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United vs. Inter (partido de vuelta):

vidicTras el cero a cero de la ida, el partido volaba a tierras inglesas para que fuese en Old Trafford donde se decidiese cual de los dos equipos seguía adelante en la competición. En Champions League, el cero a cero siempre es un resultado engañosos, ya que si bien es cierto que el factor campo puede decantar la balanza hacia el equipo de casa, el valor doble de los goles marcados fuera de casa provoca que de los tres signos que puede tener un partido, el empate - a excepción del cero a cero- y la victoria visitante, clasifiquen a los de fuera. No obstante, Ferguson apostó por su versión más ofensiva recurriendo a un dibujo cercano al 1-4-2-4 con una línea de cuatro atrás integrada por O'Shea, Ferdinand, Vidic y Evra, dos centrocampistas de corte ofensivo como Carrick y Scholes y un cuarteto atacante capaz de desequilibrar a cualquier defensa de Europa con Ronaldo y Giggs en las bandas y con Rooney y Berbatov por el carril central. El planteamiento inicial del United, pues, era el de hacerse con el balón, llevar el peso de la posesión y la iniciativa en el juego.

ferguson_mourinhoEste mediodía, el sorteo de los cuartos de final en Nyon centrará el debate de los próximos días en futuros duelos, y como el fútbol por encima de todo es presente, se pasará página de los partidos disputados en la ronda anterior. No obstante, antes de que esto suceda, creemos interesante analizar una de las eliminatorias más interesantes que deparó la ronda anterior, la cual, debido a que destinamos una mayor atención a los enfrentamientos protagonizados por los dos grandes de la liga española, quedo fuera de nuestro estudio. Se trata del duelo protagonizado por los dos equipos que, con permiso del Liverpool de Benítez, reunían más cualidades para alcanzar la final en Roma, por un lado el actual campeón, el Manchester United, y por el otro el Inter, eterno aspirante frustrado pero que con la llegada de Mourinho confiaba en alcanzar, esta vez si, sus objetivos en competición europea. No fue una eliminatoria desnivelada como desde algunos sectores se ha argumentado, sino que la igualdad entre dos equipos extraordinarios reinó durante la mayor parte de ambos partidos. De hecho, las crónicas dieron como vencedor -no en lo referente al resultado sino en lo puramente futbolístico- al United en el partido de ida y al Inter en el de vuelta, un análisis basado básicamente en el número de ocasiones de gol, pero que olvida otros aspectos que condicionan que nuestra visión sea diametralmente opuesta. Así pues, en este post trataremos de diseccionar cada uno de los dos partidos de la eliminatoria y analizaremos aquellos aspectos más interesantes y que más puedan ayudar a discernir el desarrollo real de la batalla librada entre ingleses e italianos.

robbenComplicada situación para el rey de la Copa de Europa, ya que tras cuatro temporadas consecutivas cayendo en los octavos de final, se le presenta una elimiantoria muy complicada en la cual el resultado de la ida, sitúa al equipo al borde del abismo. Como analizamos en el post-partido del encuentro del Bernabéu, el 0 a 1 en el marcador colmaba las aspiraciones de Rafa Benítez que saldrá a Anfield sin la obligación de buscar el gol, maniatando el juego blanco, centrando sus esfuerzos en la contención y esperando una situación ventajosa a la contra con el rival volcado para teñir la eliminatoria de color 'red'.  Además, para este partido de vuelta, el técnico recuperará al buque insignia del Liverpool, al capitán Steven Gerrard que se perdió la ida por una lesión. Pese a que el escenario parece claramente propicio para el Liverpool, el Madrid tendrá sus opciones, pero deberá saber jugar sus cartas para conseguir dar la vuelta a la eliminatoria y lograr la difícil misión de vencer al Liverpool en Anfield. Al Madrid sólo le vale la victoria, pero es cierto que en un tanteo alto, el valor doble de los goles fuera de casa juega a su favor. Así pues, vemos que el equipo de Juande cuenta con el margen de un gol encajado, ya que para alcanzar los cuartos necesitará dos goles, y a efectos prácticos tendría el mismo valor un 0-2 que un 1-2.

