Post-Partidos

Como ya sucediera la pasada temporada desde que Esteban Vigo con el Hércules en el Camp Nou derrotara al equipo de Guardiola, los rivales del Barça, este curso, vuelven a emplear la estrategia de regalarle las bandas. El azulgrana no es un equipo de centros desde el costado buscando a un nueve poderoso en el juego aéreo. Salvo Keita, apenas tiene jugadores capaces de imponerse por alto en el interior del área. Además, sus hombres clave se concentran en el carril central desde que Messi centrara su posición para que su influencia sea mayor, por lo que regalando las bandas, los rivales pueden acumular sus esfuerzos en defender el zona central. Seguro que Guardiola tenia eso en mente cuando planificó el fichaje de Alexis Sánchez, pero el chileno vio frenada su adaptación al equipo por la lesión que sufrió ante la Real Sociedad en Anoeta.

Mover el balón más rápido que nunca, hacerse con el esférico en un partido en el que ambos equipos lo iban a querer del minuto uno al noventa. Esa fue una de las ideas repetidas por Guardiola en la previa del partido de San Mamés y se tradujo en la coincidencia en el once de Busquets, Xavi, Cesc e Iniesta, cuatro campeones del mundo, cuatro peloteros. Sólo Thiago quedaba fuera del equipo titular, pues Guardiola volvió a repetir defensa de cuatro fuera de casa. Juntar superioridades por dentro para mover rápido, encontrando líneas de pase a varias alturas y castigando la transición ataque-defensa del Athletic. Para potenciar esta superioridad por dentro, Guardiola volvió a echar mano de Adriano en la posición de extremo izquierdo, estirando hacia la orilla al sistema defensivo de los de Bielsa. Sin Pedro lesionado y con un Alexis adquiriendo ritmo después de semanas de ausencia, el brasileño pasó por delante del Guaje Villa, pues mientras Adriano permite ese juego fijo en banda, el asturiano es un futbolista de diagonal hacia el centro que podría arrastrar hacia el interior a los defensores exteriores del rival. El objetivo era eliminar soldados para la batalla que se disputaría en el carril central. 

Del último partido de Liga ante el Mallorca seguramente se recuerde antes el hattrick de Leo Messi o la actuación del canterano Isaac Cuenca, pero sin duda, una de las mejores noticias para Guardiola fue el gran partido de Dani Alves. El lateral brasileño es sin lugar a dudas el futbolista más castigado por el 1-3-4-3 que esta temporada está utilizando Guardiola en el que no existe su teórica demarcación natural. Desde En un momento dado, ante las dificultades en el proceso de renovación de su contrato la pasada temporada que apuntaban a una posible salida hacia el Manchester City, creíamos que la hipotética solución de Guardiola a una posible marcha de Alves, más que tratar de substituirlo "hombre por hombre" hubiese pasado por algo más complejo con el objetivo de hallar por otras vías lo que podía ofrecer un lateral tan singular. En ese planteamiento, hubiésemos apostado por el cambio de sistema y la adopción del 1-3-4-3, con 4 medios para equilibrar su participación en la media y extremos bien abiertos para garantizar la amplitud que aporta Dani con su proyección por bandas. No obstante, incluso con Alves el técnico parece dispuesto de llevar a la práctica el plan del 1-3-4-3, y sin la figura del lateral carrilero en el esquema, las soluciones que ha encontrado Guardiola para dar entrada al brasileño han sido dos. Tras el partido ante el Villarreal en el que Alves fue baja y en el cual el Barça estrenó disposición táctica, el primer encuentro en que, con Dani sobre el césped, el equipo formaba con 1-3-4-3 fue frente al Osasuna en el Camp Nou. En esa ocasión la defensa de tres la formaban Mascherano,Puyol y Abidal, por delante Guardiola situó un rombo compuesto por Busquets, Xavi, Cesc y Thiago, y arriba Villa en la izquierda, Messi como falso nueve y Dani Alves ocupando la posición de extremo derecho. El desempeño del brasileño fue excelente pues el planteamiento del rival y la extraordinaria actuación de los jugadores interiores le ofrecieron en el costado los espacios que necesita para desarrollar su juego.

Desde que Guardiola está al mando del equipo, el contar con una plantilla corta ha sido la norma. Mayor facilidad para repartir minutos y evitar que algún jugador se sienta apartado, homogeneización de niveles para evitar relajación en los teóricos titulares y la posibilidad para los jóvenes del filial de ver siempre la puerta del primer equipo abierta. El nivel de éstos, además, es una garantía para el cuerpo técnico, que sabe que si los necesita, los jóvenes responderán. Busquets, Pedro, Fontás, Thiago, Dos Santos, Sergio Roberto, Bartra, Muniesa, Montoya...

Las dos últimas victorias en el Calcio deben llevar la tranquilidad a la Roma de Luis Enrique tras unos primeros pasos muy negativos en los cuales cabe contar, además, con la eliminación europea a manos del desconocido Slovan de Bratislava. Sin duda, los malos resultados iniciales no dibujaron el escenario ideal para dar tranquilidad a un nuevo proyecto que todavía debe tomar forma y encaje a las numerosas incorporaciones realizadas. Stekelenburg, Heinze, Kjaer, Jose Ángel, Gago, Pjanic, Osvaldo o Bojan Krkic, son algunos de los nombres que este verano han llegado al conjunto romano. El ex-azulgrana, en una operación peculiar más cercana a una cesión que a un traspaso, busca reencontrar en Italia la confianza perdida en sus últimas temporadas en el F.C.Barcelona.

