Cuando el balón manda y ordena
Si tu tienes el balón el otro no lo tiene. Esta sentencia de Cruyff a menudo desvirtuada hasta el ridículo por una valoración demasiado simplificada, resume una de las principales verdades del fútbol. No se trata de una sucesión de fases independientes, sino que en el juego todo fluye, cada situación influye sobre la situación posterior, y es quien domina el esférico quien controla estas situaciones. No quien atesora la posesión del mismo, sino quien manda sobre él, sea de manera directa o indirecta. Alves defenderá mejor si obliga al extremo a seguirle hasta su defensa; si Iniesta obliga a girar al mediocampo rival con un dribling, el Barça podrá desplegar una presión más eficaz; si Messi desordena al adversario recibiendo entre líneas, penalizará la futura transición del contrario; si Piqué planta la línea en mediocampo, los puntas rivales se verán obligados a jugar a 50 metros de Valdés...Atacar bien permite defender bien.
Apuntes sobre la Supercopa
Llegaba la Supercopa, el primer título de la nueva temporada, con el precedente de los duelos entre F.C.Barcelona y Real Madrid de finales de la temporada pasada. En el recuerdo las actuaciones de Messi y Ronaldo, la solución de Pepe como interior, el duelo Di Maria vs. Dani Alves, el recurso del cambio de banda entre Pedro y Villa, las dudas que dejaron hombres tan importantes como Busquets o Özil, o la consolidación de Mascherano como una alternativa válida en el eje de la zaga.
Muy lejos de esos partidos, esta Supercopa llegaba en plena preparación de ambos conjuntos -más castigado el equipo de Guardiola-, con la aceptación de ambos técnicos de que se trataba de un título de menor importancia, y con la duda sobre el estado físico de algunos jugadores claves.
Así, el Barça saltó en la ida al césped del Bernabéu sin tres de sus hombres más determinantes en su mecanismo a la hora de iniciar el juego desde atrás. Sin Piqué -el central encargado de servir limpio el primer pase-, Xavi -el destinatario de ese servicio y el hombre encargado de administrar la base de la jugada-, ni Busquets -el jugador que complementa y da continuidad a esa función de Xavi-, el Barça se vio lastrado, de inicio, en una de las fases clave para desarrollar su juego.
Proyecto Guardiola, año 3: El inicio de la jugada
Junto a la nueva ubicación de Messi como falso nueve, la temporada empezó con otra importante novedad en el esquema de Guardiola, que el técnico ya había tratado de poner en práctica en anteriores ocasiones. Se trataba de la salida desde la defensa abriendo a los centrales, mandando a los laterales arriba y retrasando la posición del mediocentro hasta asumir prácticamente el papel del clásico líbero. Este mecanismo, generalmente asociado a la figura del entrenador argentino Ricardo La Volpe, fue utilizado por primera vez por el técnico de Santpedor en su primera temporada al frente del primer equipo del Barcelona, tras la lesión que impidió a Rafa Márquez disputar el tramo final de temporada.
Hasta entonces, el equipo había venido jugando habitualmente con dos centrales como el mexicano y Gerard Piqué que destacaban a la hora de sacar limpio el balón desde la defensa, por lo que sin Márquez, y ante la entrada en el once de un central menos dotado en este aspecto como Puyol, Guardiola buscó una solución para potenciar una fase del juego vital para el estilo de juego que pretende desarrollar el equipo.
Proyecto Guardiola, año 3: Pedro y Villa (2/2)
Aunque el final de campaña de Pedro, tanto en las semifinales como en la final de la Champions League, haya sido en el rol de extremo -en este caso izquierdo- la mayor parte de la temporada no ha sido ese su papel en el funcionamiento colectivo del Barça. Se suele simplificar la disposición táctica del equipo de Guardiola señalando a Messi como el falso nueve, y a Villa y Pedro como los dos extremos abiertos a banda. No obstante, mientras que Villa sí ha asumido ese rol -aunque en algunas fases de la temporada Guardiola le ha "regalado" posiciones más centradas-, Pedro ha tenido un comportamiento prácticamente más similar al de Messi que al del Guaje.