Llegaba el Real Madrid a los octavos de la Champions después de una racha excelente, una dinámica muy positiva y con la moral alta tras recortar 5 puntos en dos jornadas al F.C.Barcelona en Liga. Meses atrás, cuando el bombo emparejó al Madrid con el Liverpool pocos daban opciones al conjunto merengue y la cara de Mijatovic cuando salió la bola del equipo de Benítez, evidenciaba que el equipo no estaba a la altura de un choque de esta magnitud. No obstante, fueron transcurriendo las jornadas y a medida que el equipo recuperaba a los lesionados y que el trabajo del nuevo técnico Juande Ramos iba dando sus frutos, la eliminatoria iba tomando un tono de mayor igualdad. En el bando contrario, el Liverpool que a principio de temporada se había mostrado como un dominador sólido en la Premier, de la cual encabezaba la clasificación, atravesaba un momento complicado, cada vez más lejos del United y ofreciendo sensaciones contradictorias en su juego. Ambos equipos, pues, se daban cita en el Bernabéu en unas circunstancias sensiblemente diferentes a las del día que se realizó el sorteo, y la eliminatoria pasaba de tener un claro color red, a convertirse en uno de los enfrentamientos más interesantes de ésta ronda, y es que un enfrentamiento entre dos clubs de la entidad de Liverpool y Real Madrid nunca es un partido más, sino que es garantía de pasión, orgullo y futbolistas de altísimo nivel. Por si fuera poco, se daban cita dos de los entrenadores más importantes del panorama futbolístico, ambos cortados por el miso patrón, el que pone el planteamiento táctico colectivo por encima del talento individual y el cual convierte los partidos en apasionantes partidas de ajedrez.

Después de que en las últimas semanas el equipo no haya ofrecido demasiadas buenas sensaciones, al Barça se le presenta la eliminatoria de octavos ante el Lyon como la manera perfecta de centrar la mente en otra competición y no obcecarse en los últimos tropiezos ligueros. La Champions siempre es un competición diferente que, aunque únicamente sea por el formato de eliminatorias, poco tendrá que ver con el torneo doméstico. En Champions entran en juego nuevos elementos que los equipos deben saber manejar para lograr seguir superando rondas y conseguir el objetivo que todos persiguen, alcanzar la final en Roma. En este enfrentamiento de octavos de final el bombo deparó al Barça un rival nada sencillo, si bien es cierto que el sorteo podía emparejarlo con equipos de la entidad del Inter o el Chelsea. El Olympique desde hace unos años se ha convertido en un fijo en esta competición y, aunque su potencial en los últimos años ha mermado considerablemente, garantiza competitividad, una atractiva propuesta futbolística y la presencia en el once de jugadores de gran calidad. Ya no están los Essien, Diarra, Abidal o Malouda, pero el técnico francés contará con hombres como el central Cris, Toulalan, Grosso, el eterno Juninho o el crack del equipo y uno de los futbolistas con mayor potencial del fútbol europeo, Karim Benzema. A estos hombres, el Lyon ha sumado esta temporada nombres como los de Lloris, Makoun, Pjanic o Ederson, formando así una plantilla de plenas garantías capaz de amargarle la noche a cualquier equipo de Europa.

Llega febrero y concluye el período que permite a los equipos incorporar nuevos futbolistas a sus plantillas, verano se vislumbra lejísimos y hablar a estas alturas de la planificación de la próxima campaña puede parecer precipitado. No obstante, una planificación de calidad debe realizarse con tranquilidad, sin prisas y sobre todo desde el análisis, huyendo de los juicios provocados por los resultados finales del equipo. De aquí al final pueden suceder muchas cosas, un detalle o una jugada aislada puede dejar al Barcelona fuera de la Champions frente al Lyon, una mala noche y alguna baja destacada, alejarlo de la final de la Copa del Rey...pero la realidad del equipo será la misma que se ha visto en los últimos meses. De la misma forma, la secretaría no debe guiarse por los extraordinarios resultados obtenidos hasta la fecha. El camino es el análisis y el estudio objetivo. La temporada que viene los rivales se reforzaran para batir al Barça si, como todo parece indicar, termina conquistando el campeonato doméstico, por lo que una buena planificación será aquella que persiga detectar las carencias del equipos y sus principales campos de mejora dejando de lado para lograrlo, por una vez en el mundo del fútbol, el resultado final.

A priori cuando se conocieron los emparejamientos de cuartos de final de la Copa del Rey, uno de los enfrentamientos más interesante era el que enfrentaba al Valencia de Unai Emery contra el Sevilla de Jiménez. El partido de ida no defraudó a las expectativas, y tras unos noventa minutos en los que hubo de todo, el 3-2 que reflejaba el marcador dejaba, si tenemos en cuenta el valor doble de los goles fuera de casa, la eliminatoria prácticamente igualada a la espera del desarrollo del partido de vuelta en el Sánchez Pizjuan. Ambos técnicos afrontan este partido con algunas dudas tanto de resultados -tanto Sevilla como Valencia perdieron con relativa claridad en su último partido de Liga-, como a la hora de confeccionar los onces que saltarán al campo debido a las bajas de algunos jugadores.  Especialmente difícil es el caso del Sevilla que durante prácticamente toda la temporada se ha visto castigado sobremanera por las lesiones, hasta el punto que en las últimas convocatorias el entrenados se ha visto obligado a tirar de algunos jugadores del Sevilla Atlético.

