Iniesta se come al Inter de Mourinho
El F.C.Barcelona se jugaba su futuro en la Champions League en un partido decisivo frente al rival más fuerte del grupo. Lo hacía a demás, sin, probablemente, sus dos mejores futbolistas y en un clima algo enrarecido tras el último empate en San Mamés. Llegaba la primera gran noche de la temporada, el primer match ball. Era el momento de volver a ver al equipo que dominó la pasada temporada, y el campeón no defraudó.
Guardiola salía con Abidal en el lateral izquierdo, lo que le permitía fortalecer la zaga y, sobretodo, minimizar una de las principales opciones del Inter para llegar a la portería de Valdés, la posibilidad de un error individual que hubiese sido más factible con Márquez o Maxwell. Las otras novedades las encontramos en la tripleta atacante, donde finalmente el técnico no pudo contar con sus dos puntales: Messi e Ibrahimović. En su lugar, junto a un enrachado Pedro, formaron Henry e Iniesta. Con los dos cracks lesionados, era el momento de Andrés Iniesta, un jugador capacitado para liderar cualquier equipo del mundo pero que en el equipo que cuenta con el mejor futbolista del planeta, vive en un segundo plano. Iniesta debía ser la clave del Barça para encontrar la profundidad, el hombre sobre el cual cimentar el juego del equipo y el futbolista capaz de "ser el partido". El de Fuantealvilla no solo asumió su papel, sino que lo hizo de manera brillante llegando a dominar los primeros 45 minutos y permitiendo explicar el partido al completo a partir de su actuación.
Los 22 protagonistas
Alineaciones confirmadas: F.C.Barcelona: Valdés, Alves, Piqué, Puyol, Abidal, Busquets, Xavi, Keita, Iniesta, Pedro y Henry. A parte de la recuperación ‘milagrosa’ de Eric Abidal con la que Guardiola tratará de apuntalar la zaga, la principal novedad en la alineación de Guardiola es
El momento del campeón
Tras un inicio irregular en el que sin embargo, ya se han logrado dos títulos, el F.C.Barcelona afronta una semana crucial y que en gran medida marcará el futuro del equipo de Guardiola en esta temporada 2009-2010. Dos son las citas que deben medir el verdadero estado del equipo, por un lado el enfrentamiento del próximo fin de semana contra el nuevo proyecto galáctico del Real Madrid, y por el otro el trascendental partido de Champions League frente al Inter de Milán. Contra los italianos el Barça se juega, ni más ni menos, que su futuro en la máxima competición, pues mientras la victoria dejaría en bandeja el pase para los octavos de final, una derrota contra el equipo de Mourinho prácticamente apearía al Barça, ya que dejaría en manos del Inter la posibilidad de decidir sobre el futuro de uno de sus máximos rivales para ganar la Champions. Por si fuera poco, a la baja segura por lesión de Abidal, deberán sumarse los contagios por gripe A de Touré y Márquez. Tampoco el Inter parte de una situación en la clasificación más cómoda, por lo que el partido del martes será una verdadera final para ambos equipos, en la cual, una derrota puede dejar fuera de la competición a uno de los favoritos, a las primeras de cambio.
El Barça tras diez jornadas (II)
Siguiendo con el análisis del inicio de temporada protagonizado por el F.C.Barcelona, otro de los aspectos en los que debemos detenernos es en la fase inicial de la construcción del juego. Este aspecto resulta crucial en el esquema de Guardiola y la base sobre la que el equipo edifica su juego, por lo que hemos podido observar como el técnico azulgrana ha planteado algunas modificaciones buscando potenciar esta fase del juego. En su día ya analizamos la alternativa de retrasar al mediocentro situándolo entre los centrales y mandar, a la vez, a los dos laterales hacia adelante. El objetivo de este mecanismo es el de mejorar la salida desde al defensa generando espacios en la demarcación del mediocentro, y así minimizar los inconvenientes de contar con un pivote, en ocasiones demasiado estático, como es Touré Yaya. No obstante, esta variante se ha encontrado con dos problemas a la hora de lograr continuidad, por un lado, y paradójicamente, el gran estado de forma de Eric Abidal, y por el otro el bajo momento que atraviesa Touré.
