F.C.Barcelona vs. Arsenal: onces
Alineaciones confirmadas: El Barça saldrá con lo esperado con la única novedad de Adriano en el lateral izquierdo en el lugar de Maxwell. Ambos mejores atacantes que defensores, Adriano más capacitado para entrar al espacio y con menos pausa que Maxwell,
F.C.Barcelona vs. Arsenal
Una vez superados con solvencia los cuatro partidos posteriores a la derrota en el Emirates en la ida de los octavos de final de la Champions League, al Barça de Guardiola le toca hacer valer la ventaja del factor campo que le otorga su clasificación como primero de grupo, y dar la vuelta a la eliminatoria para alcanzar la siguiente ronda. La derrota del partido de ida no es positiva, pero perder por la mínima y anotando un gol, siempre es el mejor de entre los malos resultados. Tanto es así, que si el Arsenal no logra dos goles, cualquier victoria azulgrana le valdría para clasificarse o, en el peor de los casos, alargar el partido hasta la prórroga. El escenario no es el mismo que en las semifinales de la temporada pasada contra el Inter, pues entonces la empresa -remontar dos goles- si suponía un reto mayor. Tampoco el Arsenal es el Inter que entrenaba Mourinho por aquel entonces. El conjunto italiano seguramente era el equipo más preparado para defender en su propia área, con jugadores como Lúcio, Samuel, Cambiasso o Zanetti expertos en sobrevivir en este tipo de escenario. El Arsenal de Wenger, en cambio, es un equipo menos seguro atrás, individualmente menos preparado para superar situaciones de inferioridad y que, como el Barça, sufre sin balón. Por todo esto, será difícil que Wenger dirija su planteamiento a aguantar el resultado de la ida. Al Barça le vale el 1-0, y si el Arsenal no propone en ataque y trata de intimidar a la defensa azulgrana, será muy difícil que deje al F.C.Barcelona a cero.
Cómo es un Barça sin Valdés, Puyol, Alves ni Xavi?
Tras una primera mitad de la temporada más o menos benévola con las lesiones, el aumento en las cargas de trabajo y el estrés por la derrota en el Emirates, han traído las lesiones de Víctor Valdés y Xavi. Dos bajas que si bien no se prevén demasiado duraderas, unidas a la ya conocida del capitán Puyol y, ante el Mallorca, a la de Dani Alves por acumulación de tarjetas, pueden poner en más de un aprieto al cuerpo técnico azulgrana a la hora de plantear las dos próximas salidas a Mallorca y Valencia.
Si analizamos el papel que estos cuatro jugadores tienen en el equipo, nos daremos cuenta que todos ellos son hombres involucrados en la salida desde atrás. Puyol, en este sentido, quizá tenga un papel más secundario, pero Valdés, Alves y Xavi son, junto a Piqué, los hombres clave en esta fase del juego. El portero siendo el encargado de dar el primer pase de calidad, sin rifar el balón, para que el equipo salga tocando desde atrás, Alves como recurso para cuando el rival logra defender la salida por los centrales, y Xavi como el hombre que viene a recibir a la base de la jugada y organiza el ataque.
El análisis de la ida
Tanto Arsenal como F.C.Barcelona saltaban al césped del Emirates Stadium con sus onces esperados. En los locales, con la recuperación de Samir Nasri, la única novedad era la entrada en el lateral derecho de Eboué en lugar del sancionado Sagna. En el Barça, por su parte, el equipo de gala salvo la ausencia por lesión de Puyol que implica la entrada en el once de Maxwell y el desplazamiento de Abidal a la posición de defensa central.
Durante la primera fase del partido tuvo lugar la disputa por el dominio del discurso del partido. El Barça trataba de imponer su partido: juego en campo contrario, posesiones largas, encerrar al rival en su área, localizar la pérdida cerca de la portería contraria, acumular muchos hombres alrededor del balón para que la presión sea más efectiva y reducir al máximo el tiempo que el rival destina a sus ataques. El Arsenal, por su parte, con la batalla por la posesión del balón perdida de antemano, buscaba defender arriba dificultando la salida desde atrás de los de Guardiola, cerrar espacios por dentro en mediocampo para recuperar el balón arriba, y alargar las fases de posesión activando a Wilshere, Nasri y Cesc.
