El detalle Post-Partido: La banda izquierda
Guardiola volvió al 1-4-3-3 en el que una de las plazas del tridente ofensivo es para un teórico centrocampista. Se trata de una figura -ese cuarto centrocampista que parte desde la delantera- que el técnico ha perseguido desde sus inicios en el primer equipo. Primero con el fichaje de Hleb, después con Iniesta, pasando por Afellay o ahora Cesc. Durante muchos momentos de la temporada, este rol ha correspondido al de Arenys, pero por ejemplo en los enfrentamientos contra el Real Madrid, ha sido Iniesta quien ha ocupado el extremo izquierdo quedando Cesc en el interior. La misma disposición presentó el Barça el sábado.
Los tweets del Racing-Barça
-El Barça con defensa de 4. Busquets hace de Piqué y Puyol de lateral izquierdo. -Todavía es pronto pero de momento me parece mucho más central que mediocentro. Menos "mediocentral" que otras veces. - Hoy Busquets me está pareciendo un mediocentro jugando
Sobre crítica:
Cuando llegan los malos resultados la crítica no se hace esperar. Si además hablamos de un equipo como el Barça de Guardiola en el que el entorno resta títulos no alcanzados en lugar de sumar los logros, es fácil perder la perspectiva. Aceptemos que para el F.C.Barcelona la Liga se ha puesto muy difícil. Siete puntos, por mucho que la segunda vuelta guarde un Barça-Madrid en el Camp Nou, parece una distancia más que considerable ante la facilidad del Madrid de Mourinho de sumar de tres en tres. Pero más allá de los fríos números, el Barça no parece ofrecer las garantías de que, si el Madrid pierde esos siete puntos, él vaya a ganarlo todo. Ahí no hablamos de resultados, hablamos de fútbol, del juego. Cuando, una vez superada la crítica resultadista que sube y baja a los altares jugadores, propuestas o decisiones en función de la arbitrariedad de un resultado final, uno pretende analizar las causas futbolísticas que expliquen una determinada realidad del equipo, existe un segundo peligro. Se trata del peligro de perder de vista a los verdaderos protagonistas, los jugadores, y de entre éstos, aunque mencionarlo pueda parecer una ridícula obviedad, los mejores.
Es cierto y evidente que hay decisiones que pueden ser más problema que solución -como situar a Xavi por delante del balón ante el Villarreal, como hiciera en el pasado Mundial el seleccionador Vicente del Bosque-, o que contar con Iniesta, Di María o Neymar, dará más opciones al equipo que hacerlo con Keita, Adriano o Dani Alves actuando en la posición de extremo. Pero no es menos cierto que en un contexto favorable, esos jugadores han demostrado funcionar. En esos contextos que posibilitan los grandes jugadores.
Pep sí ha dado con la tecla
Si en el partido de Liga al Madrid le castigó el hecho de salir a jugarle al Barça de tú a tú, sin plantear el partido como respuesta a los azulgranas y sin atender a la inevitable sentencia a jugar sin el balón a que el equipo de Guardiola somete a todos sus rivales, esta vez Mourinho optó por su cara más conservadora. Sobrevivir al rival y tratar de aprovechar alguna de las oportunidades que brindara el choque. Ya quedaría la vuelta para tratar de llevarse la eliminatoria. La idea es simple: al Barça es más probable superarlo a partido único que a dos partidos, por lo que llevar la eliminatoria a eso no hubiese sido una mala noticia. Reforzar la media con un trivote en el que se incrustaba Pepe, Altintop en el lateral para mantener a Lass en la media, Coentrao para desterrar las imprevisibles concesiones defensivas de Marcelo y arriba la entrada de Higuaín para sumar ese gol "de la nada" que pudiese poner en ventaja al Madrid en la eliminatoria. Todo movimientos que supeditaban la transición ofensiva a la defensiva. Decisiones, cada una de ellas, que ponía un nuevo palo en las ruedas del Madrid a la hora de construir juego, pero que a cambio le permitían un planteamiento y unos nombres, a priori, más eficaces para defenderse del Barça. Mourinho no planteó el partido a discutirle el discurso del partido al Barça, sino a sobrevivir a él.
También Guardiola jugó con el formato de la competición, sabiendo que con la vuelta en el Camp Nou, saliendo con un marcador ajustado del feudo blanco, su equipo lo tendría todo de cara para plantarse en semifinales. Así pues Pep volvió a la defensa de cuatro -aunque a lo largo de este texto haremos alguna consideración al respecto importante para analizar el partido- y devolvió el timón a Xavi. Horizontalidad por encima de verticalidad, limitar el intercambio de golpes, menos ataques pero más largos. Defenderse mientras se ataca, que no defenderse atacando.
Detalles de la Final
Parecía que esta temporada al equipo le costaba alcanzar su máximo nivel, pero de hecho, desde que Guardiola es el entrenador del primer equipo, esta es una constante del Barça. El objetivo es llegar a tope al mes de Noviembre-Diciemmbre,
Las claves de la victoria
Llegaba el Madrid sintiéndose superior al Barça. Un inicio de temporada arrollador unido a algunas dudas en los azulgranas, provocaron que para los jugadores del Madrid el partido se viese como la oportunidad de demostrar el cambio de tendencia y demostrar que, ahora, el equipo referencia era el blanco. Seguramente Mourinho supiese que no era así, que ante los de Guardiola el Madrid de la posesión se ve obligado a desnaturalizarse. No obstante, ante unos jugadores hasta hace poco acomplejados por el Barça y que ahora se creían superiores, la recuperación del 1-4-3-3 para jugar "a defenderse", seguramente habría sido un mensaje muy desmoralizador para unos jugadores que ahora si sentían que podían aguantar la mirada al equipo de Guardiola. Mourinho, pues, aceptó enfrentarse al Barça de igual a igual. Quizá porque en su rival todo eran incógnitas: esquema, nombres y posiciones. Si acaso una única concesión, la presencia al lado de Xabi Alonso de Lass Diarra, para sumar trabajo defensivo por detrás de Alonso ante la inferioridad numérica en la media que concedía el 1-4-2-3-1 merengue.
