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Sergio Busquets

Tras una primera mitad de la temporada más o menos benévola con las lesiones, el aumento en las cargas de trabajo y el estrés por la derrota en el Emirates, han traído las lesiones de Víctor Valdés y Xavi. Dos bajas que si bien no se prevén demasiado duraderas, unidas a la ya conocida del capitán Puyol y, ante el Mallorca, a la de Dani Alves por acumulación de tarjetas, pueden poner en más de un aprieto al cuerpo técnico azulgrana a la hora de plantear las dos próximas salidas a Mallorca y Valencia. Si analizamos el papel que estos cuatro jugadores tienen en el equipo, nos daremos cuenta que todos ellos son hombres involucrados en la salida desde atrás. Puyol, en este sentido, quizá tenga un papel más secundario, pero Valdés, Alves y Xavi son, junto a Piqué, los hombres clave en esta fase del juego. El portero siendo el encargado de dar el primer pase de calidad, sin rifar el balón, para que el equipo salga tocando desde atrás, Alves como recurso para cuando el rival logra defender la salida por los centrales, y Xavi como el hombre que viene a recibir a la base de la jugada y organiza el ataque.

Desde que Guardiola se hiciese cargo del primer equipo, la posición de mediocentro ha sido un motivo constante de debate. En su primera temporada, la posición fue ocupada por el marfileño Touré Yaya, un futbolista absolutamente dominante a nivel físico y con una técnica defensiva espectacular, pero que limitaba al equipo en transición ofensiva. El problema no era una cuestión de técnica -aspecto en el que Touré cumple con nota- sino de lectura del juego, sobre todo en las situaciones en que el equipo construía desde atrás. Es una cuestión que ya se ha analizado en En un momento dado en numerosas ocasiones, por lo que en este post no profundizaremos en ello.

Termina la temporada futbolística con la selección española como campeona del mundo, y con ella hasta ocho jugadores del F.C.Barcelona, siendo algunos de ellos, piezas absolutamente decisivas en el triunfo de "la roja", y dos más, Reina y Cesc, formados en la Masía. Es la primera vez en la historia que todos los goles del campeón han venido por miembros de un mismo equipo, y también los azulgranas han sido los que han monopolizado las designaciones al mejor del partido. No obstante, los Valdés, Piqué, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedro o Villa, no han sido los únicos representantes del F.C.Barcelona en el Mundial de Sudáfrica, de modo que en este post repasaremos individualmente la actuación mundialista de cada uno de los futbolistas azulgranas que han disfrutado de al menos un minuto de juego.

Junto con el cambio de delantero centro, respecto a la pasada temporada, la novedad más llamativa, al menos a nivel mediático, seguramente se haya visto en la posición de mediocentro, donde Touré Yaya ha cedido su puesto a Sergio Busquets. Como en el caso de Eto'o e Ibrahimović, parece inevitable que los argumentos giren entorno a una comparación individual...vuelve a ser un error. Todos tenemos en mente un equipo ideal. A unos les gusta más jugar con dos centrales perfil líbero y otros prefieren completar este perfil con un central marcador, unos prefieren un punta como Eto'o y otros a uno como Zlatan, a unos les gusta más Messi en la banda y a otros en posiciones centradas, Iniesta extremo o Iniesta interior... Todas las opiniones son validas, faltaría más, pero si de lo que se trata es del análisis, el procedimiento debe ser otro. Primero ver qué quiere el entrenador de su equipo, y luego, analizar las piezas que tiene para hacerlo. A nadie se le escapa que el actual Touré Yaya es un futbolista de más entidad que el actual Busquets. Si finalizásemos aquí el debate solo habría una conclusión: si el entrenador prefiere a Sergio antes que al marfileño es porqué no sabe -o no sabe tanto como yo que si lo sé ver-, o en el peor de los casos, hablaremos de filias o fobias del técnico respecto a algunos jugadores. Incurriremos pues, otra vez, en reducir la complejidad del fútbol y sus mecanismos, y es que no siempre los once mejores futbolistas forman el mejor equipo.

