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Vilanova

Santa Fe y Córdoba son dos provincias argentinas vecinas. En la primera nació Messi y en la segunda Pastore. Los dos argentinos, no podrían ser más diferentes. A Leo ya lo conocemos, es la competitividad hecha carne, Javier, por su parte, es un pechofrío de manual. Cada uno a su manera, fueron protagonistas en la ida. El azulgrana por el gol que abrió el marcador y por ser, con su lesión, la noticia del enfrentamiento. En el otro lado de la lona Pastore, por el baile que le dio Dani Alves en el perfil diestro del ataque culé. El Barça no sacó nada de ahí gracias a Thiago Silva, pero la ventaja fue una constante.

La respuesta rápida es Cesc Fábregas, y más después de lo del sábado ante el Mallorca. Es una de las dos opciones que tiene Vilanova, la del hombre por hombre. Asumiendo que no hay dos Messis, el de Arenys es el que más se le puede parecer de lo que el técnico tiene en plantilla. Cesc es interior, así que no será referencia arriba sino que, como Leo, buscará relacionarse con la medular escondido detrás de los mediocentros del PSG. Y tiene gol. Sólo el propio Messi y Villa están por delante de él en pegada en el conjunto culé. Más allá de la diferencia en el regate, la pega es que no es Messi, y en frente esperará nada menos que Thiago Silva. El ex-gunner difícilmente quedará en nada, pero difícilmente también el Barça desnivelará el partido desde ese duelo. Perfectamente asumible porque el Barça tiene recursos para hacer la diferencia en otra zona del campo, pero es algo a tener presente. Mientras en la ida se enfrentaba a Thiago Silva el mejor jugador del mundo, hoy lo hará Cesc, que no lo es.

Más allá de los inventos con el central o de la vuelta de Ibra, este miércoles la noticia puede ser que no esté Messi. Y hace mucho que eso no ocurre si no es a voluntad. Al Barça le tocará encontrar un plan alternativo general. No es para menos, Messi es el principio y final de casi todo, la explicación de demasiadas cosas en el juego culé. Cambiar hombre por hombre quizá no sea suficiente. No hay espalda que soporte el peso de cuatro balones de oro. Lo mejor, pues, será repartir ese peso, pero antes tendremos que ver en qué consiste. De eso tratará este artículo, de intentar romper a Messi en trocitos, sacar de su ovillo futbolístico sus principales hilos de su juego, descubrir las facetas de su juego más importantes para el equipo. Mañana será el momento de idear soluciones. 

El Barça necesita inventarse un central. ¿Les suena? No es nuevo. Algo se está haciendo mal. A largo plazo los milagros se piden a San Abidal, más teniendo en cuenta que Piqué está a una tarjeta en Champions de la suspensión, y de alcanzar las semis, parece difícil que no se pierda uno de los dos o tres partidos que le quedarían al Barça en la competición. Puyol y Mascherano no están y tardarán en volver, Song no ha funcionado y Bartra sigue casi nuevo en el cajón. 

Partido grande de Champions que tuvo de todo. La primera noticia la dio Ancelotti con la sorpresa de la entrada de Beckham. Todo el mundo se puso a imaginar sus parábolas dirigidas a las cabezas de Ibra, Thiago Silva, Alex o Matuidi. Y lo cierto es que durante la primera fase del partido fue así. Empezó mejor el PSG, bien asegurado en sus dos líneas de pase, sin girar al mediocampo y con un Thiago Silva imperial para solventar cualquier desajuste. Con Pastore y Lucas por fuera, el Barça tenía ventaja, pero como la portería está en medio y la custodiaba el mejor central del mundo, era una situación asumible. Así se explica que el Barça no masacrara desde el baile de Dani Alves a Pastore. El argentino sólo restó. 

La presencia del delantero sueco lo cambia todo, y es que el PSG actual es un equipo diseñado para él. Sin Zlatan es incompleto, mantiene su fortaleza atrás, el músculo y la potencia, pero se queda sin salida. Ibra es el plan en ataque. Tras robo, todas lo buscan a él y él las quiere todas. Con la libertad de saber que el diseño colectivo no sólo sostiene eso sino que lo potencia. Amplitud en las bandas y un socio arriba encarado principalmente a buscar la profundidad y a pisar área. Bien Ménez, bien Lavezzi, bien Gameiro si Ancelotti tiene que poner más carne en el asador desde el banquillo, son el contrapunto a un Zlatan que jugando de nueve siempre ha querido ser diez. 

Fue el Robinho del Paris Saint Germain. El primer movimiento de equipo poderoso. Sonaba para los clubs más grandes pero terminó en París. Era ese fichaje con el que anunciar al mundo que ellos también contaban y que iban en serio. No hay Ancelotti ni Ibrahimovic si antes no hay un Pastore, igual que no hay Touré Yaya ni Agüero si antes no hay un Robinho. Pastore no es Robinho, es peor futbolista, Ancelotti se las ha visto y deseado para encontrarle utilidad en su esquema. Finalmente lo ha hecho, en un rol secundario entre escondido y apartado en banda izquierda. Aún así, su papel puede ser fundamental ante el Barça, tanto para bien como para mal.

  Cuando se construyó, la Torre Eiffel fue el monumento más alto del mundo con más de 300 metros de altura. Ahora otros ostentan ese récord, pero la capital francesa sigue siendo una ciudad que obliga a mirar hacia arriba, ya sea por el gigante de Gustave Eiffel que sirvió de modelo recurrente al matrimonio Delaunay, por Montmartre o por la catedral de Notre Dame. También en el Parque de los Príncipes, el feudo del PSG. Seguramente el equipo parisino sea el más peligroso en el juego aéreo de todos los que siguen vivos en la Champions League.

- Introducción   - Planificación del F.C.Barcelona 2013-14: El central  - Dejan Lovren  - Iñigo Martínez - Vlad Chiriches - 'Marquinhos' - Jeffrey Gouweleeuw   - El fichaje de Neymar, 1a parte - El fichaje de Neymar, 2a parte     - Planificación del F.C.Barcelona 2013-14: Un portero para el Barça - Tim Krul - Marc-André ter Stegen - René

Desde hace años, el Barça sabe que el día del adiós de Víctor Valdés tendrá un problema. Lo tienen todos los equipos que se ven obligados a sustituir a un jugador que no sólo se ha adueñado del puesto, sino que con sus características lo ha definido dentro del imaginario del club. Eso es, precisamente, lo que ha hecho Valdés durante los años en que ha defendido la portería azulgrana. Hoy, para casi todos, el canterano ejemplifica lo que debe ser el portero del Barça, y siguiendo esta línea,  el objetivo para substituirle será buscar al guardameta más parecido. Punto de partida erróneo. Cierto es que el encaje de Víctor en el Barça ha sido perfecto hasta el punto de parecer que el puesto se hizo a medida para él, pero el club debe localizar aquellos atributos verdaderamente esenciales. Aquellos que, más allá de la singularidad de cada jugador, sean indispensables en el modelo de juego que proponen los azulgranas.  En poco se parecen Jordi Alba y Abidal, pero ambos casan con la idea base. Como Márquez y Puyol, Pedro y Henry, o Iniesta y Luis Enrique. Por suerte para el club, las dos últimas temporadas de Valdés lo han puesto más fácil. Hoy se puede decir que es una debilidad, y eso lo hará más sencillo para el nuevo. Entrar en el lugar del Valdés 2010-11, no es lo mismo que hacerlo en el del actual.