La semana del Clásico (III): El dueño del balón
Como vimos en el post de ayer, esta temporada Mourinho ha construido un equipo para mandar desde la posesión. Ya la temporada pasada el conjunto blanco acostumbraba a tener más posesión que sus rivales. Sucede, no obstante, que en sus enfrentamientos contra el F.C.Barcelona, el Madrid se ve obligado a desnaturalizar su juego, ya que cuando juegan los azulgranas, el balón siempre es propiedad de éstos. El rival podrá alargar más o menos sus fases con balón, pero el dominio de la posesión, si los azulgranas rallan a un nivel normal, será del Barça. Eso no quiere decir que forzosamente el Barça deba dominar el partido, pues el rival tiene la oportunidad de imponerse desde el juego sin balón, lo que sucede es que, como en su día hicieron -cada uno a su nivel- Arsenal, Villarreal o Shakhtar , el Madrid no tendrá más remedio que mutar a algo distinto a lo que viene siendo esta temporada. Mismos principios generales, reproducción de algunos de los automatismos básicos en el juego y la mayoría de jugadores habituales, pero una premisa distinta, el balón será del Barça.
Circuito desconectado
Como ya sucediera la pasada temporada desde que Esteban Vigo con el Hércules en el Camp Nou derrotara al equipo de Guardiola, los rivales del Barça, este curso, vuelven a emplear la estrategia de regalarle las bandas. El azulgrana no es un equipo de centros desde el costado buscando a un nueve poderoso en el juego aéreo. Salvo Keita, apenas tiene jugadores capaces de imponerse por alto en el interior del área. Además, sus hombres clave se concentran en el carril central desde que Messi centrara su posición para que su influencia sea mayor, por lo que regalando las bandas, los rivales pueden acumular sus esfuerzos en defender el zona central. Seguro que Guardiola tenia eso en mente cuando planificó el fichaje de Alexis Sánchez, pero el chileno vio frenada su adaptación al equipo por la lesión que sufrió ante la Real Sociedad en Anoeta.
La situación de Fontás
En el anterior post analizamos la situación en el equipo de Thiago Alcántara, uno de los dos futbolistas que esta temporada han ascendido a la primera plantilla procedentes del filial. El otro es Andreu Fontás, un central con un potencial, a priori, notablemente inferior al del hispano-brasileño, pero que además se encuentra con un escenario que le pone muy difícil lograr el objetivo de conseguir un sitio en la plantilla. Fontás es un central zurdo, perfil líbero que destaca más con balón que sin él, mejor en la colocación que en la corrección por físico y que tiene su principal laguna defensiva en lo lento de su giro.
La pasada campaña se erigió como uno de los líderes del excelente Barça Atlétic de Luis Enrique, y demostró ser el futbolista joven más hecho. Su etapa de formación había concluido, y además, el talento que se iba acumulando en la demarcación desde categorías inferiores, aconsejaba dejar paso. Dar un mayor peso a futbolistas como Bartra o Muniesa y abrir la puerta a un Sergi Gómez que ya no podía seguir en el juvenil.
Como añadido, la situación del primer equipo parecía propicia. Las bajas de Márquez, Chygrynskiy y Touré la anterior temporada sólo se habían respondido con la polivalencia del 'Jefecito' Mascherano y la reconversión de un Abidal que debía volver al lateral izquierdo. El grupo de los "titulares" contaba con cuatro centrales competitivo, pero en la plantilla sólo había dos centrales naturales. Parecía el escenario indicado para promocionar a un canterano, con la responsabilidad de las grandes citas recayendo sobre otros compañeros, y una rendija por la cual asomar en los duelos de menor exigencia. Una ausencia de uno de los centrales titulares, le aseguraba, por lo menos, un lugar en el banquillo de suplentes.
El detalle Post-Partido: La ocupación del área
Mover el balón más rápido que nunca, hacerse con el esférico en un partido en el que ambos equipos lo iban a querer del minuto uno al noventa. Esa fue una de las ideas repetidas por Guardiola en la previa del partido de San Mamés y se tradujo en la coincidencia en el once de Busquets, Xavi, Cesc e Iniesta, cuatro campeones del mundo, cuatro peloteros. Sólo Thiago quedaba fuera del equipo titular, pues Guardiola volvió a repetir defensa de cuatro fuera de casa.
Juntar superioridades por dentro para mover rápido, encontrando líneas de pase a varias alturas y castigando la transición ataque-defensa del Athletic. Para potenciar esta superioridad por dentro, Guardiola volvió a echar mano de Adriano en la posición de extremo izquierdo, estirando hacia la orilla al sistema defensivo de los de Bielsa. Sin Pedro lesionado y con un Alexis adquiriendo ritmo después de semanas de ausencia, el brasileño pasó por delante del Guaje Villa, pues mientras Adriano permite ese juego fijo en banda, el asturiano es un futbolista de diagonal hacia el centro que podría arrastrar hacia el interior a los defensores exteriores del rival. El objetivo era eliminar soldados para la batalla que se disputaría en el carril central.