El internacional francés no es un lateral de recorrido capaz de ocupar el carril a la manera de un carrilero y de asumir responsabilidades ofensivas. Su rol es distinto, y se centra en el despliegue físico, el apoyo defensivo a los dos centrales y su capacidad para cerrar al segundo palo en un centro desde la banda contraria. Con Abidal, el tercer central en el inicio de la jugada no es el mediocentro sino el lateral izquierdo. No obstante, el hecho de que el francés posiblemente esté protagonizando sus mejores actuaciones desde que llegó al Barça, y a que su presumible alternativa en la demarcación, Maxwell, todavía debe adaptarse a la dinámica del equipo y a su juego, han convertido a Abidal en un fijo para Guardiola en el lateral izquierdo. Paralelamente, tampoco el rendimiento de Touré está empujando al técnico a prescindir del buen momento del lateral para potenciar el fútbol del marfileño, pues el Touré actual está lejos de ser el futbolista dominante y absolutamente clave en el tramo final de la pasada temporada. Así pues, ahora mismo no parece claro que potenciar al mediocentro africano a cambio de prescindir de Abidal sea una elección beneficiosa para el equipo.
El Barça tras diez jornadas (I)
Después del triplete, el Barça de Guardiola afrontaba una temporada altamente complicada y con muchas variables a controlar tanto en el propio grupo como en el entorno. Todo está dispuesto para facilitar que se difuminen los objetivos a corto y medio plazo. La mayoría habla de los futuros títulos y no del siguiente partido. El recuerdo del triplete es tan bello que parece que se olvide que para alcanzarlo fueron necesarios cerca de sesenta partidos. Los títulos son posibles por cada una de las victorias conseguidas durante la temporada, y éstas, a su vez, son producto del juego desplegado por el equipo. Transcurridas ya diez jornadas de Liga, pues, es un buen momento para detenerse y analizar el recorrido del equipo en lo que llevamos de temporada.
El primer error a la hora de comprara el actual Barça con el que logró el triplete es evidente: no son los mismos jugadores. Ibrahimović ha substituido a Eto'o, Márquez ha tenido problemas físicos, lo mismo que Henry e Iniesta, ha aterrizado Chygrynskiy, etc. El segundo error es no tener en cuenta los tiempos en la competición, pues nunca estará igual el equipo en el último tramo de la temporada que en el primero. De este modo, si comparásemos al Barça que ha comenzado esta temporada con el que empezó la pasada tropezando ante el Numancia y el Racing, es evidente la mejoría. No obstante, como rehuimos las valoraciones en base a los resultados y no creemos que las comparaciones tengan mucho sentido en la formación y crecimiento de un equipo de fútbol, entendemos que lo más adecuado es centrar el análisis única y exclusivamente en estas diez jornadas de Liga, cinco de Champions League y en las dos supercopas.
Cómo superar la ausencia de Dani Alves
Por si el imperdonable tropiezo en casa ante el Rubin Kazan del pasado martes no fuese suficiente, la derrota ante el equipo ruso deja además, otra secuela más importante si cabe, que el mismo resultado del partido, como es la lesión de Dani Alves. El lateral azulgrana, a causa de una rotura del recto interno del muslo derecho estará alejado de los terrenos de juego de tres a cuatro semanas. La importancia de la ausencia del brasileño no debe enmarcarse, únicamente, en el nivel individual del jugador, sino que Alves, en el equipo de Guardiola es uno de los futbolistas clave por lo que supone para el colectivo y por el peso que adquieren en el juego. Desde el lateral, Dani Alves no es sólo el encargado de cerrar la banda en defensa y doblar al extremo en ataque, sino que su incidencia en el equipo va más allá.
