La semana del Clásico (I): Los precedentes
La temporada pasada nos brindó hasta cinco enfrentamientos entre F.C.Barcelona y Real Madrid. En ésta, los de Guardiola y Mourinho ya se han visto las caras en la Supercopa de España, pero debido a las fechas en las que esta competición se disputa, nos resultará mucho más útil volver la vista atrás hasta la temporada 2010-11.
La primera vez que Pep y Mou se vieron las caras al frente de los dos grandes de la Liga, fue en el 5-0 del Camp Nou. Como evidenció el marcador -y aún más el juego- el Barça fue el absoluto dominador del partido y superó en todo al Madrid. En ese partido, pudimos ver repetida una constante cuando Guardiola se ha enfrentado a Cristiano Ronaldo, como es la doble marca al portugués. Ya sea planteando un doble lateral derecho o -lo más habitual- el apoyo interior de uno de los centrales, Pep siempre ha repetido este planteamiento cuando Ronaldo ha actuado en banda. Formando con la pareja de centrales Piqué-Puyol, siempre ha sido el capitán el encargado de esa doble marca junto al lateral, de manera que el técnico no ha dudado en intercambiar el perfil de los centrales dependiendo de la banda que ocupase Ronaldo, incluso con el partido en marcha.
Circuito desconectado
Como ya sucediera la pasada temporada desde que Esteban Vigo con el Hércules en el Camp Nou derrotara al equipo de Guardiola, los rivales del Barça, este curso, vuelven a emplear la estrategia de regalarle las bandas. El azulgrana no es un equipo de centros desde el costado buscando a un nueve poderoso en el juego aéreo. Salvo Keita, apenas tiene jugadores capaces de imponerse por alto en el interior del área. Además, sus hombres clave se concentran en el carril central desde que Messi centrara su posición para que su influencia sea mayor, por lo que regalando las bandas, los rivales pueden acumular sus esfuerzos en defender el zona central. Seguro que Guardiola tenia eso en mente cuando planificó el fichaje de Alexis Sánchez, pero el chileno vio frenada su adaptación al equipo por la lesión que sufrió ante la Real Sociedad en Anoeta.
A.C.Milan vs. F.C.Barcelona
Tras dos supercopas con el equipo prácticamente en pretemporada, el enfrentamiento contra el Milan del próximo miércoles en el que ambos conjuntos se disputarán la importantísima primera plaza del grupo, será la primera final de la temporada para el F.C.Barcelona. Pese a tener el pase a octavos en el bolsillo, la primera plaza puede resultar decisiva para el futuro del equipo en la competición, pues además de evitar a los, a priori, rivales más peligrosos, permite contar con el factor campo a favor, y eso, hablando del Camp Nou, puede ser un factor determinante a su favor.
El equipo de Guardiola partirá con la ventaja de que un empate ante el Milan le serviría para seguir liderando el grupo y rubricar ese primer puesto en casa ante el Bate Borisov. No obstante, difícilmente veremos adoptar a los azulgarnas un papel distinto al que desarrollan normalmente, es decir, saldrá a mandar y a hacerlo desde el balón. Por eso, y desde la aceptación de que parte en inferioridad, no sería extraño que sobre el papel el Milan repitiese planteamiento respecto al partido de la primera vuelta y esperase al Barça, tratando, eso sí, de desarrollar ese planteamiento de manera más eficaz para no depender de la suerte para sobrevivir, y esperar a entrado el segundo tiempo para asumir mayores riesgos si fuese necesario.
Thiago sube un escalón
A raíz de las negociaciones con el Arsenal por la incorporación de Cesc Fábregas a la disciplina del Barça, uno de los debates del verano fue el posible tapón que el de Arenys podía suponer para la principal perla de la cantera azulgrana, Thiago Alcántara. Se argumentaba que con Xavi e Iniesta ya en el equipo, el fichaje de un jugador de la importancia de Cesc para ocupar esa misma posición, socavaría cualquier posibilidad para Thiago de contar con minutos. No obstante, transcurridas 11 jornadas, el hispano-brasileño ya ha disputado 10 partidos con el primer equipo, y en 8 lo ha hecho formando en el once inicial.
