Más resultados

Generic selectors
Exact matches only
Search in title
Search in content
Post Type Selectors

Vilanova

Ayer empezamos a hablar de Neymar. Analizado el jugador desde fuera, lo introducimos en un contexto Barça estudiando su posible relación con alguno de sus compañeros. Nos planteamos su compatibilidad con Leo Messi y su encaje con Cesc, Iniesta, Xavi o Thiago. Así, terminamos con la propuesta del 1-4-4-2 en rombo con Neymar y Messi arriba que sacrificaría a un delantero para dar cabida a un centrocampista más. En esta ocasión, sin embargo, permaneceremos en la línea más avanzada. Más allá de Messi, el Barça dispone de una nómina importante de atacantes, los cuales, en mayor o menor medida, también guardarán relación con la llegada del crack brasileño. El caso más evidente es el de Villa. Renacido de un tiempo a esta parte para el entorno, Neymar llegaría a ocupar su puesto tanto en el equipo como en la plantilla. Por salud de vestuario y volumen salarial, parece difícil que a Villa pueda reservársele un rol tan, a priori, secundario. Porque no nos engañemos, Villa está muy lejos de su mejor versión. Mantiene el gol, y lo tendrá hasta el día que cuelgue las botas, pero si su adaptación al juego azulgrana siempre ha sido un tanto problemática, ahora además suma un físico muy castigado. Termina contrato en 2014, y con 31 años y teniendo en cuenta su ficha, lo normal sería buscar una salida favorable a ambas partes este mismo verano.

Ya no se puede retrasar más. Toca mover ficha. Desde hace ya varias temporadas, el F.C.Barcelona arrastra la necesidad de fichar un defensa central. Han pasado los años y los movimientos equivocados o, directamente, la falta de ellos, han provocado que lo que en su día era adelantarse a futuros problemas y completar la posición, hoy sea el principal talón de Aquiles del equipo. El Barça actual puede tener problemas -muchos o pocos depende para quien- pero es indudable que su fragilidad defensiva es insostenible. Y aunque ésta tenga un componente colectivo evidente, a nivel individual el caso es preocupante. Todo empezó la temporada posterior al inolvidable triple de la primera campaña de Guardiola en el primer equipo. Con Márquez ausente en el tramo final de la anterior campaña, el técnico decidió apostar por Chygrynskiy para reforzar la demarcación e ir dando el relevo, progresivamente, a la ya veterana dupla de la final de París. La apuesta salió mal, pero eso, que podría haber terminado ahí, el club lo sigue arrastrando hoy en día. En el Barça se ha instalado la creencia de que no sirve ningún central. De que se requiere un perfil tan específico que el mejor de los centrales fracasará al enfundarse la azulgrana.

Nada termina todavía. La remontada ante el Milan permite al Barça seguir adelante en la Champions, y de rebote nos da a nosotros, la situación ideal para dar el pistoletazo de salida a la planificación de la próxima temporada. La planificación, siempre cuando los resultados finales aun no nublan la vista. De haber caído, la inmediatez de la derrota seguramente lo marcaría todo, habiendo pasado a cuartos, será mucho más fácil abstraerse del resultado final y centrarse en la evolución general del equipo a lo largo de la temporada. El calendario, además, acompaña. Tres semanas hasta la ida de los cuartos con un sólo partido a la semana, y la entidad de los rivales y la situación en la Liga, permiten que desatendamos durante este tiempo la competición. No descartamos que pueda aparecer algún artículo puntual referido al día a día del equipo o al sorteo de mañana, pero la intención inicial es que hasta que vuelva la Champions, el blog lo monopolice el análisis del Barça 2013-14. Para todo lo demás, nos vemos en Twitter, Ask y Facebook

La remontada soñada tiene el primer gol bien pronto, al inicio de partido. El segundo, el que empata la eliminatoria, antes de llegar al descanso, tras salvarse de una ocasión clara del rival. El tercero, para ponerse en ventaja, a poco de comenzar el segundo tiempo. Es mejor el sufrimiento estando dentro que estando fuera. Y el cuarto, el que sella el pase, cuando apenas quedan unos segundos para que la adrenalina del abismo estalle en catarsis colectiva.