Barça 2011-12: Cesc…cómo y porqué.
La estructura de plantilla del Barça de Guardiola no es una estructura basada en el número sino en los nombres. No se busca tener 2 onces con un suplente claro para cada titular, sino un grupo de 14-15 jugadores capaces de mantener el nivel del equipo titular. Exagerando, diríamos que ante la baja de un titular en un partido top, no entra su suplente, sino el mejor jugador disponible. Hoy por hoy, por ejemplo, si imaginásemos una hipotética semifinal de Champions sin Dani Alves, no apostaríamos por la entrada de Adriano, sino por la de Mascherano o Maxwell. Quizá Puyol pasaría al lateral, o sería el Jefecito quien ocuparía la demarcación de Alves. Quizá Busquets retrasaría su posición al centro de la zaga o Abidal se centraría dejando el lateral para Maxwell. Se trata de mover esas 14-15 piezas que ofrecen las máximas garantías al técnico a la hora de competir.
Por eso, no solo es necesario analizar la cantidad de jugadores disponibles, sino también los roles que desempeñan. Por número, con la llegada de un tercer central "titular" y la presencia de Mascherano, Maxwell y dependiendo del estado de forma Keita, podríamos concluir que el Barça ya contaría con esos 14-15 titulares necesarios, a la espera de ver la evolución de Afellay, Bojan o Thiago. No obstante, si analizamos con más profundidad nos percataremos que hay una pieza que no está doblada en ese grupo de 14-15 titulares. No es una cuestión de número, sino de rol: el Barça solo tiene un cerebro, Xavi.
Barça 2011-12: La defensa (1/2)
Actualmente, el Barça cuenta, para cubrir las cuatro plazas de defensa que requiere su sistema habitual, con Alves, Adriano, Piqué, Puyol, Milito, Abidal y Maxwell. Además, en el filial aguardan jóvenes de la proyección de Fontás, Bartra, Muniesa, Montoya o Sergi Gómez. Se podría afirmar, pues, que la línea está cubierta. No obstante, si profundizamos un poco más en el análisis, nos percataremos que puede existir algún aspecto comprometido.
Por un lado está la renovación de Dani Alves, una pieza importantísima para el equipo, no solo por ser el mejor lateral del mundo, sino porque su aportación va mucho más allá. Alves no es solo un lateral, es el hombre que abre la banda derecha, el que genera superioridad numérica en el centro del campo involucrándose en la elaboración o el que lanza al equipo a la presión en campo contrario. Por eso, a Alves no se le remplaza con otro lateral. Un nuevo lateral podrá llegar a línea de fondo, otro dar muy buena salida, otro cerrar defensivamente su banda...pero Alves es el único que lo reúne todo. Por eso, en el supuesto de una hipotética baja del brasileño, la solución debería ir más allá de la de remplazar pieza por pieza. En todo caso, llegado el momento, esta situación ya será analizada en En un momento dado.
Barça 2011-12: Consideraciones generales
Muchas veces, en el fútbol sucede que cimentamos nuestro aprendizaje en la experiencia, en lo que sucede y no en el motivo que lo posibilita. Así, las cosas se terminan explicando por el qué, en lugar de por el porqué. En los últimos años, con el Barça de Guardiola hemos tenido algún ejemplo de esto, siendo quizás la compatibilidad de Xavi e Iniesta en un mediocampo de tres, el caso paradigmático. En el Barça de Rijkaard, la formula de los dos canteranos como interiores acompañando a un mediocentro no funcionó. Uno de los dos siempre necesitaba ser completado con otro tipo de centrocampista, fuese Davids primero, Deco después, o Motta, Van Bommel e incluso Gio van Bronckhorst en ausencia del portugués. La gente, pues, aprendió el qué -que Xavi e Iniesta no podían jugar juntos en un mediocampo formado por tres centrocampistas- pero no el porqué. En aquel Barça de Rijkaard havia un contexto determinado, unas sinergias en el juego, un engranaje colectivo que marcaba qué debían ofrecer los interiores de ese equipo. Se asumió que Xavi e Iniesta solo funcionaban al lado de un interior más físico, y que el entrenador debía escoger entre uno de los dos o desplazar al manchego al tridente de ataque.