Hablábamos meses atrás, que lo que debe hacer el club con respecto a los canteranos, es darles la opción de tener un lugar en el primer equipo, es decir, dejar la puerta abierta, pero que una vez dentro, debe ser el rendimiento del futbolista el que determine cuál será este lugar. En la situación de partida, Thiago no competía con Cesc, sino con Keita, Afellay o Adriano. Su lugar no estaba en el grupo de los titulares sino en el de los complementos de la plantilla. Desde ahí, en base a su rendimiento, escalar posiciones para entonces, una vez demostrado, formar parte del grupo de jugadores importantes de la plantilla:
"No debe perderse la perspectiva, y por mucho que algunos de los jóvenes apunten muchísimo, su sitio no está en el de los titulares, sino en el de los hombres que complementan la plantilla. Cuidar la cantera es eso, ofrecerles la oportunidad de encontrar un hueco en la primera plantilla, lo otro, planificar con ellos en el grupo de los titulares, una temeridad. Los jóvenes, pues, no deben entrar en los debates sobre la planificación en lo que a titulares se refiere. Ahí, si Guardiola necesita un titular no hay jugador del filial que tenga nada que decir. El fichaje de un titular no tapa a un canterano, ya que no compiten por lo mismo. El titular viene a decidir, el canterano a completar. Cuando éste escale en la estructura de plantilla y demuestre que está listo para decidir, será el momento de considerarle como un titular. A los jóvenes se les debe ofrecer un lugar en la plantilla, pero el lugar que les corresponde."
El detalle Post-Partido: La ocupación del área
Mover el balón más rápido que nunca, hacerse con el esférico en un partido en el que ambos equipos lo iban a querer del minuto uno al noventa. Esa fue una de las ideas repetidas por Guardiola en la previa del partido de San Mamés y se tradujo en la coincidencia en el once de Busquets, Xavi, Cesc e Iniesta, cuatro campeones del mundo, cuatro peloteros. Sólo Thiago quedaba fuera del equipo titular, pues Guardiola volvió a repetir defensa de cuatro fuera de casa.
Juntar superioridades por dentro para mover rápido, encontrando líneas de pase a varias alturas y castigando la transición ataque-defensa del Athletic. Para potenciar esta superioridad por dentro, Guardiola volvió a echar mano de Adriano en la posición de extremo izquierdo, estirando hacia la orilla al sistema defensivo de los de Bielsa. Sin Pedro lesionado y con un Alexis adquiriendo ritmo después de semanas de ausencia, el brasileño pasó por delante del Guaje Villa, pues mientras Adriano permite ese juego fijo en banda, el asturiano es un futbolista de diagonal hacia el centro que podría arrastrar hacia el interior a los defensores exteriores del rival. El objetivo era eliminar soldados para la batalla que se disputaría en el carril central.
El Athletic de Bielsa…y Muniain
Caparrós puso las bases, hizo crecer a jugadores como San José, Javi Martínez o Llorente, como en su día hizo con Alves, Navas o Baptista, pero al igual que el Sevilla en su día con Juande Ramos, el Athletic de Bilbao ha decidido entregar el equipo a un nuevo técnico para que conduzca al proyecto un paso más allá. Ernesto Valverde seguramente era la opción más lógica, pero la nueva junta directiva encabezada por Josu Urrutia apostó por un técnico más especial, Marcelo Bielsa. Un loco, un genio...un técnico complejo y difícil, pero sin duda apasionante.
Su última aventura fue la selección chilena de Alexis Sánchez, Isla o Arturo Vidal, que en el pasado Mundial pasó como segunda en el grupo de España y tuvo la mala suerte de encontrarse a Brasil a las primeras de cambio. Era una de las selecciones llamadas a animar la cita mundialista. El combinado de Bielsa solía alternar entre el 1-3-3-1-3 y el 1-2-3-2-3 que ante situaciones de mayor exigencia terminaba por convertirse en 1-4-3-3 o 1-4-1-4-1.
Ese precisamente es el sistema que viene adoptando el Athletic en el que la línea de 4 en defensa se ha asentado para tratar de dar una mayor seguridad defensiva respecto a las situaciones en que los dos laterales/volantes se sumaban a la vez a la línea de medios. Esa fragilidad defensiva está siendo la principal nota negativa del equipo en lo que llevamos de temporada. En ese 1-4-3-3 que termina siendo 1-4-1-4-1, junto al mediocentro -Javi Martínez- no se sitúan dos interiores, sino que los dos hombres que completan el triángulo actúan como mediapuntas. En el momento de la pérdida, pues, el equipo queda partido en dos y si el rival logra superar la primera presión, hasta 5 jugadores del Athletic quedan desactivados por delante de la línea del balón. Queda un latifundio para Javi Martínez y la posible anticipación de los laterales, eliminando así la posibilidad de plantear una presión sobre el conductor que permita adelantar la defensa. La defensa recula, y sin presión sobre el jugador que conduce, el rival llega muy fácil a las inmediaciones del área de Gorka.
Dani Alves y el 3-4-3
Del último partido de Liga ante el Mallorca seguramente se recuerde antes el hattrick de Leo Messi o la actuación del canterano Isaac Cuenca, pero sin duda, una de las mejores noticias para Guardiola fue el gran partido de Dani Alves. El lateral brasileño es sin lugar a dudas el futbolista más castigado por el 1-3-4-3 que esta temporada está utilizando Guardiola en el que no existe su teórica demarcación natural. Desde En un momento dado, ante las dificultades en el proceso de renovación de su contrato la pasada temporada que apuntaban a una posible salida hacia el Manchester City, creíamos que la hipotética solución de Guardiola a una posible marcha de Alves, más que tratar de substituirlo "hombre por hombre" hubiese pasado por algo más complejo con el objetivo de hallar por otras vías lo que podía ofrecer un lateral tan singular. En ese planteamiento, hubiésemos apostado por el cambio de sistema y la adopción del 1-3-4-3, con 4 medios para equilibrar su participación en la media y extremos bien abiertos para garantizar la amplitud que aporta Dani con su proyección por bandas.