Dejando de lado aquellos aspectos más específicos de la posición de lateral y que, por lo tanto, puede cubrir su eventual sustituto, que seguramente sea el capitán Carles Puyol, lo que convierte a Alves en un lateral diferente y, posiblemente, en el más determinante para su equipo, es su capacidad para ofrecer unas prestaciones que van más allá de las de un mero lateral. Así, en el Barça de Guardiola, las principales aportaciones de Dani Alves son, por un lado, su capacidad para empujar al equipo a la presión, y por el otro, la posibilidad de crear superioridad numérica en el centro del campo.
Valencia vs. F.C.Barcelona
Tras los compromisos internacionales vuelve la Liga para el actual líder de la competición, con un partido aparentemente nada fácil ante el Valencia en Mestalla. El virus FIFA se ha cobrado la baja de Henry, y hombres como Xavi, Iniesta o Messi no parecen llegar en las mejores condiciones, aunque todo parece indicar que estarán a disposición de su técnico para enfrentarse al equipo de Unai Emery. No obstante, las bajas Marchena y sobretodo Joaquín y seguramente David Villa, desnivelan la balanza a favor del equipo dirigido por Guardiola. En una competición tan bipolar en que Barça y Madrid parecen jugar una Liga y el resto de equipo otra, las posibilidades de que los dos grandes se dejen puntos por el camino pasan en gran medida por la capacidad de sus rivales de plantearles problemas con el balón en los pies. No hablamos obviamente que los equipos traten de quitarle el balón al Barça, ya que eso es, hoy por hoy, una quimera, pero si es importante para tener éxito ante el actual campeón, obligar a los azulgranas a correr hacia atrás, a que los hombres creativos deban bajar a defender cerca de portería y, así también, ensuciar su transición defensa-ataque. Si el objetivo del Barça es el de monopolizar el balón y a partir de este control dominar el juego, para que el equipo de Guardiola esté incomodo será vital que el rival, cuando tenga el balón, sea capaz de mover a los futbolistas del Barça.
Joaquín y Villa: dos ausencias trascendentales
Este fin de semana el Barça de Guardiola disputará, frente al Valencia, el que será el partido más complicado hasta la fecha en Liga. A finales de semana realizaremos la previa donde nos centraremos en los planteamientos que pueden presentar ambos conjuntos, pero antes, en este post abordaremos un factor decisivo en el planteamiento del Valencia y, por lo tanto, definitorio del escenario del partido: las ausencias por lesión de David Villa y de Joaquín. Más allá de su calidad individual y del peligro que pueden llevar uno desde el extremo y el otro como punta, el andaluz y el asturiano son las vías mediante las cuales el Valencia de Unai Emery encuentra la profundidad en su juego y, por lo tanto, la posibilidad de crear espacios en ataque a partir de los cuales generar ocasiones de gol.
En el caso del extremo andaluz, partiendo desde el costado derecho, su capacidad para aguantar el balón permite que sus compañero tengan el tiempo suficiente para ocupar posiciones ofensivas y, por lo tanto, el posicionamiento del equipo responda a una ordenación que favorezca el control del juego. Además, su desborde en el uno contra uno obliga al rival a implicar a varios jugadores en la defensa de estas situaciones, con lo que el Valencia consigue generar espacios en otras zonas del campo. Más concretamente, la atracción que genera Joaquín sobre la defensa del rival, libera el perfil zurdo del ataque valencianista, zona en la que Silva, Mata y Villa, sacan provecho de ésta situación. Sin Joaquín, ante el Barça Emery deberá apostar por un perfil diferente como es Pablo Hernández, más centrocampista que extremo, y que a buen seguro no tendrá el mismo poder intimidatorio sobre la zaga azulgrana. Ésta, pues, podrá organizarse de manera más ordenada y por lo tanto robar espacios a la banda izquierda del Valencia.
Un campeón en crecimiento
Durante la pretemporada Pep Guardiola, cuestionado sobre la posibilidad de que tras ganar el Triplete la motivación del grupo se resintiera, defendió que si bien el equipo logró una temporada inmejorable, ni en uno sólo de los partidos el juego había sido perfecto. El mensaje del técnico era claro, el objetivo es seguir creciendo futbolísticamente, y en ese sentido se deben entender decisiones como el cambio de Ibrahimović por Eto'o. En esta línea, Johan Cruyff en su columna semanal en El Periódico abundaba en esta necesidad del equipo de Guardiola de no conformarse con el nivel que demuestran hoy en día y pretender alcanzar cotas más altas en lo que al juego se refiere.