La última prueba
Tras un inicio irregular, dubitativo en lo futbolístico y saldado con algún mal resultado inesperado, el Barça de Guardiola parece haber alcanzado velocidad de crucero. No es cuestión únicamente de resultados, sino que a nivel de juego, no sería aventurado afirmar que éste es el mejor momento del equipo desde la llegada del técnico al banquillo. A este Barça parece que no pueda resistírsele ningún record ni rival. Al comienzo de temporada se venció al Atlético de Madrid en el Calderón, el único rival al que el equipo de Guardiola no se había impuesto en Liga, y este fin de semana, contra el Espanyol, le espera su segunda gran prueba. No nos referimos tanto al rival como al escenario. Tampoco al marcador. Se trata de control, de mandar sobre el partido, eso que este Barça es capaz de lograr prácticamente siempre y ante cualquier adversario, salvo una excepción, cuando les puede lo emocional. Sucedió en el primer Barça-Madrid de la temporada del triplete, en la vuelta ante el Inter...o en los partidos contra el Espanyol.
Oro, Plata y Bronce
En nuestro primer análisis de lo que dio de si el Barça-Madrid del día 29 dejamos fuera del mismo a Xavi, Iniesta y Messi. Argumentamos que su extraordinaria actuación merecía un espacio propio, y qué mejor momento para dedicárselo que el día en que los tres han sido designados como los finalistas del próximo Balón de Oro. Este tipo de premios tienen el valor que tienen, que es poco, pero no deja de ser un gran motivo de orgullo que junto a los nombres históricos de Di Stefano, Best, Beckenbauer, Cruyff, Platini, Van Basten o Zidane, hoy estén los de los tres canteranos culés. Uno catalán, otro de Albacete y otro argentino, los tres de generaciones distintas, representan un estilo, una marca, una manera de entender el fútbol. Ni mejor ni peor que las demás, pero la propia del Barça. Y de la misma manera que no hay mejor manera de hablar del Barça-Madrid que refiriéndose a estos tres futbolistas, el mejor reconocimiento a Iniesta, Messi y Xavi, seguramente sea recordar su memorable actuación en el gran clásico del pasado lunes.
El análisis de una goleada histórica
La primera sorpresa se dio antes del pitido inicial. Cristiano Ronaldo, que venía jugando en banda izquierda y siendo su sociedad con Marcelo y Alonso la clave ofensiva del Madrid, se situaba en banda derecha. Es difícil adivinar el motivo, más teniendo en cuenta que como el desarrollo del partido demuestra, la apuesta no tuvo el éxito que Mourinho esperaba. Quizás fue por la entrada en el once de Benzema en lugar de Higuaín, pues el francés, a diferencia del Pipita tiende a caer sobre el perfil zurdo. Tal vez la función de Ronaldo en banda derecha era la de defender el presumible desequilibrio Iniesta-Khedira obligando al de Fuentealbilla a correr hacia atrás en defensa para apoyar a su lateral. También es probable, y desde En un momento dado nos decantaríamos por esta opción, que el técnico portugués buscase reforzar su banda izquierda en defensa para hacer frente al binomio Xavi-Alves y permitir, a la vez, que Alonso guardase una posición más centrada para trabajar sobre Messi.
Desde el banquillo, y antes de que el árbitro ordenara el saque inicial, Guardiola y su cuerpo técnico se percataron de esta nueva posición de Cristiano Ronaldo, indicando a sus jugadores un intercambio de posiciones que nos permitió resolver una de las dudas sobre el planteamiento culé apuntadas en la previa. Puyol era el central que debía caer sobre el perfil de Ronaldo, y así, como sucediera la temporada pasada en el Bernabéu, plantear un "doble lateral" para defender al portugués. Cabe la opción que el planteamiento de Guardiola, más que acercar a Puyol a Ronaldo, fuera el de alejar de él a Piqué para que así la salida del balón del Barça se desarrollara por el lado apuesto a las contras blancas, algo apuntado en la tercera parte de nuestro análisis previo y con lo que se conseguiría disminuir la peligrosidad del contraataque -si este transcurre lejos de Ronaldo- o aumentar su lentitud -si el Madrid quería llevar el balón a la derecha después de recuperar en la izquierda-.