Sergio_BusquetsSiguiendo con el análisis del inicio de temporada protagonizado por el F.C.Barcelona, otro de los aspectos en los que debemos detenernos es en la fase inicial de la construcción del juego. Este aspecto resulta crucial en el esquema de Guardiola y la base sobre la que el equipo edifica su juego, por lo que hemos podido observar como el técnico azulgrana ha planteado algunas modificaciones buscando potenciar esta fase del juego. En su día ya analizamos la alternativa de retrasar al mediocentro situándolo entre los centrales y mandar, a la vez, a los dos laterales hacia adelante. El objetivo de este mecanismo es el de mejorar la salida desde al defensa generando espacios en la demarcación del mediocentro, y así minimizar los inconvenientes de contar con un pivote, en ocasiones demasiado estático, como es Touré Yaya. No obstante, esta variante se ha encontrado con dos problemas a la hora de lograr continuidad, por un lado, y paradójicamente, el gran estado de forma de Eric Abidal, y por el otro el bajo momento que atraviesa Touré. El internacional francés no es un lateral de recorrido capaz de ocupar el carril a la manera de un carrilero y de asumir responsabilidades ofensivas. Su rol es distinto, y se centra en el despliegue físico, el apoyo defensivo a los dos centrales y su capacidad para cerrar al segundo palo en un centro desde la banda contraria. Con Abidal, el tercer central en el inicio de la jugada no es el mediocentro sino el lateral izquierdo. No obstante, el hecho de que el francés posiblemente esté protagonizando sus mejores actuaciones desde que llegó al Barça, y a que su presumible alternativa en la demarcación, Maxwell, todavía debe adaptarse a la dinámica del equipo y a su juego, han convertido a Abidal en un  fijo para Guardiola en el lateral izquierdo. Paralelamente, tampoco el rendimiento de Touré está empujando al técnico a prescindir del buen momento del lateral para potenciar el fútbol del marfileño, pues el Touré actual está lejos de ser el futbolista dominante y absolutamente clave en el tramo final de la pasada temporada. Así pues, ahora mismo no parece claro que potenciar al mediocentro africano a cambio de prescindir de Abidal sea una elección beneficiosa para el equipo.

Después de que en las últimas semanas el equipo no haya ofrecido demasiadas buenas sensaciones, al Barça se le presenta la eliminatoria de octavos ante el Lyon como la manera perfecta de centrar la mente en otra competición y no obcecarse en los últimos tropiezos ligueros. La Champions siempre es un competición diferente que, aunque únicamente sea por el formato de eliminatorias, poco tendrá que ver con el torneo doméstico. En Champions entran en juego nuevos elementos que los equipos deben saber manejar para lograr seguir superando rondas y conseguir el objetivo que todos persiguen, alcanzar la final en Roma. En este enfrentamiento de octavos de final el bombo deparó al Barça un rival nada sencillo, si bien es cierto que el sorteo podía emparejarlo con equipos de la entidad del Inter o el Chelsea. El Olympique desde hace unos años se ha convertido en un fijo en esta competición y, aunque su potencial en los últimos años ha mermado considerablemente, garantiza competitividad, una atractiva propuesta futbolística y la presencia en el once de jugadores de gran calidad. Ya no están los Essien, Diarra, Abidal o Malouda, pero el técnico francés contará con hombres como el central Cris, Toulalan, Grosso, el eterno Juninho o el crack del equipo y uno de los futbolistas con mayor potencial del fútbol europeo, Karim Benzema. A estos hombres, el Lyon ha sumado esta temporada nombres como los de Lloris, Makoun, Pjanic o Ederson, formando así una plantilla de plenas garantías capaz de amargarle la noche a cualquier equipo de Europa.

marquezMás que para describir una actitud y función sobre el campo, el apelativo de triángulo defensivo lo utilizamos para referirnos al tridente que forman en un equipo los dos centrales y el mediocentro que se sitúa por delante de estos. Si bien es cierto que gran parte de la seguridad defensiva de un equipo pasa por el rendimiento de la sociedad establecida entre los hombres alineados en estas tres demarcaciones, su participación no se limita -o no debería hacerlo- a la fase defensiva del juego, y en el caso que nos ocupa, el Barça de Pep Guardiola, esta globalidad en el juego del triángulo es evidente. Por regla general el triangulo defensivo de un equipo lo forman un central marcador que tiene la función de defender al delantero sirviéndose de unas cualidades físicas importantes y del acierto en la anticipación, un central líbero que se encarga de organizar la defensa y decidir el como, donde y cuando va a defender el equipo, y un mediocentro por delante que equilibre y corrija en defensa, y que aporte en la salida desde atrás cuando el equipo tiene el balón. A grandes rasgos, y teniendo en cuenta que podemos encontrar muchos y variados ejemplos en lo que se refiere a estas posiciones, condicionados por los perfiles de los jugadores de que dispone cada técnico, éstas son las tres figuras que forman lo que en este artículo denominaremos triángulo defensivo.