El canario no ha sido un futbolista que haya jugado pegado a la cal y rozando permanentemente la línea del fuera de juego. El encargado de empujar la zaga rival era Villa, y el de estirarla hacia la banda, Dani Alves. La presencia de un lateral como el brasileño, ha permitido a Guardiola liberar a Pedro de esta responsabilidad en amplitud para sacar provecho de la versatilidad del jugador canario.
Proyecto Guardiola, año 3: Pedro y Villa (1/2)
El Barça 2010-11 ha girado en torno al triángulo formado por Xavi, Iniesta y Messi. No obstante, complementándolos, otros futbolistas han tenido un papel capital en los éxitos de esta temporada. Este es el caso de los dos acompañantes de
Proyecto Guardiola, año 3: Messi es el centro
Finaliza la temporada pero el ritmo frenético del fútbol no se detiene. Llega el momento de los fichajes, el período más mediático para todos aquellos para los que los 90 minutos sobran. Son los que los lunes hablan de árbitros, ruedas de prensa, rumores y todos aquellos aspectos ajenos al juego. Para En un momento dado, lo más importante siempre será el juego, y por eso, más allá de la frivolidad del baile de nombres y la pura especulación vacía, solemos abordar la planificación de cara al mercado de fichajes allá por el mes de febrero, cuando lo azaroso de los resultados no puede enturbiar el análisis. El trabajo ya está hecho, y por esto, del mismo modo que ahora los clubs se limitan a concretar las operaciones, desde En un momento dado nos limitaremos a analizar las implicaciones futbolísticas de los fichajes que se confirmen de cara a la temporada 2011-12.
Tras una temporada en que, más que nunca, en el seguimiento mediático los 90 minutos "han sobrado", en el momento que todas las miradas se alejarán del balón, nosotros volveremos la vista atrás y recuperaremos el aroma del césped. Nos detendremos, así, en el análisis de las líneas maestras que han marcado este tercer año con Guardiola como entrenador de la primera plantilla del F.C.Barcelona, de las modificaciones respecto a los dos ejercicios anteriores y de aquellos aspectos que han permitido al equipo lograr otra temporada repleta de éxitos.
Las claves de la cuarta
La que algunos denominaron como la final de la década, fue finiquitada con solvencia por un equipo que es ya eterno, de leyenda. Hablar con esta contundencia del desarrollo de una final de Champions League, del partido cumbre de la seguramente competición más potente del planeta, puede parecer presuntuoso, pero la realidad es que el Barça logró empequeñecer a un rival, que ante cualquier otro equipo -a excepción quizá del Real Madrid- hubiese partido como favorito de la final. No hablamos de un equipo bien intencionado, con algunas gotas de calidad en determinados jugadores y con un entrenador notable. Hablamos del animal competitivo que supone el Manchester United de Sir Alex Ferguson, uno de los tres mejores equipos de Europa y uno de los máximos dominadores del fútbol continental en los últimos años.
Pero es que ante este Barça de Guardiola, si el equipo catalán logra imponer su discurso, muy poco pueden hacer los rivales, y para colmo, seguramente no haya habido en la historia otro conjunto con más armas para lograr ese fin: dominar el partido. El objetivo de los rivales es el de entorpecer su juego y evitar que el Barça despegue, porque si lo hace, se relativiza, por ejemplo, la importancia de tener una pareja de delanteros de la magnitud de la formada por Chicharito y Rooney, que en la final, entre ambos, solo dispararon en una ocasión entre los tres palos, la jugada del gol.