Todo empezó en el balón pero estalló en la cabeza. Desde el principio de temporada, el Barça ha arrastrado tres problemas estructurales. A nivel colectivo, está su endeblez en transición defensiva, a la que sólo durante dos meses, con la posición de Iniesta en banda que pareció dar sentido a todas las piezas, pudo asentar. A nivel individual, el problema en los centrales ya adquiere tintes de drama, y se une que el Barça, este año y parte del anterior, juega sin portero. Suena duro pero es así. Ese triángulo que ejerce de última barrera es de papel. 

Aunque últimamente parezca lo contrario, un 1-1 en casa en la ida de una eliminatoria es un mal resultado. Ni que sea porque en el momento que el árbitro pita el inicio, estás eliminado. Tiene una ventaja, eso sí, y es que te define el plan de ruta para la vuelta. No vale especular, tú eres quien debe ir a por el partido. Pero el Madrid se enfrenta al Barça, y si de un equipo se puede adivinar que saldrá a por el partido es de este Barça -más incluso que de el de Guardiola, pues aquel contaba con el control de Xavi como el arma defensiva más dominante de los últimos tiempos-. No está claro que para el Madrid esto sea malo. Más bien al contrario, ya que los blancos sufren más cuando el rival les regala la iniciativa. Con un Barça que no especulará y un Madrid que prefiere la reacción, el escenario previo del partido no se plantea muy distinto al de la ida. A favor de los blancos, eso sí, la vuelta de Di María, Coentrao, Ramos y Pepe. Ahí es nada. Y por el lado culé, casi un mes en el que han podido pensar y trabajar sobre lo sucedido en el partido de ida.

El Barça lo tenía. Había logrado lo más difícil, reinventarse, asumir el vértigo como camino, desterrar el control absoluto que lo convirtió en eterno. El proceso, sin duda, fue duro. Casi nadie ha logrado encadenar proyectos vencedores sin rupturas más o menos traumáticas. Tito Vilanova, su cuerpo técnico y sus jugadores lo habían logrado. Fueron lo suficientemente valientes para caminar por lo desconocido, y tuvieron la seguridad suficiente en si mismos como para lanzarse a la nueva aventura. El Barça volaba y parecía volver a ser invencible. Dos lastres arrastraba, la poca seguridad de la pareja de centrales y un Valdés que no para, pero el plan funcionaba. Incluso había dejado de conceder atrás. El buen juego es la mejor medida defensiva. Pero actualmente, los azulgranas no están ahí.

El Barça afronta dos semanas de reposo antes de que vuelvan los partidos trascendentales: la eliminatoria ante el Milan y la vuelta de Copa ante el Real Madrid. Ambos pueden dejarte fuera de una competición. Lejos de tomar la Liga como descanso, es el momento de hacer valer el margen de puntos obtenido. Poniendo puntos de por medio con el Madrid, el Barça no sólo ganó tranquilidad, sino también tiempo. Es el momento de usarlo, y la baja de Xavi, más que un problema, puede ser una oportunidad perfecta. En el primer partido de semifinal de Copa con el Madrid, Mourinho puso en problemas a los azulgranas a partir de la presión adelantada. El partido se configuró a partir de ahí. Y atención, porque el Milan ha perdido instinto de supervivencia atrás y ha ganado juventud e ímpetu arriba. Es más que previsible que los italianos salgan a morder al Barça arriba. 

 
3- Pedro + Alexis:
Es evidente que el partido de esta noche viene marcado por las ausencias en el Madrid. No estará Casillas, ni Di María, ni la pareja Ramos-Pepe, ni Coentrao. Quien si estará es Marcelo, pero llega más que justo. Con Coentrao disponible no habría dudas. Tampoco sin el rival fuera otro. Pero Mourinho tiene lo que tiene y jugársela ahí con Essien parece demasiado temerario teniendo en cuenta los acompañantes que tendrá. En el ataque azulgrana, todas las miradas estarán puestas en Messi y la efervescente banda izquierda de Alba, Cesc e Iniesta. También el sistema defensivo blanco. Por eso, en la posición del maltrecho lateral brasileño, al Barça se le abre una nueva posibilidad de desequilibrio. 

1- El primer clásico del Barça de Vilanova:
Cuando Barça y Madrid se enfrentaron en la primera vuelta de la Liga, el equipo de Vilanova aún  no había arrancado. De hecho lo hizo a partir de ese partido, punto de partida de las propuestas y novedades que se reflejan ahora en el líder de la competición. Aquel era un equipo todavía muy "tardoguardioliano" un conjunto en construcción. Este es uno de los principales alicientes del nuevo enfrentamiento entre los dos grandes. Son los mismos equipos, pero uno de los dos es otro.