No obstante, incluso con Alves el técnico parece dispuesto de llevar a la práctica el plan del 1-3-4-3, y sin la figura del lateral carrilero en el esquema, las soluciones que ha encontrado Guardiola para dar entrada al brasileño han sido dos. Tras el partido ante el Villarreal en el que Alves fue baja y en el cual el Barça estrenó disposición táctica, el primer encuentro en que, con Dani sobre el césped, el equipo formaba con 1-3-4-3 fue frente al Osasuna en el Camp Nou. En esa ocasión la defensa de tres la formaban Mascherano,Puyol y Abidal, por delante Guardiola situó un rombo compuesto por Busquets, Xavi, Cesc y Thiago, y arriba Villa en la izquierda, Messi como falso nueve y Dani Alves ocupando la posición de extremo derecho. El desempeño del brasileño fue excelente pues el planteamiento del rival y la extraordinaria actuación de los jugadores interiores le ofrecieron en el costado los espacios que necesita para desarrollar su juego.
Isaac Cuenca, el más extremo de todos
Desde que Guardiola está al mando del equipo, el contar con una plantilla corta ha sido la norma. Mayor facilidad para repartir minutos y evitar que algún jugador se sienta apartado, homogeneización de niveles para evitar relajación en los teóricos titulares y la posibilidad para los jóvenes del filial de ver siempre la puerta del primer equipo abierta. El nivel de éstos, además, es una garantía para el cuerpo técnico, que sabe que si los necesita, los jóvenes responderán. Busquets, Pedro, Fontás, Thiago, Dos Santos, Sergio Roberto, Bartra, Muniesa, Montoya...
El reto de Pep: la columna del 87
Quizá obligado por el inimaginable éxito de su primera temporada al frente de la primera plantilla del F.C.Barcelona en la que conquistó los tres títulos a los que aspiraba, cada temporada Guardiola ha lanzado un reto a su plantilla. Se trata de introducir alguna novedad que renueve la motivación del grupo, que obligue al jugador a esforzarse para asimilar nuevos conceptos para que el objetivo sea el día a día y no el largo plazo. En agosto de 2009, cuando el equipo iniciaba la temporada post-triplete, en En un momento dado escribimos: "La motivación será siempre la de ganar, pero los objetivos, aquello en lo que debe pensar el futbolista a lo largo de la semana, antes de saltar al césped o cuando el balón empieza a rodar, deben ser cada uno de los principios técnicos, conceptos tácticos o actitudes competitivas que posibilitarán finalmente conseguir la victoria."
Primero fue la prueba de la salida de tres incrustando al mediocentro entre centrales y el cambio en el perfil del delantero centro con la llegada de Ibrahimovic, y la pasada temporada, tras la marcha del sueco, la nueva posición de Leo Messi como falso delantero centro. El objetivo es sumar nuevos estímulos a los jugadores para seguir creciendo. Seguir mejorando respecto al año anterior. En esta línea, Guardiola ha puesto en práctica este inicio de temporada el esquema 1-3-4-3, aunque atendiendo a la composición de la plantilla y a las dudas sobre su viabilidad ante rivales del máximo nivel, en este post vamos a exponer una alternativa al cambio de sistema que permita al Barça de Guardiola seguir creciendo en su fútbol. Ésta pasa por potenciar el juego y la influencia de los miembros de la generación del 87, Piqué, Cesc y Messi.
Un Sevilla que quiere volver a ser grande
Pese a que el mal momento de sus competidores permitió al Sevilla mantenerse en posiciones de Champions, lo cierto es que desde el final de la etapa de Juande Ramos en el banquillo hispalense, la nota predominante en el equipo andaluz han sido las dudas, la irregularidad y un evidente empobrecimiento futbolístico. La apuesta por los técnicos y por unos jugadores que debían reemplazar a los pilares del histórico equipo que logró -entre otras- dos copas de la UEFA, no dio el resultado esperado. Esta temporada, no obstante, parece que el Sevilla si ha dado con la tecla con la elección de Marcelino García Toral como encargado de dirigir al equipo. Con contrincantes de la talla del consolidado Valencia de Emery, el ilusionante Atlético de Madrid de Diego o Falcao, la llegada de Bielsa a Bilbao, la aparición del Málaga o lo que queda del Villarreal, da la impresión que no había mejor momento para apostar fuerte por volver a construir un proyecto grande.