La final de Wembley (3/3):
Mientras que por banda izquierda el United tendrá que amoldarse a la presencia en frente de un lateral como Dani Alves, la banda derecha pude ser la zona donde Ferguson busque una carta ganadora que le permita generar ventajas para dominar el discurso del partido. Tanto Abidal como Puyol están lejos de ser una de las principales armas ofensivas del Barça, por lo que ahí, el técnico escocés, tendrá más libertad para pensar más en atacar que en defenderse. Por eso, mientras que en la banda izquierda la alineación de Giggs podría resultar una imprudencia, jugando a banda cambiada -como en aquella histórica final en el Camp Nou ante el Bayern de Munich- el galés podría encontrar su posición y su razón de ser en el partido. Lejos del extremo punzante de antaño, el Giggs actual, para el Unietd, es pausa, visión de juego y creatividad, prácticamente un mediapunta. La banda ya no es su hábitat natural sino un punto de partida para tender al carril central. Así pues, el United puede encontrar en un Giggs "descansando" en banda derecha y transitando hacia la mediapunta, una solución para poblar la medular, atacar en superioridad la zona de Busquets, y dar la posibilidad a su equipo de mantener la posesión durante fases del juego más largas para que el Barça no viva cómodo.
Sin embargo, lo lógico es esperar que la banda derecha inglesa sea para Valencia o para Nani. El primero con un juego más abierto que empieza y termina pegado a la cal, explotando su velocidad y verticalidad para percutir al contraataque, o el portugués para aumentar los recursos del equipo en ataque posicional y con una mayor tendencia a la diagonal.
Con más o menos tiempo de posesión en las transiciones defensa-ataque, parece claro que el discurso del United será el contraataque. Para minimizar sus riesgos, pues, será vital para el Barça controlar las pérdidas de balón, tanto en cantidad como en calidad. El Barça no debe permitir la recuperación en fase inicial, con el equipo mal colocado para lanzarse a la presión y el rival desplegado para ejecutar fácilmente la contra. La pérdida azulgrana debe localizarse cerca de la portería de Van der Sar, con el mayor número de jugadores del United por detrás del esférico y los jugadores azulgranas formando una nube alrededor del balón que les permita bien recuperar rápidamente, bien ensuciar la contra inglesa.
La final de Wembley (2/3):
Como vimos en el anterior artículo previo a la final, Ferguson tiene un mayor abanico de opciones para sorprender al rival con su planteamiento, más que por mayor número de jugadores "hábiles" -que también- por su singular flexibilidad táctica, que le permite disponer distintos módulos tácticos sin que se resientan los automatismos del equipo. Esta capacidad de seguir siendo competitivos indiferentemente de la disposición sobre el campo, será algo muy valioso para los ingleses en la final, pues en teoría, su planteamiento deberá partir de la inferioridad respecto al F.C.Barcelona
Por eso, por ejemplo, lo normal será ver a Park en banda izquierda para trabajar defensivamente sobre Dani Alves, y no a un Ryan Giggs que sería desbordado por el lateral brasileño o a un Rooney demasiado sacrificado en defensa para lo importante de su producción ofensiva si el United quiere tener opciones de éxito. Así pues, como han hecho todos los rivales que se han enfrentado al Barça, el volante izquierdo estará más pendiente de defender a Alves -un hombre clave en el juego del Barça tanto a la hora de dar amplitud al ataque como de generar superioridad numérica en el centro del campo- que de atacarle. Es cierto que Alves es un lateral que en sus subidas descuida su espalda, pero su aportación ofensiva es de tal magnitud que ningún entrenador puede permitirse liberarlo para fijar a su espalda al extremo. No obstante, los enfrentamientos contra el Madrid han abierto una posibilidad. En la final de Copa Ronaldo, desde la posición de 9, castigó la espalda de los laterales para abrir a los centrales y habilitar la segunda línea y eso penalizó notablemente al Barça durante la primera parte. En la ida de Champions, pues, Guardiola se vio obligado a anclar a Alves e impedirle sus habituales alegrías ofensivas con el objetivo de controlar estas situaciones. Sin embargo, sucedió entonces que Di Maria, obligado hasta entonces a defender, fue invitado a atacar, y como tanto Alves como Di Maria atacan mejor que defienden, fue el jugador merengue el que sacó ventajas del emparejamiento. En el día que más conservador se mostró Alves, más problemas generó el Madrid por su costado.
Wembley: donde empezó todo (II)
En la historia del F.C.Barcelona, Wembley y el Dream Team supusieron la aceptación de un modelo que el barcelonismo asimiló como el camino más efectivo hacia el éxito. Con la Copa de Europa de Wembley y las cuatro ligas consecutivas,