Vuelve Pepe, mueve Tito.
Más allá de que ambos conjuntos aún están prácticamente en pretemporada, uno de los factores que marcó la previa del partido de ida fue la ausencia de Pepe. Desde que Mourinho está en el banquillo del Madrid, gran parte de los Barça-Madrid podría explicarse a partir del emparejamiento entre el portugués y Leo Messi. Sin Pepe en la ida, el Barça tomó la ventaja para levarse la Supercopa y a punto estuvo de sentenciarla.
El marcador desfavorable y la vuelta de Pepe, provocarán que casi con total seguridad el Madrid adelante líneas para plantear la presión adelantada. El Barça ya no es aquel equipo indefendible en el inicio de la jugada, y los atacantes del Madrid, a la contra, son demoledores.
Barça-Madrid: Match Ball
Los dos equipos llegan después de sendas derrotas en la ida de las semifinales de Champions League. Pese a ello, sus opciones de superar la eliminatoria, siguen intactas. En medio de la batalla por alcanzar la gran final de Münich, un gran clásico que puede resultar decisivo para la resolución de la Liga. Lo será si el Barça no consigue la victoria, pues tanto el empate como la victoria madridista, a priori, sentenciarían el campeonato.
Mourinho, pues, a la hora de plantear el partido, contará con el colchón del empate. No obstante, su principal baza serán los últimos partidos del Barça ante Levante y Chelsea. En ambos, el rival ha entregado a los azulgranas el discurso y Xavi no ha logrado imponerse desde él. Hasta ahora, darle al Barça “su partido” implicaba ser aplastado, pero las dos últimas veces que se ha visto en ese escenario, no ha sido así. El gran problema de Mourinho cuando se ha enfrentado al Barça de Guardiola ha sido que debía escoger entre discutirle el discurso al Barça o en defender a Messi. El portugués lo ha probado todo, y en la gran mayoría de casos ha perdido. No hay elección buena. O te enfrentas al mejor equipo de la historia o te expones al mejor jugador de la historia. No obstante, Levante y Chelsea sobrevivieron al Barça.
Sin duda es una decisión difícil de tomar, por el mensaje que se lanza a la plantilla después de las bunas sensaciones que ofreció el Madrid en el Camp Nou en la Copa del Rey, pero Mourinho puede optar por ese camino. No mandar la presión arriba para evitar generar espacios para Messi, y cerrar atrás confiando que Xavi siga sin encontrar su punto. No defender la salida, sino la recepción en zona de mediocentros. No discutir el discurso sino defenderlo. Dejar que el Barça sea el Barça porque desde ahí no se ha impuesto últimamente, pero evitar a Messi.
La semana del Clásico (IV): Las otras armas de Mourinho
Hablábamos ayer de la posibilidad de que Mourinho dejara a un lado el 1-4-2-3-1 con el que juega habitualmente su Real Madrid, para reproducir el 1-4-3-3 que le planteó al Barça la pasada temporada, para sumar otro hombre a la defensa interior sobre Xavi, Iniesta y Messi. En aquel entonces, esta novedad vino de la mano de una nueva posición de Pepe en mediocampo, obligándole a renunciar a su mejor central. Para el sábado, además, la baja de Carvalho le obligaría a tirar de Albiol, lo cual supondría una oportunidad para el Barça. Así pues, de repetir el 1-4-3-3, lo esperado e que el técnico portugués busque el rol que la pasada temporada tuvo Pepe en otro jugador.
Con ese objetivo en verano se incorporó a la disciplina blanca Fabio Coentrao, extremo de formación y lateral en los últimos tiempos en el Benfica y la selección nacional, a quien esperamos el sábado como interior izquierdo en un centro del campo de tres hombres. Generoso en el esfuerzo, intenso, ágil rápido e inteligente a nivel táctico, el portugués puede asumir ese rol de hiperactividad en la medular presionando y empujando al triángulo azulgrana lejos de su zona.