- Sin Cesc ni Iniesta, Pedro completa el rombo:

 
Significativa apuesta de Guardiola por el 1-3-4-3 incluso sin dos de los centrocampistas titulares del equipo. Muchos podían pensar que la apuesta por situar a 4 hombres en la medular respondía a la acumulación de talento en esta línea del equipo con la llegada de Cesc y el ascenso de Thiago. No obstante, sin Cesc ni Iniesta, cuando lo fácil habría sido volver al 1-4-3-3 y formar con Busquets, Xavi y Thiago en la media, Guardiola mantuvo el esquema de las últimas fechas.
Para completar el rombo, pese a contar con Keita, en el vértice superior Pep utilizó a Pedro. Como ya analizamos en el blog, la posición del canario la pasada temporada tendió mucho al carril central gracias a la amplitud que aporta un lateral como Dani Alves, por lo que la decisión del técnico, aunque sorpresiva, resulta lógica.
Haciendo de Pedro en el extremo derecho, Guardiola situó a Adriano. Nos quedará la duda de que habría hecho el entrenador de estar disponible Alexis Sánchez, y si habría juntado en el campo a cuatro teóricos delanteros. Ante el Sporting, Adriano jugó de extremo derecho, la posición del chileno, y a nivel defensivo, Alexis aportaría tanto como el brasileño.

Contar con la mejor generación de centrocampistas de la historia del fútbol español, también tiene sus consecuencias negativas. Cesc, Xavi e Iniesta seguramente pasen por ser los tres mejores interiores del mundo. Desde atrás llega empujando Thiago Alcántara, un talento enorme que ya ha sido titular en cuatro de los cinco partidos de Liga del Barça. También está Busquets, campeón del mundo con la selección nacional y titular indiscutible para Guardiola las dos últimas temporadas en el mediocentro del equipo. Mascherano para no limitarse a ser el recambio del de Badía, se ha redescubierto como defensa central, posición desde la cual goza de más protagonismo que en el centro del campo. Además esta Keita. Así pues, especialmente en esta línea del equipo, las plazas están muy caras. La exigencia es mucho mayor tanto para las futuras posibles incorporaciones como para los jóvenes del filial. Al Barça se le acumula el talento, y por eso, aunque desagradables, no deben extrañar situaciones como la vivida este verano con Oriol Romeu. Llegó el Chelsea de Villas-Boas que había perdido por lesión a Essien, el Barça no podía ofrecerle una plaza en la primera plantilla, y finalmente el futbolista fue traspasado al equipo de Londres. Las informaciones, no obstante, apuntan a que el club se ha reservado una opción de recompra después de las dos primeras temporadas de Romeu en el Chelsea. Así pues, ante la perspectiva de que el F.C.Barcelona pueda plantearse su recuperación dentro de dos años, entendemos que puede ser una buena iniciativa que, desde En un momento dado, sigamos las evoluciones de Oriol Romeu en su nuevo equipo.

Sorprendió Guardiola repitiendo el mismo 1-3-4-3 que ante Osasuna, con las únicas novedades de Keita por Thiago y Pedro por Villa en el extremo. También sorprendió a Emery, que había planteado un doble lateral izquierdo, como casi siempre que se mide al Barça de Guardiola, para tapar las subidas de Dani Alves. No obstante, lo que debía ser una medida defensiva, se convirtió durante la primera mitad en la principal amenaza ofensiva del Valencia.  Una y otra vez Alba y Mathieu atacaron en superioridad a Mascherano, obligando a la basculación de la zaga de tres y descubriendo las entradas al segundo palo.

Si tu tienes el balón el otro no lo tiene. Esta sentencia de Cruyff a menudo desvirtuada hasta el ridículo por una valoración demasiado simplificada, resume una de las principales verdades del fútbol. No se trata de una sucesión de fases independientes, sino que en el juego todo fluye, cada situación influye sobre la situación posterior, y es quien domina el esférico quien controla estas situaciones. No quien atesora la posesión del mismo, sino quien manda sobre él, sea de manera directa o indirecta. Alves defenderá mejor si obliga al extremo a seguirle hasta su defensa; si Iniesta obliga a girar al mediocampo rival con un dribling, el Barça podrá desplegar una presión más eficaz; si Messi desordena al adversario recibiendo entre líneas, penalizará la futura transición del contrario; si Piqué planta la línea en mediocampo, los puntas rivales se verán obligados a jugar a 50 metros de Valdés...Atacar bien permite defender bien.

Llegaba la Supercopa, el primer título de la nueva temporada, con el precedente de los duelos entre F.C.Barcelona y Real Madrid de finales de la temporada pasada. En el recuerdo las actuaciones de Messi y Ronaldo, la solución de Pepe como interior, el duelo Di Maria vs. Dani Alves, el recurso del cambio de banda entre Pedro y Villa, las dudas que dejaron hombres tan importantes como Busquets o Özil, o la consolidación de Mascherano como una alternativa válida en el eje de la zaga. Muy lejos de esos partidos, esta Supercopa llegaba en plena preparación de ambos conjuntos -más castigado el equipo de Guardiola-, con la aceptación de ambos técnicos de que se trataba de un título de menor importancia, y con la duda sobre el estado físico de algunos jugadores claves. Así, el Barça saltó en la ida al césped del Bernabéu sin tres de sus hombres más determinantes en su mecanismo a la hora de iniciar el juego desde atrás. Sin Piqué -el central encargado de servir limpio el primer pase-, Xavi -el destinatario de ese servicio y el hombre encargado de administrar la base de la jugada-, ni Busquets -el jugador que complementa y da continuidad a esa función de Xavi-, el Barça se vio lastrado, de inicio, en una de las fases clave para desarrollar su juego.