuperación. Quizá por ello ha optado Xavi por seguir otorgándole a la presión el mismo lugar protagonista en los planteamientos del equipo, a pesar de que su eficacia resulte mucho menor y de que, por ello, en ocasiones sea más un problema que una ventaja. Sin embargo, la dinámica de juego y resultados, con la final de la Supercopa como colofón, obliga a reconsiderar el guion, poniendo en primer plano dos cuestiones: cómo se protege el Barça mientras no consiga llevar a cabo una buena presión, y qué otras herramientas pueden serle útil para ser menos dependiente de ella.

KOUNDÉ EN EL LATERAL DERECHO

Uno de las principales conclusiones que, a corto plazo, deja la derrota en la Supercopa es que, hasta nueva orden, Jules Koundé no debería ocupar una de las plazas de central. No sólo porque ello signifique mover de posición a un Araújo que a pesar de su bajo momento de forma sigue siendo el mejor zaguero de la plantilla, sino porque, más allá del aprovechamiento que se haga del uruguayo, el rendimiento de Koundé como central no está resultando sostenible. Aún sin Araújo, por lo visto habitualmente este curso se antoja más competitiva una pareja de centrales formada por Christensen e Iñigo Martínez que una que integre al galo. Como azulgrana, donde mejor ha funciona Jules es en el lateral derecho. Desde ahí actúa como tercer central en salida de balón, es importante en la gestión de los primeros pases, encuentra fácil envíos hacia el extremo derecho y le asegura al equipo mantener a un efectivo más por detrás del balón en el momento de la pérdida, a modo de colchón de seguridad.

SI BALDE ES LATERAL, NO PUEDE SER EXTREMO

Otra de las lecturas a extraer del desempeño del Barça esta temporada tiene que ver con la necesidad de ajustar el rol de su lateral izquierdo. Posición generalmente ocupada por Alejandro Balde, en el sistema asimétrico de Xavi, que mientras abre la posición del extremo derecho cierra la del izquierdo para que la banda sea, en la práctica, responsabilidad única del lateral, es una demarcación que encierra gran complejidad y exigencia pues recibe los encargos de dos futbolistas en uno solo. Por altura y requerimientos, en el actual plan ofensivo del Barça a Balde se le piden cosas muy parecidas a las que se esperan de atacantes como Raphinha o Lamine, futbolistas que no sólo poseen más recursos en esas zonas del campo en tanto que extremos, sino que además cuentan a su espalda con la cobertura del lateral. Por tener que atacar como el extremo que no es, el canterano no puede defender como el lateral que (des)ocupa.

GÜNDOGAN, MEJOR CERCA DE LA FRONTAL

Un tercer factor a resolver en la transición defensiva culer es la zona del mediocentro, espacio inicialmente reservado para Oriol Romeu que, debido a los problemas del catalán para asentarse en el once, ha terminado ubicando a Gündogan junto a Frenkie de Jong formando un doble pivote débil corriendo hacia atrás cuando el rival logra superar la presión azulgrana. La necesidad de encontrar una nueva fórmula para la zona del mediocentro que pase por un nuevo intento con Romeu, por adaptar a De Jong al rol de pivote único o por probar con futbolistas de otro perfil como Pedri, Sergi Roberto o Fermín, se vincula también con la urgencia del Barça a la hora de encontrar y maximizar recursos cerca del área rival que no lo hagan tan dependiente de la presión como vehículo para generar peligro. Gündogan encaramado a la frontal es el futbolista que el Barça incorporó en verano procedente del City, y una pieza que desde la llegada y el último toque debe alimentar con nuevas soluciones la línea del campo que, incluso en los mejores días, marca el límite del equipo de Xavi.

LA PROFUNDIDAD DE FERRAN TORRES

La Supercopa le ha servido de poco al Barça. Si acaso para confirmar la reciente intención de Xavi de romper la pareja que durante buena parte de la temporada han formado Lewandowski y Joao Félix. Una pareja que como se analizó hace dos semanas en este artículo, por momentos es redundante en ciertos aspectos del juego e intenciones, y que en ocasiones dibujan un ataque azulgrana carente de profundidad y amenaza al espacio. Al respecto, la decisión de Xavi ha pasado por otorgarle la titularidad a Ferran Torres, un futbolista mucho más activo sin balón y dado a amenazar la espalda de la zaga rival, con el que combinar los movimientos de apoyo de un Lewandowski cada vez menos cómodo anclándose en la pelea cuerpo a cuerpo contra los centrales o de un Joao Félix que busque la mediapunta.

JOAO CANCELO DELANTERO

El Barça, en verano, no necesitaba a un lateral como Cancelo, pero sí a un futbolista como el portugués. El campeón de Liga lo fue con un jugador como Koundé ejerciendo de lateral en defensa y de tercer central en ataque, en un rol muy alejado de los que podía desempeñar Cancelo. Pero el campeón de Liga también fue un conjunto limitado a la hora de inventar y marcar diferencias arriba, y en este apartado el ex del Manchester City suponía una evidente inyección de talento. No obstante, hasta la fecha el Barça no ha encontrado la manera de reformular estructuralmente al equipo con un lateral derecho como Joao, lo que le ha llevado al lateral izquierdo para aportar su creatividad en ataque sin comprometer el reparto posicional sobre el que el Barça cimentó su temporada pasada. Teniendo en cuenta que, lo que el equipo de Xavi necesita de Joao no es su lado de lateral sino el de delantero, y puesto que el resto de alternativas ofensivas no ofrecen ahora unas prestaciones incontestables, a Xavi se le abre una nueva posibilidad: usar al portugués como extremo. Sin asteriscos. Esquivando la dificultad de encontrarle encaje formando como zaguero, y potenciando aquellos aspectos de su juego que más necesarios son. Poniendo su desequilibrio y su creatividad cerca del área.

 

Foto: Pau BARRENA / AFP

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