Por regla general se acostumbra a señalar el éxito como un factor nocivo en la ambición de un deportista. No obstante, es un punto en el que desde EUMD diferimos. No creemos que tras la victoria el deportista se sacie y pierda el hambre, más bien al contrario, pues no hay mejor sensación para un deportista que sentir que ha alcanzado los objetivos por los que ha luchado, y en el caso de los futbolistas, debido a la dimensión mediática de sus victorias, es difícil creer que ningún jugador desee abandonar la nube a la que estas le encumbran. A nuestro modo de ver, es precisamente esta ansia por volver a saborear el éxito y la victoria, lo que en ocasiones puede contribuir a distorsionar los objetivos de un deportista y resultar contraproducente. Ya hemos comentado en alguna ocasión la necesidad de, a la hora de afrontar la competición, distinguir entre hacer y conseguir, o lo que es lo mismo, tener siempre presente que aunque el motivo de nuestro trabajo son los resultados, lo que nos llevará a ellos, y por lo tanto el objetivo en el día a día, es el juego. Así, entendemos que el deseo por alcanzar de nuevo el éxito, provoca que éste se contemple como el objetivo del trabajo, olvidando de este modo el vehículo que debe posibilitarlo, el juego.
El plan de Mourinho
Cuando analizábamos al Inter de Milán, decíamos que Mourinho era el factor decisivo por encima de cualquier futbolista del equipo. Sin un jugador capaz de decidir por sí solo, el éxito de los italianos pasa por la calidad de su técnico a la hora de plantear los partidos, convirtiendo el choque en una partida de ajedrez en la que los neroazzurros lleven la delantera hasta asestar el golpe definitivo. Como analizamos anteriormente, y más ante un rival como el Barça, el planteamiento del Inter partirá de un escenario en el que el balón será para los azulgranas. No obstante, ya avanzamos que esto no supone necesariamente tener el dominio del partido, por lo que 'Mou', desde la defensa, tratará de hacerse con el control del juego. Una de las consignas iniciales será plantear una defensa con presión agresiva desde la primera línea. Eto'o, Milito y Sneijder, pues, tratarán de evitar que el balón salga limpio desde la defensa para que Xavi y Keita no puedan recibir con facilidad. Si lo hacen, uno de los centrocampistas abandonará su zona, si es preciso, para evitar que el interior azulgrana se gire, apoyado sobre un funcionamiento táctico casi perfecto que garantizará que este abandono de su posición inicial no supondrá un desajuste defensivo.
En este sentido, los objetivos de Mourinho serán dos, por un lado tratar de recuperar el balón cuando Xavi y Keita reciban de espaldas, y por el otro buscar el contraataque con Sneijder, Eto'o y Milito situados por delante del balón. Estas contras trataran de buscar la amplitud con las caídas de los puntas a los costados, para así, aprovechar que al inicio de la jugada la mayoría de futbolistas del F.C.Barcelona se encontrarán por delante de la pelota. Tapados Xavi y Keita, las vías de acceso al centro del campo de Piqué, Puyol y Touré, serán los laterales. Seguramente el Inter deje libre esta salida, ya que para sus intereses es preferible que reciban Alves o Abidal pegados a la cal, a que lo hagan Xavi o Keita con espacios por el centro. El Barça, por su parte, deberá intentar que sus laterales reciban en zona de medios y no tengan que trasladar el balón en conducción, de modo que la variante de formar con defensa de tres retrasando a Touré en la salida, puede ser una buena solución. Si el Barça potencia su juego de posición, pues, a los hombres de Mourinho les será más difícil recuperar el esférico y, por lo tanto, lanzar la contra. No obstante, será vital evitar los pases en horizontal.