En su presentación como nuevo técnico del F.C.Barcelona, Pep Guardiola decía ser consciente de que en un gran club un entrenador no puede pedir tiempo, ya que pese a que todo proyecto necesita un período de crecimiento hasta llegar a su madurez, el día a día en un club grande es muy exigente obligando al equipo a sumar de tres en tres cada fin de semana. Con esta premisa, Pep Guardiola empezó a construir un equipo que garantizase resultados a corto plazo, potenciando sus puntos fuertes, disimulando sus debilidades y tratando de sacar el máximo rendimiento a todas las piezas. El objetivo de esta temporada era el de conseguir crédito, que el equipo transmitiese buenas sensaciones que se ganasen a un entorno que venía de dos años muy convulsos, y a final de temporada estar en la pomada en la lucha por los títulos. El Barça, en el primer año de Pep, debía volver a ser competitivo y poco a poco ir creciendo para edificar las bases de un nuevo proyecto campeón a la altura del de Frank Rijkaard que le precede. El crecimiento más importante deberá producirse a lo largo de la próxima temporada, pero Guardiola se ha encontrado con un regalo en forma de tiempo que puede acelerar el proceso. Los once puntos de ventaja en Liga respecto al segundo clasificado pueden permitir al técnico azulgrana adelantar los tiempos al crecimiento del equipo y aprovechar este margen para abordar determinados campos de mejora.

Llegado el parón navideño es el momento para que los entrenadores se detengan a analizar la situación de sus equipos, evalúen y fijen nuevos objetivos a conquistar, y diseñen una estrategia para lograrlo. En los casos en los que el trabajo a lo largo de los primeros meses de competición se ha traducido en buenos resultados, deberán tratar de seguir la misma línea, fomentando las dinámicas que han hecho posible el éxito y fortaleciendo las estructuras sobre las que éste se ha sustentado. A la vez, gracias al margen de maniobra que da la confianza por los buenos resultados, será el momento de marcarse nuevas consecuciones tanto a nivel individual como colectivo que permitan crecer en lo futbolístico al grupo en su conjunto. En el lado contrario, en los casos en que el rendimiento del equipo no ha sido el deseado, es el momento tanto de analizar las causas como de encontrar soluciones, e incluso dependiendo de las circunstancias, cabe la posibilidad de que éstas obliguen a reconsiderarse los objetivos marcados al inicio de temporada. Este es el caso del Real Madrid. El equipo merengue, a doce puntos de la cabeza de la clasificación -faltándole aún el partido ante el Villarreal para completar el Tourmalet- y fuera de la Copa del Rey, se encuentra con que la Champions es posiblemente la única tabla de salvación, si no para la temporada, si para la junta directiva y veremos si para el nuevo técnico. El nuevo objetivo del equipo blanco, pues, debe ser llegar lo más lejos posible en la máxima competición europea, ya que imaginarse a un Madrid fuera de la lucha por los títulos desde febrero, es encontrarse a una institución a la que la temporada se le puede hacer muy larga, con un clima prácticamente insostenible y un referéndum a la figura del presidente en cada partido disputado en casa. Así pues, el poder alargar la participación en Champions lo máximo posible, serviría para ofrecer al aficionado algo con lo que ilusionarse y continuar remando a favor.

Quedan poco más de 24 horas para que el silbato del árbitro marque el inicio del partido más esperado de lo que llevamos de temporada. Ayer nos detuvimos en el planteamiento que posiblemente presente Juande Ramos para vencer a los pronósticos que sitúan a su equipo como el claro derrotado. Hoy, por su parte, trataremos de abordar la labor de Pep Guardiola, que tendrá la difícil misión de preparar un partido que no tiene porqué reflejar la distancia real entre ambos conjuntos, en el que todos dan al Barça como claro ganador y donde las apuestas se encaminan más a saber la diferencia de goles a favor de los azulgranas que en el signo del resultado final. En este sentido, uno de los méritos de Guardiola será el de encontrar el punto de activación justo, evitar triunfalismos pero huir también de planteamientos que disparen las revoluciones de los jugadores. Es por eso que Pep, al contrario de la opinión de parte de la prensa y afición, no pasará el video del partido en el Bernabéu de la pasada temporada. Todos los jugadores que estuvieron esa noche sobre el césped tienen bien presente lo que ocurrió y declaraciones como las de Márquez, Henry o Puyol reconociendo que aquel partido fue el peor momento de su carrera, dejan patente que lo que ahí sucedió nadie lo ha olvidado.